Entrevista: Tulsa


“Este trabajo es un proyecto muy ambicioso” 

Por: Javier González 

Fotografías: Aitor Laspiur

Echar la vista atrás es ver a Tulsa dando los últimos coletazos de la gira con que presentó “Sólo me has Rozado”, su primer larga duración, en salas de pequeño y mediano aforo de la capital dejando un dulce regusto en el paladar de un público escaso que ya comenzaba a conocer las bondades de su propuesta. Por aquel entonces su voz ya era de largo la mejor del panorama, sobrecogedora y bella, canto de sirena y veneno de cobra conviviendo en la misma piel, en el cuerpo de Miren Iza, una guipuzcoana dotada de un inmenso talento lírico, capaz de escribir letras evocadoras, sutiles y terriblemente gráficas como muy pocos artistas han sido capaces. 

Más de década y media después de aquel trabajo, Tulsa no se ha conformado con haberse labrado una meritoria carrera en la que no hay atisbo de mediocridad, sino que sigue planteándose retos como “Amadora”, un nuevo álbum marca de la casa, abierto y heterodoxo, definido por su oficina de promoción como “pop de autora”, que narra el renacer de su protagonista a través de una historia llena de experiencia y dolor, que deviene en optimismo por disfrutar de la libertad de una nueva vida a partir de la mediana edad. 

Pero “Amadora” no es solo un nuevo disco de Tulsa, también es una obra de teatro y un libro, tres elementos que nacen para tocarse, enlazados, pero con entidad propia. Capaces de disfrutarse en sí mismos y puestos en relación, pero también por separado. Una absoluta delicia que la propia Miren nos explica de forma más concreta en el marco de esta charla. 

En unos días verá la luz “Amadora”, un trabajo que no es solamente un disco ni exactamente una obra de teatro. ¿Cómo definirías tú esta maravilla? 

Miren: Si fuera un tío narcisista, te diría que es una “obra total” (Risas). Sí que es un disco, porque siempre ha tenido una entidad propia, también es obra de teatro y tiene una edición limitada en formato libro publicada por “La uÑa RoTa”, incluye el texto y las canciones intercaladas escritas. Lo bueno es que se puede despedazar. Efectivamente es una obra total, oficialmente soy un tío narcisista. (Muchas risas) 

No sé si nos podemos referir medio en broma, medio en serio, a la trilogía de un solo golpe de Tulsa. 

Miren: Por los objetos, sí. La Santa Trinidad de Tulsa. El origen de todo era un disco, tuve la idea de hacerlo, realmente el resto de patas peligraban más, pero el álbum iba a existir, sí o sí. Luego fantaseé con la obra de teatro, llamando a María Velasco, por si le interesaba el tema para que escribiera acerca del mismo y desarrollara. Cuando te subes a un carro tan ambicioso cuentas con no llegar a puerto. Muchos proyectos se quedan por el camino y alimentan otros que surgen más tarde. El hecho de estar en noviembre, habiendo estrenado la obra y el disco, me parece un milagro. De verdad, me sorprende que haya tenido lugar. Mi aproximación a María fue desde el lugar de fan. Ha sido un espacio corto de tiempo, un año y medio, sin mucho sufrimiento. No ha habido grandes baches. En general, joder, no estoy acostumbrada a que las cosas sean tan grandes y fluidas. 

Exactamente, ¿cómo el proceso de nacimiento y desarrollo de todo? 

Miren: Contacté con María cuando tenía la idea del disco, pero no estaba compuesto del todo, ni mucho menos. Tenía canciones fundacionales como “No quiero hacer historia”, que para mí puede resumir perfectamente el disco y la obra, “Tacones Lejanos”… tenía ideas pero mucho que hacer por delante. Cuando María me dice que sí, empezamos a trabajar a la vez. Le mandaba maquetas, muy vergonzosas, porque me cuesta bastante mandar canciones en ese estado, pero ella necesitaba material para saber por dónde iba a ir el disco y trabajar a raíz de las canciones. Íbamos teniendo conversaciones sobre el papel del dolor en las mujeres, el origen en la abnegación, la identidad… a su vez ella me ha hecho algún encargo. Me dijo, necesitamos una canción de amistad, porque la protagonista necesita tener una amiga, de ahí surge “Laguna”. El libro ha sido más tardío, cuando todo estaba hecho. La editorial de María, nos propuso hacer una edición limitada para el estreno. Es un libro-fanzine precioso.

