Por: Kepa Arbizu
Habituados a encontrarnos la portentosa voz de Francis Sarabia como apoyo a otros proyectos, de diverso rango estilístico, como Asfalto, Mago de Oz, Los rebeldes, Raimundo Amador o Santi Campillo, ahora llega el momento de disfrutar de su vena compositiva poniéndose al frente de su propia andadura. El resultado es un trabajo, coescrito en su mayoría junto al guitarrista Juan Alarcón, de impetuoso rock americano que exhibe una absoluta facilidad para encaramarse a otros acentos genéricos en los que sobresalen aquellos guiados por ritmos "negros".
Grabado en los estudios Invisible junto a "Monty", el primer paso, bautizado con su propio nombre, de esta apuesta en solitario lo realiza de manera firme y emocionante, mostrando no sólo una absoluta majestuosidad vocal, ya contrastada por sus años de carrera, sino ofreciendo un repertorio heterogéneo, y por lo tanto especialmente pegadizo, pero de carácter común y resolutivo. Motivos más que sobrados para ponernos en contacto con él.
Tras una larga carrera musical cantando en diversos proyectos y con diversas compañías, es ahora cuando decides presentarte con un álbum propio, ¿qué ha pasado para que este sea el momento en que has tomado la decisión?
Francis Sarabia: Normalmente siempre he estado ocupado cantando con alguna banda o haciendo coros en estudio para otra gente, pero llegó un momento en el que no estaba trabajando en nada concreto con otras personas, algo que no suele ocurrirme casi nunca, y fue entonces cuando me dije a mí mismo que quizá sería un buen momento para grabar algo por mi cuenta. Ese pensamiento empezó a tomar forma y la bola se fue haciendo más grande hasta llegar al momento de hoy, que nos encontramos con un disco bajo el brazo y una banda para presentarlo en directo.
Aunque estás muy acostumbrado a cantar y a trabajar en este mundo, ¿has sentido cierta responsabilidad o incluso presión a la hora de ponerte al frente de tu propio proyecto y mostrarte como el único responsable?
Francis Sarabia: Siempre hay cierta responsabilidad a la hora de presentar nueva música, pero es algo que siempre había hecho dentro de una banda. Ahora hay una presión un poco mayor, porque aparece mi nombre y al final soy el último responsable de todo y quien da la cara soy yo. Se intenta hacer las cosas lo mejor posible, cuidar los detalles y aprender de errores pasados, aunque al final también creo que la parte principal no es tan diferente a otras ocasiones: hay que hacer buenas canciones y cantarlas lo mejor posible. Esa máxima sigue tan vigente como el primer día.
Tu currículum es tan impresionante como variado, trabajando junto a Mago de Oz, Santi Campillo, Los Rebeldes, Asfalto... ¿crees que a la larga todas esas experiencias también han jugado un papel decisivo a la hora de dejar huella en tu faceta compositiva?
Francis Sarabia: Por supuesto. Todos los músicos y bandas con las que me he visto involucrado, de una forma u otra, me han enseñado algo nuevo y me han enriquecido musical y personalmente. Soy una persona que escucha muchísima música diferente, incluso a veces, estilos muy alejados del rock, y a la hora de colaborar con otros grupos también me gusta esa variedad musical. Para mí es un lujo poder participar con bandas tan distintas entre sí.
Cuando alguien que ha acumulado tantas experiencias decide lanzarse en solitario, su primer disco suele ser la selección de aquellas mejores canciones que ha ido recopilando a lo largo de los años, ¿es tu caso, en este disco hay temas de muy diversas épocas o han sido compuestas expresamente de cara a dar forma a este disco?
Francis Sarabia: Pues hay de todo. Algunas canciones, como por ejemplo “Donde hubo una llama”, tienen más de diez años. Esa en concreto fue compuesta para Campillo, pero no terminó de cuajar en aquella banda y la he rescatado ahora para incluirla en el disco. Otras son más recientes, se compusieron hace un par de años más o menos, e incluso hay una que surgió mientras estábamos en el estudio, como es “Sabe mejor”.
