El concepto de ecosistema se empezó a desarrollar allá por el siglo XVIII, pero no fue hasta mediados del siglo pasado cuando se acuñó el término para, unos años después, asociarle la característica definitiva para la comprensión de las interacciones entre individuos de una comunidad. En ese sentido se podría definir a la banda galesa -que jugueteaba con el noise pop y asociados- Joanna Gruesome como la burbuja inicial de todo un ecosistema. Burbujas de esas que se reproducen compartiendo parte del espacio y que se dibujan en diagramas. Resulta que Owen 'O' Williams es el elemento común en todas esas burbujas explosionadas a raíz de la disolución de Joanna Gruesome, ya sea con Lan McArdle, frontwoman de Joanna en Ex-Vöid, o sentándose a la batería en los Nits como acompañantes de Siter Sniffany en la banda de punk lacerante que se hace llamar Sniffany & the Nits.
La última burbuja, es decir, banda, en aparecer en este diagrama se llaman The Tubs, y en ella, en la interacción, junto a Williams aparece George Nicholls su compañero de guitarras en Joanna Gruesome, ambos dos como miembros fundadores, y en otra vuelta de tuerca, además del batería Matt Green, incluye a Max Warren al bajo, quiée también desempeñaba esa función en.… ¿hace falta decirlo?
Con todos estos antecedentes no resulta extraño que The Tubs sean los receptores de toda la amalgama de sonidos que se veían o entreveían, según el caso, en todas y cada una de las bandas citadas, extrayendo, solo faltaría, lo mejor de cada una de ellas. Todo ello envuelto en un aroma ochentero que, digámoslo pronto, es en lo único, o casi, que los podría emparentar, y no de una forma demasiado cercana, con el término post punk, por más que éste sea un término muy usado por diferentes medios a la hora de referirse a los galeses. En ese sentido "Ilusion pt II", el tema con el que se abre este "Dead Meat" de The Tubs, es una muestra absolutamente aclaratoria del concepto, o dicho de otro modo, como si The Smiths fueran una banda moderna que hubiera descubierto a unos REM primerizos. Puestos a usar etiquetas la banda galesa tiene muchas deudas con el jangle pop, oscuro si se quiere, e incluso ajustándolo más se diría que fuertemente emparentado con el movimiento australiano llamado “dolewave” que tan bien encarnan bandas como Rolling Blackouts Coastal Fever, algo que queda meridianamente definido en "Two Persons Love" y su descripción del delirio de creer que alguien de un estatus superior se ha enamorado de ti.
Owen 'O' Williams alberga una de esas personalidades de mentes torturadas, y eso se plasma en sus letras: “Tener un trastorno compulsivo que me vuelve loco no es mi 'superpoder' o lo que sea, en realidad solo me convierte en un tipo irritante que huele mal.”. Eso sería también muy post punk si no fuera porque mentes torturadas las hay en casi todos los estilos. El influjo australiano, en su parte más pop, es la línea argumental de “I Don’t Know How It Works”, que incluye por primera vez la voz de Lan McArdle en los coros. No será la única, es más, será una constante a lo largo del disco, por lo que a estas alturas The Tubs se podría decir que son la consecuencia de un golpe de estado en Joanna Gruesome. Bueno mejor digamos una revolución producto de cierta madurez adquirida con el paso del tiempo.
Puede que sea la tonalidad de voz, o puede que no, porque desde luego el juego de guitarras de "Dead Meat", que da título al álbum, es puro REM, y no olvidemos que el término jangle aparece con The Byrds, así que la influencia americana no tiene por que resultar extraña y todo ello en apenas minuto y medio. La guitarra un tanto funk de "Sniveller" y el atormentado comienzo de la voz se suaviza en un estribillo cantado a dos voces que recuerda inevitablemente a otra pareja, ésta emparentada con el folk rock británico, pero no son, claro está, Richard y Linda Thompson, sino la voz de Williams y McCardle suavizando una canción preñada de aromas a lo Television. Y por añadir otra burbuja al diagrama el nombre de la canción también es el nombre de otra banda en la que participa Williams. Estas referencias al folk rock británico siguen presentes en el pop de guitarras suaves y estribillos amorosos de "Doped" y, aún más, en la más acelerada con su pizquita de punk, o sea más ochentera, "That's Fine", sobre todo cuando la canción se toma un respiro. El espíritu del college rock, de esos comienzos de REM, se desata en "Round The Bend", y será casualidad, pero hay un punteo que parece sacado de una balada de los Allman Brothers lo que incide más aún en la amalgama de influencias.
A pesar de que mantiene un elevado nivel desde el principio, "Dead Meat", parece ir creciendo a medida que llega a su final. Cierto es, que se trata de un disco breve que no llega a la media hora, pero en realidad esto es lo de menos porque es de esos discos que casi automáticamente se volverían a pinchar, y es que cuando acaba la soberbia "Wretched Lie", esa canción que el propio Owen 'O' Williams define como una "automentira" dicha encima de un escenario, se hace casi inevitable volver a oírlo y volver a llegar a disfrutar de ese bajo y esas líneas de guitarras tan a lo Cure con la que se cierra este brillante disco. Y es que a diferencia de otros casi no se puede decir que The Tubs sean una revelación porque ya lo venían avisando desde hace más de una década y, ahora han conseguido, recogiendo lo mejor de las otras burbujas, entiéndase grupos, crear una burbuja única y fulgurante en formato de banda que publica su primer disco, aunque en realidad se pudiera decir que en el fondo han conseguido su mejor trabajo. Repleto de guiños, intuiciones y reflejos de otros sonidos, "Dead Meat" nos muestra a una banda absolutamente inspirada, y poco importa que las referencias se hagan obvias cuando esa amalgama hace que la burbuja se expanda y se llene de coros, melodías y riffs absolutamente bien desarrollados, bien elaborados y bien construidos. Dios bendiga a las mentes tortuosas, a los ecosistemas y a los diagramas de burbujas que son capaces de elaborar discos de esta belleza.