"Gracias a las canciones, y al arte en general, entendemos mejor algunas cosas que nos resultan complejas de articular con palabras"
Por: Javier Capapé
El último disco de Enrique Bunbury es un viaje al interior. Una colección de canciones llena de preguntas a las que los oyentes podremos dar respuestas tras una escucha intensa. El aragonés errante, fiel a su inquietud artística, nos vuelve a ofrecer una sugerente vuelta de tuerca en su sonido, para lo que ha contado con Adán Jodorowsky en la producción, que refresca su planteamiento y lo proyecta de una manera mucho más directa en este "Greta Garbo". A lo largo de esta entrevista Bunbury se nos muestra cercano y agradecido. Hablamos de sus próximos conciertos, de su relación con su ciudad natal, de cómo entiende toda clase de expresión artística, así como de los cimientos de estas diez nuevas composiciones. Nos regala todo tipo de detalles mientras se asegura de dejar la puerta abierta a ese futuro brillante en el que no dudará en ponerse sus gafas de sol. Esas que le acercan a su sabia manera de entender el arte y que nos abren la vista a la enorme paleta de experiencias que siempre ha caracterizado a cada una de sus creaciones.
¿Cómo comienzan a surgir las canciones de "Greta Garbo"?
Enrique Bunbury: El núcleo central del álbum está compuesto en los meses de crisis, entre los tramos de México y USA, hasta la cancelación de todo en Chicago, y luego posteriormente entre mayo, junio y julio, cuando todo se derrumbaba ante mis ojos. Hay un par de canciones que venían de los meses anteriores a la gira, que inexplicablemente, parecen anticipar o comprender un momento que todavía no había ocurrido.
¿Es definitoria la crisis social derivada de la pandemia para darle forma o para eso ya estuvieron las miradas de "Curso de levitación intensivo"?
Enrique Bunbury: Creo que “Posible”, “Curso de Levitación Intensivo” y “El Puerto Ep” fueron mis discos pandémicos, aunque sólo “Levitación” tenga ese trasfondo. Para este álbum, preferí mirar hacia dentro en lugar de hacia afuera.
Veo cierta relación temática y sonora desde "Posible" hasta ahora, a pesar del cambio de músicos y producción en este último disco. ¿Hay alguna conexión entre ellos a nivel conceptual?
Enrique Bunbury: No, son discos muy distintos a mi parecer. “Posible” y “Levitación” tienen nexos sonoros en común, aunque la perspectiva y lírica es muy diferente, a mi parecer. Luego “El Puerto Ep” ya anticipa la mirada al soul que aparece en este disco. Y obviamente trabajar con distintos equipos, en distintos estudios y con distintos músicos, cambia el enfoque y el resultado.
La intención de desaparecer se vislumbra a las claras en varias canciones. ¿Es ese el leit motiv del disco? ¿Realmente fue una opción contemplada (desaparecer del panorama musical) tras los problemas que desencadenaron la cancelación de tu gira de los 35 años?
Enrique Bunbury: Sí, es el leit motiv. Pasé por muchos estados emocionales a lo largo de los meses, de la euforia a la desesperanza. Desaparecer por completo, no fue nunca una posibilidad, pero sí que tenía claro que los conciertos iban a dejar de formar parte sustancial de mi carrera. Sigo viéndolo así a día de hoy. Mi dedicación a la faceta creativa va a tener un peso mucho mayor, independientemente de que se muestre en público o no. Y la interpretativa y escénica va a pasar a ser algo puntual y mínima.
Los que estuvimos en la primera edición del Vive Latino en Zaragoza echamos de menos tu presencia allí. Amaral, quien se encargó de cubrir ese vacío, te dedicó enteramente el concierto que deberías haber presidido tú, y en el ambiente flotó una sensación de despedida y congoja por no escuchar tus canciones. Sin embargo, en contra de lo que muchos podíamos pensar, estabas sumido en plena producción creativa con este "Greta Garbo". ¿Cómo llevaste ese proceso de cancelaciones que se sentían como una retirada? Y más concretamente, ¿cómo recibiste el gran apoyo que se sentía entre compañeros de profesión y seguidores en esos momentos marcados por tu particular "nube negra"?
