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Robert Forster: “The Candle And The Flame”


Por: Txema Mañeru

Robert Forster ha cumplido la edad más habitual de jubilación hasta la fecha, los 65 años. La edad seguirá subiendo poco a poco y Robert Forster seguirá ofreciéndonos buenos trabajos como este reciente y calentito “The Candle And The Flame” (Tapete Records / Gran Sol), que sucede al también recomendable “Inferno” de hace ya cuatro años y que cuenta con un precioso título, por cierto. Pero es que él fue, junto al tristemente desaparecido Grant McLennan, el principal artífice de una banda esencial en la música de los años ochenta. Te estamos hablando de los entrañables The Go-Betweens, que hicieron un impecable póker de LPs en dicha década. Nos referimos a “Send Me A Lullaby”, “Before Hollywood”, “Spring Hill Fair” y “Tallulah”. Fueron de lo mejor del pop australiano de la época junto a The Church, The Triffids, Paul Kelly, Died Pretty y hasta unos Nick Cave & The Bad Seeds con quienes colaboraron. Robert sigue, por cierto, involucrado en la reedición de la obra de la banda que va a tener un tercer volumen, creo, pronto. 

A mí solían gustarme más las canciones de Forster que las de McLennan (aunque este último también firmó alguna de las mejores) y le he seguido más en su larga trayectoria en solitario. En este aspecto me gusta mucho la definición que hizo un crítico sobre sus creaciones. Venía a decir que tenía un don para las canciones pop astutas junto con las baladas inquietantes con las que contribuyó a los álbumes de Go-Betweens, y su carrera en solitario ha mostrado una mezcla saludable de ambos estilos. ¡No podemos estar más de acuerdo!

 Lo vuelve a demostrar en un disco muy especial y muy familiar. El caso es que su mujer, Karin Bäumler, fue diagnosticada con cáncer de ovarios hace algo menos de dos años. Tras el dolor y la frustración, la reacción de ambos fue luchar. La mejor prueba de ello es la canción que abre el nuevo disco del que ahora entenderás mejor su apropiado título. La personalísima canción de apertura es "She’s A Fighter", y cuenta con aportaciones de la familia al completo. Su mujer, Karin, toca el xilófono, su hija, Loretta, se encarga de una guitarra y Louis, al que quizás conozcas por The Goon Sax, le da unos buenos achuchones a la guitarra eléctrica. Entre todos crean un emocionante tema que combina muy bien guitarras acústicas y eléctricas y que va subiendo de tono en un crescendo musical que define a la perfección esa lucha en la que se involucraron juntos.

 Continúa el breve disco de nueve temas con el primer single de adelanto. Un "Tender Years" que es un devocional canto a su esposa y que cuenta con una maravillosa melodía templada marca de la casa. El disco lo ha producido el matrimonio junto a su hijo Louis y de las buenas mezclas se han encargado un experto profesional como es Victor Van Vugt, conocido por su trabajo con Nick Cave o PJ Harvey. También ha colaborado en el disco la bajista, y ex-Go Betweens, Adele Pickvance y Scott Bromiley y Luke McDonald, de The John Steele Singers, que ya habían estado en trabajos previos de Robert. Cálidas acústicas, guapa melodía y buenos coros de su mujer decoran una "It’s Only Poison" con buenos toques al mejor Dylan. La letra, ya veis, también qué tema trata. "The Roads" tiene un comienzo realmente mágico con él sólo y en acústico. Un precioso lento que luego añade cálidos arreglos de cuerdas que le dan una textura realmente hermosa. Me gusta el dueto trotón y acústico de "I Don’t Do Drugs I Do Time", un tema muy pegadizo con "ta-ra-ta-tas" incluidos. Buenos punteos eléctricos y estribillo muy alegre para "Always" y sonidos más íntimos, aunque con alguna buena guitarra eléctrica, en otra muy emotiva y personal "There’s A Reason To Live". ¡Claro que las hay… y para todos!

Finaliza el álbum acordándose a su infancia con cariño en "When I Was A Young Man", donde en la mayor parte del tema se encarga él solo de todo. Luego se incorporan algunas dulces cuerdas y una segunda guitarra para añadir emoción a tan confesional tema. Se trata de un disco desnudo, personal, crudo, pero de esos que ayuda a curar heridas… físicas y emocionales! Sobre todo, con el amor como principal arma.