Por: Javier González
Fotografía: Antonio Olmedi
Que Lagartija Nick es una banda que arriesga y disfruta moviéndose en el alambre es un hecho. Llevan toda una vida demostrándolo. Y como decía la sentencia de aquel espeluznante crimen, lo hacen “solos o en compañía de otros”. Como cuando con Enrique Morente grabaron el imperial “Omega”, rescatando a Lorca y mezclándolo con Leonard Cohen. Más tarde fue Val del Omar al que trajeron de vuelta de un inmerecido olvido ellos solitos. Y ahora le ha llegado el turno a otro grande, a otro genio, Luis Buñuel.
Un proyecto al que han mimado, dedicándole tiempo y bastante cantidad de dinero para dar vida a “El Perro Andaluz”, otra vuelta de tuerca repleta de Surrealismo, donde la banda granadina amplia la paleta de sus sonidos para firmar otro de los grandes trabajos de una discografía imponente.
Descolgamos el teléfono para volver a entrevistar a uno de esos genios de nuestra música como es Antonio Arias, quien repleto de locuacidad vuelve a dejar patente que juega en otra liga. Uno de esos tipos que ve cosas donde los demás solo sienten oscuridad.
¿Qué tal estás, Antonio?
Antonio: Bien, aunque hemos tenido que sobrevivir estos años donde sacar proyectos es una cosa sorprendente, más allá que tenerlos tampoco es nada fácil. Si tenerlos es trabajoso, sacarlos es el triple de trabajosos. Estamos capeando el temporal, pero está bien porque por lo menos tenemos todos salud.
Este fantástico álbum que hoy nos ocupa nace a raíz de la petición del Festival Abycine. ¿Cómo surgió la posibilidad de adentrarse en los poemas de Luis Buñuel hasta hacerlos canción?
Antonio: La propuesta era hacer música las imágenes de Buñuel. Todos conocíamos su biografía “Mi Último Suspiro”, también sabíamos de su animadversión por la música en el cine y sobre todo en su cine. Decidí buscar a través de internet sus poemas de la época en la que estaba en la residencia de estudiantes, aquello fue un camino por sí mismo que nos permitió encontrar su voz poética propia, reflejada en su poesía cinematográfica y viceversa. Al leerlo vimos que fue surrealista antes que Lorca y que es más bruto que el surrealismo francés. Está motivando y rompiendo. Nos orientamos gracias a que su iconografía, tanto fílmica como poética, acude a las mismas temáticas: al sueño, al nacimiento del cine, a Freud y a la sublimación del subconsciente. Musicalmente era un reto porque no teníamos que atender a ninguna lógica. Ese proyecto quedó varado, se quedó apalancado allí en Albacete en 2020, pero con la pandemia me dio tiempo a componer más canciones. En la presentación para Abycine atendimos a las influencias de su época: al jazz y al charlestón, lo que vino después fue tirar hacia su influencia aragonesa con las calandas y los cantos. Se fueron activando colectivos que aportaron fuerza inédita al trabajo.
Para muchos de nosotros la obra poética de Luis Buñuel era poco menos que un secreto.
¿Qué te fascinó de esta porción de su enorme arte?
Antonio: Ángel Petisme había hecho algo e incluso Luis Eduardo Aute en un documental sobre Buñuel hizo una versión de “Me Gustaría para Mí”, pero es muy desconocida fuera de ciertos ámbitos. Gracias a este trabajo hemos descubierto una voz propia de alguien anticipativo. Su poemario nos ayudó para no tener que abarcar todas sus influencias, dejándolo en los años veinte de “Un Perro Andaluz” y “La Edad de Oro”. No se trataba de abarcar toda su figura sino un momento trascendental en la historia del arte.
Vaya época más concreta, los felices 20 que acabaron abruptamente con el crack del año 29.
Antonio: Buñuel es surrealista antes que Lorca vaya a Nueva York, quien va después del 29, tras el crack como has dicho tú. De hecho, hace poco coloqué en Internet un estudio sobre el poema de Lorca “Nocturnos de la Ventana” y el principio de “Un Perro Andaluz”, creo que todos quedaron marcados por los años veinte. Nosotros hacemos un viaje en el tiempo ya que estamos en otros locos años veinte. Hay varios guiños de memoria histórica como si no les hubiera fusilado ni obligado a exiliarse y a la vez hacer una especie de misiones pedagógica, mostrar a la gente formas de hacer arte que aún tiene muchos elementos por descubrir. Dalí, Buñuel y Lorca, en nuestro caso ampliados por Val del Omar, son un grupo transgresor. La pregunta es qué sentido tiene hacer algo tan antiguo, pues la respuesta es muy sencilla, no por antiguo quiere decir que esté asumido. Es un poco como el cine mudo. Hoy tenemos más acceso a dicho material y lo damos por olvidado. No hay una especia de memoria histórica, misiones pedagógicas, túnel del tiempo y agujero de gusano.