Enrique Bunbury: En septiembre estaba en conversaciones con Adán y ya tenía todo el disco compuesto, pero en realidad, hasta noviembre no empecé a grabar, así que estaba, más bien, intentando reorganizar algunos temas que quedaron colgados con la gira. Estructurales y económicos. El apoyo de mis compañeros y amigos fue abrumador y recibí muchas llamadas que me animaron mucho. Estoy muy agradecido a todos ellos. Y por supuesto a Eva y Juan por su cariño y dedicatoria en el Vive. Escribí a Eva muy agradecido por el gesto, que por supuesto no voy a olvidar.
Los Ángeles es tu refugio desde hace ya muchos años. ¿Qué es lo que encuentras en ella para nutrirte? ¿Cómo has conseguido que se convierta en tu lugar de referencia? ¿Existen otros lugares para este "aragonés errante" en los que sentirte ligado a la tierra?
Enrique Bunbury: Llevo viviendo trece años en Los Ángeles, es donde vivo. Soy hoy menos errante de lo que fui. Formar una familia cambia muchas cosas y en la vida pasas por diferentes etapas en las que vas descubriendo diferentes necesidades, conforme vas evolucionando, en pensamiento y en obra. Pero yo me siento muy bien en diferentes países, cuando viajo, tanto en Latinoamérica como en España.
Necesitaba grabar con otros músicos y encontrar contextos nuevos para mi música y mi voz"
En este nuevo disco has cambiado por completo tu rutina de trabajo. Has contado con un productor externo, Adán Jodorowsky, has grabado totalmente en analógico y sin claqueta... te has permitido salir de tu zona de confort y el resultado es revelador. ¿Qué es lo que motivó estos cambios en tus rutinas en el estudio? ¿Qué ha aportado Adán Jodorowsky a tu singular trayectoria?
Enrique Bunbury: No es la primera vez que grabo en analógico. Todos los discos de Héroes se grabaron así. Incluso en Senderos no utilizamos claqueta. Y luego en solitario algunos álbumes como “El Tiempo de las Cerezas”, “Las Consecuencias” y “Expectativas” se grabaron en cinta analógica. Adán ha sido un artífice imprescindible para la grabación del álbum. Su visión y apoyo hacen que el disco suene y sea como es. Si hubiera sido yo el productor hubiera sido totalmente diferente. No sé si peor o mejor, seguramente peor, pero lo que está claro es que Adán me ha traído hasta aquí.
En cuanto a los nuevos músicos que te acompañan en el disco, ¿cómo tomaste la decisión de terminar con "Los Santos Inocentes", una de las bandas más sólidas, con mayor recorrido a tu lado y con un sonido más personal con las que has contado a lo largo de estos años?
Enrique Bunbury: Bueno, era algo que tenía que pasar. Necesitaba grabar con otros músicos y encontrar contextos nuevos para mi música y mi voz. La relación con ellos es estupenda y no descarto volver a trabajar con ellos en algún momento. Nada está roto en cuanto a la relación estrecha entre nosotros.
¿Qué es lo que estos nuevos músicos de estudio aportan a estas nuevas composiciones?
Enrique Bunbury: Traer a jóvenes músicos franceses creo que ayudó a darle un toque de frescura e inmediatez a un disco que necesitaba de honestidad y del sonido orgánico.
Hablemos de la gira (si se puede llamar así) de conciertos que tienes prevista entre 2023 y 2024. Diez fechas en total. Distanciadas y apenas una en cada país. ¿Qué pretendes ofrecernos en esos conciertos? ¿Cambiarás por completo el concepto que llevabas para la gira de tus 35 años?
Enrique Bunbury: Es otro show, no hay porqué comparar. La gira del 35 Aniversario se canceló y esta es una nueva visión, basada en Greta Garbo y en la que revisitaré mi cancionero para darle un nuevo color y sonido. Además, en el setlist me gustaría que aparecieran canciones que hace tiempo que no toco en directo. Pero bueno, estoy en ello, todavía faltan meses y hay que ponerse manos a la obra.
¿Con qué músicos vas a contar para esa gira?
Enrique Bunbury: La respuesta a eso, en diciembre.
Sólo encontramos Madrid para verte en España. Tienes seguidores distribuidos por medio mundo, pero se nos queda muy escasa una única parada en nuestro país. ¿No te planteas en un futuro más conciertos en nuestro país?
