Por: Txema Mañeru
La verdad es que la Colección “Conversaciones” de Efe Eme nos está dejando bastantes volúmenes realmente recomendables. Muy recientes y especialmente atractivos para mí han sido los libros de conversaciones con Jorge Martínez (Ilegales) y Quique González. Pero es que si te pasas por www.efeeme.com
comprobarás que hace tres años el gran Luis Lapuente entregó uno de los mejores y de los más entretenidos para leer. Sí, te hablamos de “Conversaciones con Gonzalo García Pelayo”. Al que debemos definir como un aventurero, vividor y moderno Leonardo Da Vinci.
Pues ahora, el mismo autor ha escrito “Conversaciones con Teddy Bautista” (Efe Eme), que todavía puede suponer un paso más allá, dado el interés que siempre ha suscitado Teddy y también la gran polémica surgida en torno a su dirección de la SGAE en años recientes.
Aunque, ante todo, Teddy Bautista es un grandísimo e histórico músico. El creció antes que nadie aquí en los años 60 y triunfando en Estados Unidos. El soul de Canarios está todavía por superarse aquí. Un disco progresivo y experimental como “Ciclos” es otro gran hito en su trayectoria. Luego estuvo su participación en la buena versión española de “Jesucristo Superstar”, junto a Camilo Sesto. Papeles en el cine que sumó a su tarea de productor de artistas claves como Triana, Nacha Pop, Luis Eduardo Aute, Leño, Cecilia o Topo. Una actividad musical que dejó un poco de lado por renovar la vetusta SGAE. En 2011 fue detenido por orden de la Audiencia Nacional y tuvo un duro proceso judicial, durante una década, que terminó por absolverle de todas las causas que fue imputado. Controvertido conflicto en el que se mete de lleno un libro que nos lo cuenta todo sobre ello en unas más de 230 páginas que vienen ilustradas con montones de fotografías, de hasta una página de tamaño, a las que suman otras en cuidado papel satinado con grandes imágenes en color y en blanco y negro de toda su trayectoria artística. Todo coronado por un muy buen epílogo de Rosa Falcón y un extenso capítulo titulado “El Proceso” con mucho morbo y jugo, como ya hemos dicho.
Al frente de la obra se encuentra Luis Lapuente, el Doctor Soul que tiene varios recomendables libros sobre música soul en Efe Eme que no nos cansamos de recomendar ni de leer. Te hablamos de la trilogía “El Muelle de la Bahía. Una Historia del Soul”, “La Tierra de las Mil Danzas. Los Grandes del Soul” y “Los 100 Mejores Discos de Soul”. También muy recomendable resulta su “Historia de la Música Disco”. Pero este “Conversaciones con Teddy Bautista” es realmente apasionante y lleno de sustancia. Nos descubre “secretos” como su devoción por Elvis Presley, James Brown o el soul más tórrido de Sam Cooke u Otis Redding. Cuenta cómo consiguió su autógrafo de Elvis y la revelación que supuso para él. También sus andanzas por los USA y su arrepentimiento de haber regresado a hacer la (puta) mili porque sino, quizás hubiera podido ser más grande como artista. Se emociona al recordar sus lloros al oír a Sam Cooke y cómo descubrió a Chicago o Blood, Sweat & Tears. Igualmente da buena cuenta de sus aventuras por Cuba junto a sus “amigos” Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, entre bastantes más. No se arrepiente de sus pensamientos y militancia comunistas, aunque haya tirado últimamente más por el anarquismo, recordando hasta su ataque por miembros de Cristo Rey. Al principio en Las Palmas nos habla de sus primeros escarceos con Los Ídolos, que versionaban a Cliff Richard y sus Shadows y que tocaron junto a ellos temas en directo.
A lo largo de sus páginas además iremos asistiendo a un repaso por nombres y andanzas con otros músicos y amigos como Lightnin’ Hopkins, Caco Senante, Robert Moog o un Frank Zappa con el que coincidió personal, ideológica y musicalmente ¡Menuda vida azarosa y entretenida! Otro acierto es la presencia de citas de Franz Kafka al comienzo de los capítulos. Algo lógico cuando estos llevan títulos como “La Metamorfosis” o el ya destacado y amplio “El Proceso”. Además, recuerda al respecto cómo Fernando Arrabal le regaló “El Proceso”. La verdad es que yo me lo he devorado en tan solo dos días porque te cautiva la conversación por su emoción y humanidad, además de algunos datos escabrosos y curiosos siempre repletos de interés. ¡Merece la pena leerlo, escuchar lo que tiene que decir y decidir si era culpable o la historia le absolverá!