¿Cómo nos recomiendas acercarnos a esta obra múltiple? 

Miren: Se puede abordar y unir todo, también atacarlo junto y por separado. Pienso que la gente que ha venido al estreno ha tenido la oportunidad de ver todo junto y ahora irá al disco con una memoria de lo que ha vivido, recordando la interpretación de los temas. Va a refrescar la obra. La gente que escuche el disco será al revés, lo confrontará con la obra cuando la vea. Da igual, es exactamente igual de interesante se vea como se vea. 

Musicalmente es un disco heterogéneo, definido en vuestra hoja de promo como pop de autora, con sonoridades que tocan distintos palos. ¿Sientes Ha habido más libertad musical que temática? 

Miren: La libertad musical y temática es total. En realidad, es una fantasía de todo artista que le hagan un encargo. Y sí es un autoencargo, también vale. Es una guía. Me tomo este trabajo como las cartas de Brian Eno, las cartas oblicuas, que tú sacas una y a raíz de la palabra puedes empezar crear. Se trata de utilizar el azar o un tema como guía de la creación. Lejos de lo que parece, no restringe. Al revés, es poner un marco que tú puedes saltar o no. Ya no es el abismo de la nada que tanto bloquea a la creadora. Musicalmente, Ángel Luján y yo, estamos tan relajados después de tres discos juntos que solo jugamos. No concibo hacer un disco si no hay libertad total. Además, soy ya muy mayor si algo me suena hortera voy a por ella, cuando somos más jóvenes hay más prejuicios. Ahora me la trae al pairo. 

El dolor envuelve toda la obra. ¿Cómo ha sido trabajar las canciones desde ese prisma? 

Miren: Ha habido un disparador en la temática, algo biográfico, ya que en 2021 tuve un problema de espalda bastante heavy. Estuve postrada en la cama, que es algo muy común, pero cuando me tumbo, me tumbo. Me dejó incapacitada sin poder tocar la guitarra. Tenía una sensación extraña, sentía incapacitado el brazo. No sabía si el dolor se iba a ir, ni su evolución. No es el dolor del que hablo en el disco, pero sí me cambió la cabeza sobre las limitaciones que te impone el cuerpo. Quizás, a partir de ahí, me hice más sensible al dolor que veo en mi consulta como psiquiatra. 

“¿amor o transferencia?” me ha resultado realmente crudo por su temática. 

Miren: Es un tema que habla de la transferencia, se llama neurosis de transferencia en el psicoanálisis. Vas al terapeuta y, en este caso, hay transferencia amorosa, te has enamorado sin remisión. Pasa muchísimas veces. Es autobiográfico, me ocurrió. Seguí en mi terapia porque sabía que era transferencia. 

“LA ESTRELLA” tiene un pasaje adaptado sobre una canción de Enrique Morente, nunca hubiera sospechado que pudiera ser una influencia para ti. ¿Cómo surgió la idea de incluirla? 

Miren: Quizás no sea una referencia máxima, pero siempre está ahí. La música te llega de muchas maneras. No por meter su rezo a modo de rezo laico voy a decir que mi base sea Morente. No voy a cometer esa osadía, sería una falta de respeto. Son canciones que forman parte de lo que nos rodea. Me reencontré con ella tras haber escrito “Mi Estrella”, pensé que la canción era casi deudora de dicho pasaje sin ser muy consciente, por la sensación de soledad del personaje lavando platos, se juntan “Mi Estrella” con “La Estrella” de Morente.

“Vivimos donde todo el mundo quiere hacer historia y dejar huella” 

Antes has citado de pasada “No quiero hacer historia”, diciendo que es donde se ve la naturaleza del disco, algo que comparto y que yo he definido como un ajuste de cuentas. 

Miren: Sí, esto muy de acuerdo. Por eso digo que fue la primera que hice y es la fundacional, ya que podría resumir el arco narrativo de “Amadora”. Está muy conectado con los tiempos que vivimos donde todo el mundo quiere hacer historia y dejar huella. Quizás porque cuesta encontrar sentido a la vida y somos menos espirituales. Hay un poco de obsesión por hacer historia. Es una declaración de intenciones, no quiere hacer historia, pero tiene su historia. Toda la obra es un diálogo consigo misma, aparece un Joaquín por ahí, pero no hay un Joaquín al que rendir cuentas. El ajuste de cuentas es con ella misma. 

“Aquí he hecho cosas diferentes que me han sorprendido gratamente” 

Otra que me ha calado profundamente es “024”, sinceramente es mi favorita. 