Enrique Bunbury: Veremos. Esta no es una gira. Son conciertos aislados. Así que es difícil seleccionar los shows. Hacer solo diez impide extenderse en cada país. Muchos países clave en mi carrera han quedado fuera. Todo Centroamérica y todo el Caribe, por ejemplo. Solo USA y México tienen dos shows, por la extensión y población y por supuesto, entiendo las quejas. Pero anteayer, no había más shows y esta puerta que se abrió es una posibilidad que no contemplaba hasta hace nada.
¿Habrá alguna posibilidad de verte en Zaragoza en concierto? Esta tierra es exigente, pero también sabes que es la que más te quiere. Aquí hemos sido testigos de grandes presentaciones, como la primera vez que sonó en directo el Huracán Ambulante en el Príncipe Felipe o cuando arrancaste tu idilio con los Santos Inocentes presentando "Hellville deluxe". ¿No crees que nos quedamos algo huérfanos sin tu presencia a orillas del Ebro?
Enrique Bunbury: Lo entiendo.
"Todo el tiempo que miras la pantalla es un tiempo que no vives"
Hemos sido testigos también de tu nueva faceta como escritor. ¿Qué es lo que ha abierto "MicroDosis" en ti como artista y cómo lo presentarías para aquellos de tus seguidores que se resisten a verte lejos de tu faceta de músico?
Enrique Bunbury: No entiendo eso de verme fuera de mi faceta de músico. Para mí es lo mismo. Es expresión artística. Llevo escribiendo (canciones) desde adolescente. Escribir un libro, este es el segundo, era algo que inexplicablemente se ha retrasado mucho. Forma parte de algo que considero no tiene cabida en la expresión musical. “MicroDosis” y “Exilio Topanga” son dos proyectos más dentro de mi carrera. Ojalá el público se acerque y disfrute de esa faceta, que ya digo, para mí es la misma.
Desde hace unos meses has puesto en marcha una newsletter para tus seguidores en la que pueden estar al día de tus noticias e inquietudes, así como resolver dudas acerca de tu manera de componer o tus motivaciones en un contacto muy estrecho, de tú a tú. ¿Crees que es esta la mejor manera de estar cerca del público sin necesidad de recurrir a las cada vez más peligrosas redes sociales? ¿Cuál es tu punto de vista sobre las mismas en relación al contacto entre público y artista?
Enrique Bunbury: Es una pregunta muy compleja. Mi relación con las redes sociales es distante. No tengo redes en mis dispositivos. Creo que son una pérdida de mi tiempo. Entiendo que cada uno las disfrute o se informe como considere. Pero yo las veo como un peligro, como el teléfono móvil en sí mismo, para la creatividad. Todo el tiempo que miras la pantalla es un tiempo que no vives. Dicho esto, oficialmente tengo redes y ahí informo de lo que hago, discos, libros, conciertos, videos, entrevistas etc. Si alguien está interesado, ahí tiene la información oficial y fidedigna.
Volvamos al disco. "Greta Garbo" suena mucho más fresco que nunca, con un punto setentero libre y desprejuiciado pocas veces visto en tu carrera anteriormente. ¿Es una consecuencia directa de salir de los mandos de la producción después de tanto tiempo? ¿Necesitabas tomar aire, soltar la presión de la producción, limitarte a la composición e interpretación?
Enrique Bunbury: Puede ser. Desde luego necesitaba salir del control de la producción. No sé si vuelva a producir más. Creo que lo que ahora necesito es la visión y el apoyo de alguien externo que me lleve a lugares que no he visitado anteriormente
Te abres en canal en algunas canciones, mostrando los pasajes más difíciles por los que has pasado últimamente como haces en "Desaparecer" o "De vuelta a casa". ¿Ha sido éste un ejercicio de autoterapia?
Enrique Bunbury: Siempre lo fue. Mis canciones me ayudan a explicarme y a intentar entender el mundo que nos ha tocado vivir. Esa, para mí, es la función fundamental de las canciones. Así también entiendo el disfrute que me supone escuchar el trabajo de mis compañeros de profesión. Gracias a las canciones, y el arte en general, entendemos mejor algunas cosas que nos resultan complejas de entender y de articular con palabras.
En "Nuestros mundos no obedecen a tus mapas" dices eso de "las canciones ponen la mirada donde los demás la retiran" y en "Corregir el mundo con una canción" nos hablas del poder o la energía de las canciones para cambiar nuestro particular universo. ¿Son estas canciones un alegato al poder de la música y su capacidad transformadora? ¿Eres de los que todavía mantiene la esperanza en el cambio a través del arte?