Sin duda este disco, si hubiera que definirlo, lo haríamos bajo el término de rock, pero también es cierto que hay ecos de heavy, funky, blues, soul… hasta gospel… ¿has pretendido que tu puesta de largo fuera lo más variada posible y que mostrara la amplitud de registros en los que te mueves?
Francis Sarabia: Hay una parte intencionada en ello y otra que surge de forma natural. Siempre me he nutrido de estilos muy variados, y eso hace que las influencias sean cada vez más amplias, lo cual tiene que notarse luego en el disco de alguna manera. Como consecuencia de esto, está el tema de que siempre me ha gustado mezclar el rock con otras músicas, y al final hay pequeñas pinceladas de muchas cosas que me apasionan.
Hablando de esa variedad, hay una influencia que se cuela casi en todos los temas -en mayor o menor medida- y son los sonidos negros clásicos, ¿son tan importantes en tu forma de cantar y componer como da la sensación?
Y entre todos esos estilos que se filtran en estas canciones, ¿dirías que hay un género o un tipo de composición en el que te sientes más cómodo y más tú mismo?
Francis Sarabia: Creo que el soul ha ganado mucho peso en mi manera de cantar en los últimos años. Me siento cómodo en el estilo y me permite seguir aprendiendo y experimentando cosas nuevas con el instrumento de la voz. Incluso tenemos una versión de Sam Cooke que hemos pasado por un filtro de blues muy primigenio; otra música que también me ha gustado mucho siempre. Hay varias canciones en el disco con un fuerte carácter de este género. Con el concepto de Rock en general siempre me siento como pez en el agua, aunque es cierto que este álbum ha quedado un poco más pausado y tranquilo que otros que haya hecho anteriormente.
Y por el contrario, ¿hay alguna faceta musical que te haya costado más o que incluso te hayas sorprendido atreviéndote con ella?
Francis Sarabia: Pienso que en este disco las influencias de raíces son más profundas que antes en todos los ámbitos, ya sea soul, blues o funk, pero la canción que cierra el disco va más allá y se escapa un poco de toda esa influencia americana. Es un tema muy intimista a piano y voz, algo que nunca había hecho antes. La compuse junto al cantautor Juan Carlos Lax, y después, Lucas Albaladejo (MClan, Loquillo, Carlos Vudú) tocó el piano. Cuando estuvo terminada, todos nos sorprendimos muy gratamente con el resultado.
En mi opinión si este disco tiene dos características especialmente llamativas son la rotundidad eléctrica y el mimo por construir armonías melódicas… ¿Han sido dos prioridades?
Francis Sarabia: Han sido prioridades desde el principio. Tenía muy claro que la parte eléctrica tenía que ser contundente y precisa para que después las melodías y los matices brillaran como es debido. A veces es complicado tener ambas cosas en cuenta durante todo el proceso, porque tienes que estar atento a cientos de aspectos cuando estás grabando, pero ahora escuchamos el resultado y nos sentimos muy orgullosos del trabajo realizado.
En ese sentido, ¿cómo de importantes en el resultado, y la elaboración, del disco son los músicos que te han acompañado, han influido mucho en la forma definitiva de las canciones?
Francis Sarabia: Han influido muchísimo y de forma muy importante. El disco casi en su totalidad ha sido compuesto junto al guitarrista Juan Alarcón, que además ha grabado la mayoría de guitarras y bajos del álbum. Esto hace que todas las canciones tengan nuestro sello personal en la música y las letras. Hubo canciones que cambiaron mucho desde su versión primigenia hasta llegar a lo que podéis escuchar hoy en el disco, ya que, a base de trabajar, algunos fueron evolucionando hacia interpretaciones muy diferentes a las originales.
El sonido del disco es realmente imponente, apuntalando la fuerza cuando así lo requiere y delicado cuando se necesita, ¿cómo ha sido ese trabajo de producción, tenías muy claro cómo debía sonar todo o ha sido un trabajo costoso?
