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Rueda de prensa de Bunbury: “Al final uno acepta que volver a casa es donde estás en cada momento”


Por: Javier Capapé

La vuelta a los escenarios de Bunbury está más cada vez más cerca y ese fue el motivo que nos reunió el pasado jueves en una rueda de prensa online desde Los Ángeles con los medios. Los detalles del recién anunciado concierto en el estadio de la Romareda de Zaragoza para el 6 de julio del año próximo eran el motivo principal, pero en la fluida conversación hubo tiempo para recuerdos, pistas sobre sus nuevos proyectos y detalles de la especial gira de once conciertos que arranca este diciembre en Buenos Aires y que concluirá con el concierto zaragozano.

Enrique Bunbury se mostró locuaz, como es habitual en él, dando explicaciones y detalles a cada una de las cuestiones planteadas (incluso a aquellas más comprometidas), pero lo mejor de todo es que se nos mostró como persona, despojado de sus gafas de sol y su sombrero. En casa, ese lugar donde es sencillamente Enrique (aunque se haya sentido en casa en muchos países). Y eso es lo que más agradecimos desde nuestro humilde medio, su cercanía y sonrisa, su sinceridad y sus ganas de hacer de esta rueda de prensa una conversación entre amigos. Así la sentimos. Tan fluida como directa.

Por supuesto que pudimos vislumbrar muchos otros detalles técnicos que inquietaban a los congregados, como quiénes iban a formar su banda de acompañamiento o cómo se justificaba la elevada escalada de precios de sus conciertos e incluso la aparición de zonas "front stage" en los mismos (concretamente en el concierto de la Romareda). Para la primera cuestión la certeza de que serán los Santos Inocentes quienes acompañen al artista maño nos da la seguridad de que el trabajo será refinado y en consonancia a lo que Bunbury tiene en concebido en su cabeza. Pero la sorpresa vino al saber que Erin Memento se sumará a esa fantástica trupé. La artista zaragozana, residente actualmente en Los Ángeles, aportará sus voces, guitarras y teclados a la banda de Bunbury, dejando claro que siempre permanece atento a savia nueva. En cuanto a la segunda cuestión, algo más delicada, Bunbury justificó la escalada de precios desde la pandemia reflejada en todos los ámbitos y aseveró que los distintos precios en sus conciertos pueden acercar al que menos tiene en lugar de hacer más exclusiva la presencia de público en estadios como la Romareda, que ya de por sí ven incrementar enormemente sus gastos.

Temas económicos aparte, también hubo tiempo para rememorar sus otras cuatro actuaciones en este estadio junto a Héroes del Silencio en los años 1986 (de la que guardaba un grato recuerdo ya que por entonces eran un grupo sin material editado y tuvieron la oportunidad de presentarse junto al gran Franco Battiato), 1991 (junto a Niños del Brasil y Las Novias) y 2007 (en los dos conciertos de su gira de reunión). El del próximo mes de junio será el primero en el mítico estadio zaragozano que dará en solitario y quizá el último que pueda darse en este recinto, ya que las obras de remodelación del mismo pueden empezar más pronto que tarde si el club zaragozano termina dando su visto bueno. Eso lo convierte en algo más especial si cabe, aunque Bunbury recalcó que una gira de once citas es ya de por sí algo especial y convierte a cada concierto en único. No es una gira al uso, es más una celebración en cada una de sus fechas, que tendrán lugar en recintos tan míticos como el Madison Square Garden en New York, el autódromo Hermanos Rodríguez de Ciudad de México o el cada vez más imprescindible Wizink Center de Madrid.

Todos estos conciertos contarán con "abridores" (como prefiere llamar a los habitualmente reconocidos como teloneros) que serán anunciados en octubre y que podrían variar en cada ciudad, volviendo a reforzar la idea de la singularidad de cada uno de estos eventos. Únicos como aquel concierto de los Rápidos que rememoraba durante la rueda de prensa en el que Manolo García rompía televisores en el mismo estadio en el que se presentará en Zaragoza, o aquel en el que se impregnó del influjo de Radio Futura, a los que confesó que siempre admiró y que le ayudaron a crecer como artista.

Encontramos a Bunbury muy abierto a todas las preguntas y a la vez muy seguro de sí mismo y consciente de lo que supone este regreso. Agradecido por la acogida de "Greta Garbo" y esperanzado con darle el hueco que merece este último álbum entre el setlist que está preparando, algo a lo que dedica mucho tiempo para intentar darle a cada canción su merecido sitio sin olvidar los clásicos ineludibles junto a alguna sorpresa que pueda contentar a los más exigentes (aunque no, "Nueve" no estará en el setlist tal y como sentenció tras la singular pregunta de uno de los presentes).

Aseguró que no quedan más conciertos que anunciar en esta gira y que al terminar en julio comenzará a grabar su siguiente disco, que confesó tener bastante avanzado. Su sitio en estos últimos años no ha estado tan cerca del escenario, intentando buscar cierta paz y alejarse de alguna manera de los focos, aunque sin dejar de crear por su imparable sentido inquieto. Pero ahora es el momento de pensar en estos once conciertos. Demasiado tiempo alejado de su público pesa y sin duda quiere reencontrarse con él, lo que hace que, tal y como comentó, esté preparándose a conciencia, ya que enfrentarse de nuevo al público es una gran responsabilidad.

Rituales previos a los conciertos, reconocimiento de la gran labor para poner en marcha todo este engranaje gracias a su manager y promotor Nacho Royo, recuerdos a periodistas que le ayudaron en sus comienzos como Cachi y Antonio Tenas, reflexiones sobre dónde encontrar el hogar, abrazos cálidos para su público latinoamericano, pero sobre todo entusiasmo, mucho entusiasmo por unos conciertos que desea que sean excepcionales. El tiempo voló frente a la pantalla. Todos hubiéramos querido más de ese Bunbury que fue más Enrique que nunca y que nos dejó ávidos de un reencuentro del que ya somos parte y pronto se convertirá en una apasionante realidad. Que comience el viaje.