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Elvis Costello y Steve Nieve, camaradas en la intimidad


Palau de la Música Catalana, Barcelona. Miércoles, 5 de septiembre del 2023

Texto y fotografías: Àlex Guimerà

Cinco años después de su actuación en el Festival Jardins de Pedralbes, el músico londinense volvía a una Barcelona que ya lo había visto en el Palau de la Música Catalana en 1993, durante la presentación de "The Juliet Letters", y también en el Teatro Tívoli en lo que se considera su mejor visita a la Ciudad Condal hasta la fecha, aunque su bolo en la Sala Razz en 2013 estuvo igualmente francamente bien. Para esta ocasión, la gira contaba con un formato íntimo en el que interpreta interesantes versiones pero sobre todo repasa su extensa trayectoria a través de algunos de sus éxitos, tanto en solitario como junto con los Attractions, Imposters (incluso también los Roots) o incluso con el recientemente fallecido Burt Bacharach.

Tras pasar por Madrid el día antes y tras su interrumpido (por la lluvia) concierto de Granada, Declan Patrick MacManus (así se llama realmente) se presentaba acompañado por el teclista de los Attractions y su socio en mil y una aventuras Steve Nieve, con el que humildemente ha querido compartir cartel en la gira. A lo largo de dos horas, arropados por teclados, guitarras y piano, la dupla fue desgranando en el emblemático escenario del Palau -según Costello ese sí era un auténtico Palacio y no los Hoteles llamados Palace - hasta 21 temas buscando un clima cercano y lleno de elegancia.

Si bien uno siempre preferirá la versión más eléctrica del bardo rodeado de una banda de rock and roll al estilo de sus primeros discos en plena era New Wave, hay que reconocer que a lo largo de su larga carrera ha sabido reinventarse y explotar como pocos esa cara más crooner y "jazzística", en donde se ha servido con maestría de la dulzura y de tempos sosegados. Aunque para ser honestos el concierto fue bastante irregular con momentos lúcidos pero otros para olvidar. En especial por el tono de su voz, que arrancó justa -con algún puntual desafine- y que fue despertando a medida que avanzaba el recital, o cuando piano y canto no iban a la par.

Pero seamos positivos ya que nos encontrábamos ante uno de los grandes del pop, y a decir verdad en otros instantes disfrutamos mucho con los aciertos de los arreglos e interpretaciones de otras canciones que, sí, se dejaron escuchar fabulosamente. Y, claro, en todo momento pudimos gozar con su entrega, carisma e historietas de viejo rockero. Para el comienzo, el músico mantuvo su sombrero ladeado y encendió la caja de ritmos mientras Nieve soplaba melódica en "When I was cruel No. 2". Le siguió una fallida "Talking In The Dark", en donde quedó patente que el cantante estaba demasiado desnudo y quizás necesitaba una banda para tapar sus carencias. Mejor estuvo en la naif "Shot With His Own Gun" del notable "Trust" (1981) con su voz más cálida y teatral. El primer pildorazo serio llegó con "Accidents Will Happen" que aún sonando algo lánguida y con poco punch nos retrotrajo a esos maravillosos años setenta en los que el músico junto a The Attractions fue capaz de encadenar cuatro elepés que son auténticas obras maestras - "My Aim Is True", "This Year' s Model", "Armed Forces" y "Get happy" - plagadas de píldoras pop rebosantes de melodía y luminosidad. Del mismo periodo directa a nuestros oídos también apareció la preciosa "Allison", muy aclamada por el público, y hacia el final una tenebrosa "Watching The Detectives" que navegó entre la psicodelia, los ritmos reggae y el dub.

Otras que aparecieron fueron "Toledo", manufacturada junto al gran Bucharach, de quien recordó su perfeccionismo y que sonó tierna y bucólica tras el piano de cola de Steve. O la sentida "Shipbuilding" (también versionada por el antiguo residente de Barcelona, Robert Wyatt), que compuso durante la guerra de las Malvinas y que abordó desde los ritmos electrónicos y la experimentación. Pero el momento cumbre, quizás, tuvo lugar con la ansiada cover de "She" de Charles Aznavour, que Costello popularizó en la banda nonora de "Nothing Hill" allá a finales de los noventa. También estuvo presente el American Songbook con su versión de la taciturna "Almost Blue" que tan bien recordamos en manos de Chet Baker. Más dinámica sonó otro hit de sus primeros años, "(What's So Funny 'Bout) Peace, Love and Understanding", prestada de los Brinsley Schwarz de su gran colaborador Nick Lowe. Perfectamente instrumentada con guitarra eléctrica y piano, además del vozarrón de Nieve. Un momento que ya de por sí justificó todo el concierto.

En la recta final los bises aparecieron sin que la dupla abandonara el escenario y en el que abordó la reciente "The Whirlwind" y "I Want You", del lejano "Blood & Chocolate" (1986), recuperando ambos músicos sus sombreros sobre sus cabezas y bajo su mejor versión de la noche.