Francis Sarabia: El trabajo de Monty en la producción ha sido fabuloso y muy decisivo. Ya había grabado un disco con él para Tijuana Road hacía pocos años y sabía que era la persona idónea para dar forma a estas canciones. Tiene un concepto de producción muy parecido al mío y enseguida capta lo que busco para cada canción y momento del álbum. Hemos crecido escuchando la misma música y nos entendemos a la perfección cuando trabajamos juntos.
Francis Sarabia: “Bienvenido al mundo” sí que tiene ese doble sentido de darle la bienvenida al oyente al viaje sonoro que le espera y, por otro lado, mostrar mi visión del mundo que tenemos hoy día. Cuando estuvo terminada nos encantó el resultado, enseguida tuvimos claro que era una canción muy importante para el disco y no barajamos otra opción para comenzarlo. Era el tema idóneo para abrir.
Siguiendo con ese término, el del rock, musicalmente el sonido es potente y orgánico, pero también cuenta con muchos detalles: teclados, cuerdas, coros... ¿tenías claro desde el primer momento que ciertas canciones iban a ir decoradas con esos detalles o ha sido algo que se ha incorporado paulatinamente según avanzaba el proceso de grabar los temas?
Francis Sarabia: Cuando compuse las canciones eran sólo un esbozo con guitarras y voz, una idea de ritmo y algunos arreglos muy simples. Más tarde Juan arregló los temas y fuimos eligiendo cuáles deberían ir acompañados de teclados o pianos, armónicas, coros femeninos u otros detalles. Casi todo lo que se escucha estaba decidido desde antes de entrar al estudio. Hay muy pocas cosas que se decidieron ya grabando, creo que los arreglos de cuerda en “No te importa nada” y poco más.
Hay varios temas como “Donde hubo una llama”, “Cama y hostal” o “No te importa nada” que contienen historias que suenan intimistas y personales, ¿estamos ante un disco especialmente autobiográfico?
Francis Sarabia: No sé si es especialmente autobiográfico, pero sí pienso que uno tiene que hablar de las cosas que le ocurren en su vida y así poder contar las historias de primera mano. Puedes concederte ciertas licencias y hablar desde otros puntos de vista, inventar personajes o escribir letras de una forma más subjetiva, pero creo que el sentido de autenticidad no es el mismo dependiendo de la manera empleada al escribir. En mi caso es así como me encuentro más cómodo y eso es lo que me funciona mejor a la hora de crear los textos para las canciones. Entiendo también que a otros les resulte más fácil lo contrario. No hay una fórmula mágica que funcione para todos igual.
Aunque veterano por todas tus experiencias, éste es tú primer disco en solitario, ¿cómo se afronta el hecho de la recepción que cosechará del público? ¿Predomina el entusiasmo o precisamente conocer bien este mundo y lo difícil que es sobresalir entre tantas propuestas te hace tener los pies en el suelo?
Francis Sarabia: Hay un poco de todo. La ilusión y el entusiasmo por mostrar un trabajo del que te sientes orgulloso tienen que estar ahí, o de lo contrario es una batalla perdida desde el principio. Ahora bien, todos sabemos que no corren tiempos especialmente buenos para las bandas de temas propios, más aún cuando se presenta un primer disco sin apoyo masivo de una gran discográfica. Eso hay que tenerlo en cuenta para saber lo que se te viene encima, tanto lo bueno como lo malo.
¿Crees que todo músico, de un modo u otro, en algún momento demanda la necesidad de expresar todo aquello que lleva dentro en forma de canciones propias, o es posible sentirse plenamente realizado estando en un, digamos, segundo plano y acompañando a proyectos ajenos?
Francis Sarabia: Siempre tengo alguna participación para otros proyectos entre manos, pero en mi caso no podría estar solamente haciendo colaboraciones con otros artistas. Para mí es vital hacer canciones y es lo que he hecho siempre, ya sea como vocalista de una banda o ahora en solitario. Hacer coros, compartir canciones, colaborar en directo y toda clase de participación en los proyectos de otros compañeros, siempre es reconfortante y lo hago con la mayor de las alegrías, pero para poder expresarme artísticamente es necesaria la creación de nuevas canciones que pueda compartir con el público.