¿Crees que la gente tendrá otra percepción de Buñuel tras escuchar el disco?
Antonio: Creo que cualquier persona al oír el disco verá el colorido, el deseo, Freud, el sexo, el anticlericalismo…se verán las escenas de los poemas en las películas. Las obsesiones son las mismas. Hace un cine poético, parecido a las vanguardias de Man Ray, la obra posterior del Val del Omar. Toda esa iconografía está en los poemas. Todo el mundo reconocerá poemas y secuencias de su cine. Él decía que si ponías un número a cada verso, tenías un guion de cine. A nosotros nos daría para vídeos y vídeos. Buñuel lo explica como influenciada como André Bretón. Una cosa buena del disco es que se abre a cualquier explicación. Él no lo busco, pero tu cuerpo va a empatizar con él y vas a reconocer cosas que te han pasado. Va a ocurrir cosas en vuestras vidas surrealistas o realistas del sur.
Musicalmente es un álbum muy heterogéneo. ¿A qué responde este hecho?
Antonio: Para mí, será por toda la pasta que le hemos echado, es el que mejor suena. Está claro. Es el más trabajado, a diferencia del primero que nos tiramos varios años ensayándolo. Este que viene de 2017, necesitó de mucho ensayo, luego vino la pandemia que lo paró, se recuperó. Hicimos las maquetas, lo sacamos, lo destrozaron, tuvimos que volverlo a sacar. Es un proceso que me encanta porque es volver a sacar un disco de grupo, suena a Lagartija Nick como nunca. Hemos trabajado muchísimo para menear nuestros miedos. Es una de las experiencias más grandes que me llevó, sabiendo que Juan y Eric estaban conmigo desde el primer single haciendo cosas rompedoras hoy día que todavía nos sorprendan a nosotros. El trabajo me parece fantástico de trabajo y horas. Afortunadamente César Martín, el director de cine, lleva dos años grabando el proceso del disco, así que está documentado y sacaremos un documental para Netflix o FlixOlé que pega bastante más. (Risas)
“No me parece ni bien ni mal” es casi una tarantela. No te imaginaba metido en esos terrenos sonoros.
Antonio: Hemos conservado el espíritu de aquella actuación de 2017, si las canciones son largas es porque hemos respetado la duración de las longitudes fílmicas que nos enviaban. Siguen en nuestra retina y mente pese a solo haberlas hecho una vez. Al seguir grabando, sobre todo en la fase final en el teatro, volvíamos a proyectar las imágenes. Las películas nos han influenciado, si había un aire de bandurrias o había una melancolía rural, se ha conservado de la experiencia visual. No nos ha dado ninguna aprensión acudir a lo que nos pedía la canción. Nos vemos versátiles, lo mismo nos hemos confiado demás.
¿Podemos hablar del final de una trilogía que abarca “Val del Omar”, “Omega” y “El Perro Andaluz”?
Antonio: Es imprevisto porque nadie se plantea una trilogía en cuarenta años, pero así ha salido. Es verdad que pájaros de Angustia pretendía reflejar una simultaneidad por tiempo. Es un tres por cuatro que quiere ir a un rock en cuatro por cuatro, en la estrofa y estribillo. Tiene esa experiencia sobre el trabajo de Lorca. Y de Val del Omar tiene el rendirnos ante la experiencia que es crear algo tan concreto. Se parece porque la estructura no atiende a una razón clásica, estribillo-puente, la tiene, pero intenta evadirse. Evoca esas composiciones y sí que cierra la trilogía. Al comenzar a conocer el poemario, llamarlo “El Perro Andaluz”, que él llamara a su película “Un Perro Andaluz”, que Lorca se sintiera tan ofendido. Hemos querido darle una vuelta al homenaje diciéndole: Federico no te enfades, el que se mosquea pierde. Todo lo contrario, es un homenaje a ti. Siempre se hablará de ti cuando se hable de la película. Nosotros queremos mantener el guiño, tomarnos el insulto como bandera, queremos ser el insulto y ser protagonistas, haciendo protagonista de Federico. Tenerlos cerca dialogando y de la mano es una de las labores artísticas de Lagartija Nick. Ya lo hacía Jesús, transexualizando a Lorca, metiéndolo en su música. Nosotros también hacemos ese trabajo.
¿Qué te parece el término generación del 27?
