Por: Txema Mañeru
Descubrí a estos denominados “The Sonics trasalpinos” hará unos cuatro años gracias al espectacular sello de rock’n’roll, siempre en vinilo, FOLC Records. Ellos les conocieron en sus giras por el mundo y quedaron cautivados y quisieron editarlos en comandita con su sello italiano, el prestigioso Wild Honey Records, en el que graban también Denitz Tek, John Paul Keith, Yonic South, Giuda o The Peawees, entre otros. “Midnight Fever” era tan solo su segundo LP en una década de trayectoria para esta “The Band Of Thousand Dances”. Una banda que desde su sello recomiendan para los seguidores de Little Richard, Hank Ballard And The Midnighters, Isley Brothers, Larry Williams o Mitch Ryder and The Detroit Wheels. Yo, al escuchar dicho trabajo me acordé de otras propuestas tan o más destacadas como las de los Beach Boys, Sam The Sham & The Pharaohs, Chubby Checher y hasta a los Dr. Feelgood de Wilko y Lee Brilleaux.
Ya sé, si no los conoces aún, te están entrando unas ganas locas de hacerlo. Pues comienza por su tercer, calentito y espléndido LP. Una vez más, preciosa portada, en esta ocasión no "comiquera" como la anterior, para otro discazo que te incita al baile desde su mismo título y desde la salvaje fiesta de la portada. Esta vez estamos ante nuestra “Last Chance To Dance”. Yo bailo como el culo, la verdad, pero la verdad es que esta música te invita a mover los pies y en directo, la cosa debe ser ya un fenómeno imparable y contagioso.
El disco comienza con "Tyrans Of The Twist" y título ya más que indicativo. A tope de marcha para bailar pero también para arañar tu guitarra imaginaria o aporrear tu batería en el aire. Primer estribillo redondo y cálidos toques doo wop. Enamoran y cautivan con sus aires "fifties" en "Ten Years Of Lovin’". En "C’Mon And Swin" nadan junto al Hammond de Riccardo Sbaffi. Se trata de una de las tres versiones que contiene el disco. Cierran la cara A con el rhythm and blues salvaje con coros contagiosos titulado "Midnight Train". Gran solo de saxo peleando con la guitarra.
La cara B arranca con el destacado tema titular compuesto de buenos coros en formato llamada-respuesta con toques surf y doo wop y ecos a los Beach Boys hasta en su letra. "Bumblebee" es otra acertada versión que deja paso a la pantanosa y oscura "The Midnight Queen". Una gozada con un saxo tenor brutal al estilo de los MFC Chicken. Finaliza el disco con la última y más popular versión. Se trata de "The Girl Can’t Dance", una salvajada al estilo de los primeros Dr. Feelgood, pero más engorilados. Casi se acercan a The Troggs e incluso a The Cramps y van sonando más y más rápidos. La verdad es que el álbum se hace cortísimo y nos ha motivado a desempolvar el “Midnight Fever”. Cómo les gusta la “Medianoche” a estos italianos, pero a quién no.