“Le Voyeur es un exhibicionista artísticamente hablando”
Por: Javier González
Disfrutando de la anomalía, así lleva diez años Miguel Marcos escondido tras el disfraz que creo bajo el paraguas de Le Voyeur, un proyecto de letras electrizantes, no apto para todos los públicos, con el que da salida a una infatigable pulsión creativa siempre serpenteante, adicta a las carreteras secundarias y al mensaje molesto para el bienpensante amigo de la moral.
Una fecha redonda que Miguel ha decidido celebrar con “Disculpen las Molestias”, un disco en directo donde rodeado de confidentes, compañeras de andanzas y otro buen puñado de sospechosos habituales, redimensiona parte de un repertorio personal y exhibicionista único en nuestro panorama, al que rendimos tributo con esta entrevista que es la forma más idónea de festejar dicha efeméride.
Acabas de editar “Disculpen Las Molestias”, un álbum en directo rodeado de invitados, amigos y amigas, donde algunas de las mejores canciones de Le Voyeur adquieren una nueva dimensión. ¿Qué recuerdos y fetiches guardas de aquel maravilloso día?
Miguel: No soy un artista que mire demasiado hacia atrás, pero el pasado sábado 6 de noviembre de 2021 sucedió algo importante para Le Voyeur en el Teatro Lara. Por varias razones, la primera fue la cristalización de 10 años de vida y canciones recogidas en este disco en directo. La segunda se asienta en el maravilloso reencuentro con maravillos@s artistas amig@s con los que también he viajado física y mentalmente durante todos estos años. Y la última, fue certificar el buen estado de salud de algunas viejas canciones, a las que les ha sentado bastante bien el paso de los años.
El disco es una celebración en toda regla del proyecto Le Voyeur y de sus maravillosos diez años. Una década de independencia, poesías hechas canción y mensajes que luchan contra la masa uniforme, decadente y deshumanizada. ¿Qué le ha aportado Le Voyeur a Miguel Marcos?
Miguel: Le Voyeur y Miguel Marcos son las dos caras de la misma moneda. Le Voyeur ha sido siempre la máscara, la parte de los sueños, la parte irracional, el subconsciente, el ego y el like, que diría el Sigmund Freud, el padre del pop. Para entendernos, Le Voyeur es mi Ziggy Stardust. En realidad, Le Voyeur es un exhibicionista artísticamente hablando y Miguel Marcos, Le Voyeur.
Para quien no te haya visto en directo, “Disculpen Las Molestias”, es la constatación de que Le Voyeur es un ente camaleónico que oscila entre el kraut, la intensidad y el pop electrónico, además de un millón de matices más. ¿Cómo fue el proceso de trabajar los arreglos de estas canciones para el directo?
Miguel: Las canciones son organismos vivos que sobrevuelan el tiempo en el que vivimos. Las canciones nacen, crecen, se alimentan, se reproducen pero nunca mueren mientras exista alguien que las escuche, esa es mi idea de trascendencia.
La nómina de colaboradores cuenta con nombres de la talla de Nat Simons, Bruno Galindo, Carlos H. Vázquez o Mastretta, entre otros muchos. ¿Por qué ellos y ellas? ¿Fue complicado decidir la nómina de personas que te iban a acompañar en tu directo?
Escuchando estas canciones no he podido pensar en otras voces haciéndolas suyas… Mariona Aupi, Carlos Ann o el gran Javier Corcobado. ¿Barajaste alguno de sus nombres? ¿Hay alguien que te hubiera gustado que participara especialmente?
Miguel: Tanto Javier, Carlos o Mariona son algunas de las columnas que sostienen desde el underground los capiteles de la canción popular de nuestros días. Pero cómo te decía antes, no me gusta mirar atrás y tampoco eché de menos a nadie. Estaban quienes tenían que estar.
Podría rescatar cualquiera de las canciones, pero esta vez me voy a quedar con “Qué Bello Es”, me ha sonado especialmente trágica, oscura y cruel. ¿Con cuál te quedarías tú?
Miguel: Esta es la pregunta trampa de a qué hijo quieres más y creo que eso le corresponde al oyente, no al compositor. Lo importante es que todas estas canciones las hemos trabajado para la ocasión con la dignidad y el respeto que se merecían. Tanto a nivel de arreglos como de amor hacia ellas.
También me ha gustado ver que te subías al escenario a un amigo común, Carlos H. Vázquez. ¿De qué manera le liaste para que acabara declamando en el álbum?
Miguel: Charly es un viejo amigo, que siempre ha estado viviendo en paralelo la vida de Le Voyeur Méndez, amante del terciopelo, del boxeo, del cabaret, de la conversación y del buen whisky. ¿Cómo no lo iba a invitar?
Acabas de terminar la gira de Le Voyeur el pasado día 15 de Octubre en Madrid. Viendo como está el tema. ¿Sientes haber terminado uno de los dos trabajos de Hércules o te sientes más bien al estilo de un superviviente de las guerras mundiales?
Miguel: Ha sido un año maravilloso e intenso, la gira empezó el 3 de septiembre de 2021 con el lanzamiento de “Muerde aquel verso”, el cancionero de Le Voyeur editado por Ya Lo Dijo Casimiro Parker, fue un éxito total. Llegamos pronto a la 2a Edición y falta poco para la 3ª Edición en un año. Tengamos en cuenta que se trata de un cancionero. Un género literario que se escapa de toda lógica marketiniana. Por otro lado, este año hemos hecho más de 30 conciertos entre salas, teatros y festivales de toda España, como el Festival Vociferio, Winter Indie City, Festival Voix Vives, Festival Imprescindibles, Cosmopoética, ICCWeek, Kerouac Festival (NYC) o Stüma Festival en Heidelberg (Alemania), entre otros muchos. Así que estamos muy contentos por la acogida de esta gira de X Aniversario.
Normalmente se dice que tras un directo se da comienzo a una nueva etapa. ¿Lo sientes así? En caso que sea así. ¿Por dónde pasa la nueva andadura de Le Voyeur? ¿En qué andas enfrascado en estos momentos? ¿Cuándo volveremos a tener noticias tuyas?
Miguel: Totalmente, creo que es un cambio de ciclo. Este maravilloso final del X Aniversario ya se ha convertido en un nuevo comienzo. Ahora estoy grabando el nuevo disco de Le Voyeur con 4 productores diferentes cada uno en una ciudad diferente: Berlín, Vigo, Madrid y Nueva York. Estará listo para mediados de 2023. Y como siempre, ya te digo que estoy seguro de que será el mejor disco que grabaré en mi vida. (Risas)