Antonio: Es una especia de broma. Nadie se puede creer el invento de la generación del 27. Juan Ramón Jiménez poco tiene que ver con Buñuel. La aventura y la historia del invento sí me gusta. Gerardo Diego fracasa con ello en Madrid. Es un invento. A la gente lo entiende y le llega, pero es un grupo. Nuestros Beatles y Sex Pistols son Dalí, Lorca, Buñuel y Val del Omar. De Dalí no hemos cantado nada. Lo bueno es que con este proyecto podemos ponerlos a dialogar a todos en directo y que las imágenes de unos y otros sirvan para otros poemas. No termina aislado, sino convocando. Buñuel fliparía al ver que le mezclamos con otros.
Antonio, permíteme la broma, para quitar un poco de hierro a algo tan serio como este disco, pero… no te veo cantando el “Cara al Sol”.
Antonio: Dalí es el Sid Vicious con cabeza, con la política rompe sus convicciones. Es muy punk. Este trabajo nos posibilita no hacer solo un disco entero. El diálogo nos va a permitir ponernos a dialogar unos con otros. Me gustaría en esta gira poner música algún poema de Dalí. Me gusta el odio que se le tiene ahora, son necesarios esos hijos de puta. Rompen un orden. La figura de Lorca ha ganado en la historia, quizás es al que se le ve más vivo. Aunque creo que todos tiran unos de otros. Todos siguen vivos.
¿Hasta qué punto desgasta tener que meterse en la piel de obras de artistas hasta cierto punto ajenas a ti?
Antonio: Es un camino que cuando se coge más encuentras de ti y se hace a gusto. Encuentras cosas de ti en la poesía. Para mí la música es pura diversión. Donde hay un esfuerzo más distinto es en la creación y ejecución. Me lo paso bien. Vas descubriéndote en la poesía y es un abismo. Es un camino que uno toma como para de aprendizaje que es casi parada y estancia de largo tiempo. Uno va con intención de pararse y aprender, los textos te van moviendo. A veces echo de menos hacer canciones con mi letra.
Las letras tienen un componente de sufrimiento que la música no tiene. En las letras hay oficio, trabajo y una movida gorda.
¿Cómo casa todo esto en directo?
Antonio: En los directos que hemos estado haciendo rescatamos alguna canción de Omega como “Niña Ahogada en el Pozo”, pero no vamos a tocar “Omega” sin Enrique. Tampoco vamos a hacer un concierto solo de Val del Omar. Todo ha sido una suerte porque forman parte de un mismo proceso. Lagartija no es más deslumbrante con un artista u otro. Todo es un proceso total. Lagartija Nick es parte del proceso: Tan Buñuel es “Niña Ahogada en el Pozo”, como “Hipnosis” y “Nuevo Harlem”. Estamos trabajando en lo mismo. Casi todas las letras de “Inercia” son escritura automática y está muy vigente.
Para mí “Inercia” es casi el techo de Lagartija Nick, aunque sé que a ti te gusta mucho “Su”.
Antonio: Sí, porque abre otros caminos. “Inercia” era un punto bastante luminoso y lúdico, pero la oscuridad de “Su” es más duradera. Quizás lo que más se parece a Buñuel sea “Inercia” e “Hipnosis”, más que cualquier otro disco posterior, pero es un poco la esencia. Todos los conceptos son parte de la visión ecléctica que ha tenido Lagartija Nick.
Y después de una obra tan intensa y profunda como esta. ¿Qué toca?
Antonio: Vamos a tirar por incorporar todo a la misma dinámica. Estaría genial abrir una experiencia de misiones pedagógicas. Se nos abre un mundo totalmente nuevo en el que vamos a incorporar todo al proceso sin marginar proyectos. Siempre apostamos por lo nuevo de manera suicida y cabezona, ahora estamos en un momento de pleno diálogo con la perspectiva que da el tiempo.
La historia de Antonio Arias y Lagartija Nick da ya para una buena biografía.
Antonio: Hay contactos con Óscar Cabrera con quien llevamos tiempo hablando. También hay dos documentales en marcha en los que se ha estado dos años grabando. Sí hay cierto interés en hacer acercamientos a documentales y biografías. No diré demasiado por si no sale, pero hay interés.
¿Sientes que tu trabajo está poco reconocido?
Antonio: No hay que fiarse de las listas… solo crean angustia. Hay que inventarse nuevos amigos y caminos. Con Lagartija Nick tendemos a buscarnos donde no nos conocen. La vida es una, pero los estilos son muchos. Al público tanto cambio le confunde, pero esa búsqueda no va a parar. Nos vamos a seguir ubicando en espacios donde a priori no se nos esperaría. Siempre hemos querido entrar a otros mundos porque queremos buscar nuevos espacios para las propuestas que hacemos. Lo que ves en la tele, en el congreso de los diputados, lo ves también en la música
Muchas gracias, Antonio. Siempre abriendo caminos y en la vanguardia. Eres un crack.
Antonio: Gracias a ti, Javi.