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Nueve Desconocidos: “Toque de Ánimas”


Por: Javier González 

Me cae bien Ares Negrete, su estética anacrónica, oscura y ese pelo ensortijado me parecen una absoluta pasada. Además, en las distancias cortas es un chico educado que destila timidez, casi fragilidad aparente, así como un poderoso mundo interior, elementos que se tornan en puro entusiasmo a poco que te pongas a hablar de música con él; es ahí donde aparece un joven melómano con las ideas muy claras, que ha mamado desde bien chiquito muchos discos y canciones, sabiendo digerir tantas horas de escucha para alumbrar un proyecto como Nueve Desconocidos, donde amalgama sonidos e influencias diversas dando vida a un proyecto único en nuestra música actual, algo muy de agradecer ante un panorama que es cada vez más tendente al mimetismo sobre todo en el ámbito pop-rock. 

Esperaba con interés su segundo movimiento, “Toque de Ánimas” -Allnighters-, donde reafirma y consolida las buenas expectativas generadas con su debut, “Nueve Desconocidos”, en el marco de un trabajo más atmosférico y opresivo, donde vuelve a mostrar su impresionante capacidad para juntar géneros aparentemente alejados como techno, pop y punk, pasados por un barniz oscuro, en el marco de un álbum que por estética, presentación y títulos, “Nigromante” o “Siervo” dan fe de ello, se nota que bebe del mundo heavy que tan inculcado tiene por parte materna y paterna; buscando a su vez una producción por capas donde la voz es tratada como un elemento más, sin preeminencia alguna, lo que nos obliga a encontrarla en mitad de la niebla o en el interior de un profundo pozo en la mayoría de ocasiones, muy al estilo de bandas míticas como los Cure de “Other Voices”, entre ecos de Siouxsie and the Banshees, Killing Joke, Héroes del Silencio, la siempre recomendable primera etapa de la ruta del bakalao o “El concierto de Aranjuez” del maestro Joaquín Rodrigo, por citar solo unas pocas referencias. 

Dejarse atrapar es relativamente sencillo gracias a cortes como “Leyenda”, la potencia rítmica de “Amanece en mi Prisión” y “Soledad”, idónea para una madrugada sin remedio por cualquier discoteca ochentera valenciana, “Suspiro”, puro pop-rock ochentero arpegiado que seguro hará sonreír a los amantes del primer disco de Héroes, “El Mar No Cesa”, el punk abrasivo sintetizado de “Humo Negro”, en una vertiente más pop pero con reminiscencias a Esplendor Geométrico, “Siervo”, un bombazo en toda regla, y el romanticismo dramático que destila “Castigo”, donde hay lejanas reminiscencias a Glamour, en un disco de apariencia rugosa pero que cala desde primeras escuchas. 

El tópico dicta que los segundos trabajos suponen la consagración o no de los proyectos musicales. Pues bien, desde aquí vamos a celebrar efusivamente “Toque de Ánimas”, independientemente de lo que su éxito comercial o la ausencia del mismo marque: nos encontramos a un Ares Negrete que firma una digna continuación de su debut, sin mostrarse acomodaticio ni ponérselo especialmente fácil al oyente, prosigue la senda iniciada con un disco menos directo, pero cuyos matices acabarán siendo más apreciados que en su predecesor, proponiendo otra vuelta de tuerca en sus laberintos emocionales que funciona a las mil maravillas con sus toques tenebrosos, brillantes arpegios, distorsiones y las querencias techno ochenteras que bien trabajadas, como es el caso, nunca están de más. Confirma alternativa, dotando de brillante luz a nuestra música siniestra.