Enrique Bunbury: Totalmente. Esas dos canciones, que abren y cierran el disco, son metacanciones que hablan del arte como vehículo para la sanación y para comprendernos mejor. Por supuesto que pienso que el mundo cabe en una canción y que una canción puede arreglarte y alegrarte el día. Y arreglando la vida de uno, ayudan a cambiar el mundo para mejor. Creo que los grandes creadores son santos que merecen el cielo.
"Escribo las canciones que necesito y siento"
"Invulnerables" es muy directa, pop, algunos dirían que indie, aunque sea un término muy manido. Algo parecido le ocurre a "Para ser inolvidable", ésta con unos aires más cercanos al disco de los setenta, pero igualmente guitarrera y fresca. ¿Hay una intencionalidad de acercarte más a un público no tan atado a tus referentes clásicos con estas canciones? ¿Son una manera de renovarte y refrescar tus costuras o su sonido ha salido de forma espontánea y más casual?
Enrique Bunbury: El público se acerca o se aleja independientemente de lo que yo pretenda. Así que escribo las canciones que necesito y siento. Ojalá ocurra como tú dices y otros públicos escuchen y disfruten, pero no creo que eso esté en mi mano. A mí me gusta mucha música distinta. A lo largo de mi carrera me he asomado a muchos géneros, con mayor o menor fortuna. Hay muchos que me encantan y nunca me atrevía a tocar, por considerarme incapacitado. Pero en general, pienso que los instrumentos y los géneros musicales son herramientas a la disposición del compositor de canciones para dar pinceladas de color a los pensamientos y sentimientos que quieres transmitir.
El clasicismo pop de "Autos de choque" o los timbres desgarradores setenteros de "La tormenta perfecta" cautivan hasta al más escéptico. ¿Has intentado dejar de lado tu vena melómana más exigente con tu público para hacerte más accesible?
Enrique Bunbury: En mi cabeza, supongo que también en la de casi todos los que hacemos canciones, todo lo que hacemos son hits. Es una broma, obviamente, pero, desde luego, nunca quise dificultar la escucha haciendo música inaccesible. Aunque es posible que mis gustos y planteamientos no sean siempre populares. Que te parezca este álbum más accesible me maravilla y me encanta. Es una gran noticia.
Pocas veces hemos visto rugir los solos de guitarra en tus discos anteriores como en "De vuelta a casa", "Para ser inolvidable" o "Invulnerables". ¿Es momento de reivindicar las seis cuerdas en un momento de música menos orgánica y más enlatada?
Enrique Bunbury: Yo creo que en todos mis discos hay guitarras imponentes. Es posible que en otros, el contexto más electrónico o más latino o mediterráneo, despistara y no dejara ver el bosque de rocknroll que engloba todo lo que he hecho. De todas formas, agradezco que así lo veas y seguro a Raoul Chichín, que es un amor, le encantará saberlo. Hizo un gran trabajo.
En "De vuelta a casa", una canción con mimbres clásicos, afirmas: "El futuro es brillante, me pondré mis gafas de sol". Sueles ser de los que estás al día en lanzamientos musicales y recomiendas a tus seguidores muy buenas y variadas escuchas de novedades. ¿Crees que lo mejor está por llegar?
Enrique Bunbury: Por supuesto. No sé si en mi carrera, pero soy optimista por naturaleza. No soy de los que ven el apocalipsis a la vuelta de la esquina, ni creo que las músicas más comerciales y banales que ocupan mucho del radar del algoritmo sean lo único que nos ofrece el presente y nada bueno surja en el futuro. Solo hay que estar un poco atento y rebuscar entre los cajones de los discos de tu tienda favorita. Y en el peor de los casos, siempre puedes volver a escuchar a los grandes, que son inagotables.
El saxo vuelve a estar presente como ocurre en tus discos desde "Expectativas". Esta vez roza más la línea del "Blackstar" de Bowie en temas como "Corregir el mundo con una canción", con ese toque crepuscular que le sienta tan bien para cerrar. ¿Qué es lo que te atrae de esta línea más free jazz que se puede palpar aquí y que ya predominó en muchos momentos de "Curso de levitación intensivo"?
Enrique Bunbury: Me encanta el jazz y me encantan los buenos saxofonistas. Es un instrumento maravilloso. Hay que tener cuidado con él, pero puede ofrecer pinceladas creativas asombrosas. ¡Poco saxo me parece que hay en mi discografía para lo que me gusta!