Miren: Es el teléfono de atención al suicidio. Simplemente es una canción de tocar fondo, profundamente optimista y vitalista. En la propia canción ella pone en duda si sirve para esto, pero si se suicida, sabe que se arrepentirá. Enumera cosas superficiales, con mucho humor que le atan a la vida. Es el punto de inflexión del disco. Ella está mal, va al psiquiatra, siente la transferencia y toca fondo, después levanta el vuelo y la segunda parte del disco tiene canciones como “Melocotón”, “La Estrella” y “024”, que también es de mis favoritas. Realmente, “Amor o Transferencia” y “024”, son mis dos favoritas del disco, las tengo cariño porque me han sorprendido por cómo han salido. Me dan esperanza para futuros ejercicios de composición porque no me quiero repetir eternamente. Aquí he hecho cosas diferentes y me han sorprendido gratamente. 

“Queríamos romper la rutina de la vida de los discos que nos están marcando” 

¿Cómo va a ser la forma de presentación de “Amadora”? 

Miren: Casi todas las canciones suenan en la obra de teatro, de hecho, estamos la banda entera tocando. Durante mucho rato en escena somos cuatro músicos. Es precioso. En los Teatros del Canal lo comentaba con Clara Collantes, mi compañera de crímenes en la música ahora mismo, además de guitarrista, decíamos que nos ha parecido súper fresco, oxigenante y esperanzador poder tocar en un sitio tan lujoso, con ese sonido y formato. Es hacer un concierto de presentación con tres actrices profundizando las canciones y haciéndolas volar de otra manera. No queríamos caer en el estereotipo de presentar un disco, esperar a una gira de salas con lo malherida que están y luego hacer festivales, en los que no vas a poder tocar todas las canciones. Queríamos romper la rutina de la vida de los discos que nos están marcando. Todo esto también se puede interpretar como una presentación del disco. Hemos estado presentando semanas atrás en Madrid y en El Escorial. 

Miren, Tulsa es un proyecto con bastantes años de existencia, no tienes mal nivel de reproducciones en streaming. ¿Da para que sea rentable? 

Miren: No es suficiente. No llega casi nada. Las escuchas, salvo lo de Bunbury, que no veo un duro, son bastantes, pero no dan. Es la queja de todos. De vez en cuando te da una pequeña alegría, pero no una base sólida para vivir sin angustia. Los conciertos ahora me van mejor, estoy en una oficina muy chula, Villa Music, creo que todo va cogiendo un cariz más ordenado y sólido, pero acabo de empezar a vislumbrar una posibilidad. También es cierto que durante estos años he estado también comprometida con la salud mental, por lo que mi caso también es un poco particular. 

“No soy buena empresaria, cosa que hace falta para poder llevar el proyecto a buen puerto” 

Para mí, desde hace años, eres la voz más personal de nuestra música. Es una pena que Tulsa no sea un proyecto que llegue a más gente. 

Miren: Muchas gracias. No soy buena empresaria, cosa que hace falta para poder llevar el proyecto a buen puerto. Lo intento, he mejorado cosas, pero no es algo que tenga en mí. No es una cosa que me sea natural, llevar bien las cuentas y hacer buenas estrategias, no es mi fuerte. Voy mejorando, pero poco a poco.

“Espero que el streaming pete y volvamos a comprar discos” 

La saturación de novedades tampoco ayuda. 

Miren: Estaba leyendo un artículo tan interesante como angustioso de Nando Cruz sobre la cantidad de espacio que ocupan las 120000 canciones nuevas al día. Me he abrumado. Qué hacemos. Espero que pete y volvamos a comprar discos. Ojalá en un futuro vuelva a ser así, cosa que veo complicada. 

Vamos a cerrar la entrevista hablando de los planes de gira que tienes. 

Miren: La respuesta va a ser insatisfactoria y cierta. De momento con la obra de teatro no sabemos qué vida va a tener el proyecto, hay gente interesada sin estar cerrado apenas nada. A nivel de circuito musical tampoco te puedo decir gran cosa. Me lio la manta a la cabeza y ahora no sé qué hacer con ello. Tocaremos en salas y habrá presentaciones en teatros, pero no es una producción pequeña, porque somos siete personas sobre el escenario. Hay un equipo grande, a ver si lo podemos mover. Me haría muy feliz. Tenemos que ver cómo sorteamos las complicaciones.