Y a pesar de esos toques jazzísticos y en algunos momentos retro, puede decirse que éste es uno de tus discos más en la vanguardia, más contemporáneo. Con un pie en los setenta y otro en el bien avanzado siglo XXI. ¿Es esta tu forma de actualizar los sonidos clásicos para las generaciones futuras? ¿Crees que este puede ser un disco atrayente para los oyentes más pegados a la actualidad?
Enrique Bunbury: Ay, gracias. Es una maravilla que así lo veas. No tengo ni idea de lo que piden los oyentes o lo que escuchan en sus casas. Creo que muchas veces nos referimos al público en singular cuando es un grupo de individuos con pensamientos y sentires distintos. Entre mi público imagino que los hay que disfrutaron más de mi etapa con HdS o de la etapa del Huracán o de mi época fronteriza o mis discos más contemporáneos. Me encuentro de todo y creo que cada uno escucha un nuevo lanzamiento con diferentes expectativas en mente y en su corazón.
Has sido profeta en tu tierra. Tuviste unos años de enorme reconocimiento en Zaragoza coincidiendo con "Flamingos" y tu año de pregonero en las Fiestas del Pilar. Volviste a revivir este idilio con la gira "Mutaciones" y el tour de "Expectativas", en uno de tus momentos más inspirados. ¿Crees que podrás revivir más pronto que tarde esa buena sintonía con tu tierra o lo del "aragonés errante" se ha quedado solo en un sobrenombre que ya no te crees?
Enrique Bunbury: Ay, qué pregunta más rara. Siempre me trataron bien en Zaragoza y siempre les traté bien, como público y como ser humano que patea sus calles. Me siento muy querido en mi ciudad y te lo digo por mi experiencia, caminando y saludando a la gente. Mucho amor es lo que recibo y muy agradecido que estoy.
Aislarte en "Alaska" puede ser tentador, pero ¿no crees que, a estas alturas, podrías tener una vida también medianamente anónima en la ciudad que te vio nacer?
Enrique Bunbury: Jajaja. Ni lo uno ni lo otro. En Alaska no se me ocurriría vivir, desde luego. Y, en Zaragoza, lo último que podría decir, y voy mucho, es que mi vida ahí es anónima.
"Ciudadanos del mundo entero, a Zaragoza llevo en el corazón" rezabas en "Contradictorio", del lejano "Pequeño". ¿Sería éste un buen momento para volver a casa (en alusión también al título de unas de las canciones principales de "Greta Garbo") o sigues siendo un ciudadano del mundo sin querer atarte a ningún lugar en particular?
Enrique Bunbury: Bueno, eso son decisiones personales que vienen dadas por las circunstancias de la vida. Actualmente vivo en Los Ángeles y no veo motivos para cambiar de residencia. Pero tiene que ver con mis circunstancias familiares. Si éstas cambiaran, no dudes que cambiaría de lugar de residencia y, eso, por supuesto podría ocurrir.
Ahora que estás alejado de las giras maratonianas y te dedicas a componer, grabar y llevar una vida algo más alejada de los focos, ¿qué es lo que más valoras de este momento más volcado en ti mismo, más cerca de los tuyos?
Enrique Bunbury: Exactamente eso. La vida. Y el arte. Crear. Canciones. Escribir. Pintar. No hago planes.
Mientras no puedas encontrar una alternativa a las giras sin glicol y vayas disfrutando de esta vida más relajada fuera del circuito comercial, ¿será difícil verte tan activo en el estudio como lo has estado estos últimos tres años o piensas que va a ser éste tu nuevo modus operandi (intercalando grabaciones de discos cuando el cuerpo te lo pida con la publicación de nuevos libros u otros variados proyectos) en el tiempo venidero?
Enrique Bunbury: Esa es mi idea. Por ahora estoy escribiendo el nuevo álbum, que me gustaría entrar a grabar pronto y un poemario, que va lento, pero va.
Y para terminar, y siguiendo tu línea siempre abierta a nuevas propuestas, ¿cómo nos recomiendas escuchar este "Greta Garbo"? ¿Algún maridaje particular, alguna lectura complementaria o algún disco con el que combinar?
Enrique Bunbury: Lo mejor para escuchar los discos es en vinilo, con un buen equipo de alta fidelidad, con atención y disfrutando tu bebida favorita.