Por: Javier González
Fotografías: Javier Jimeno Maté
Antonio Hernando ha logrado encaramarse por derecho propio a lo más alto de nuestro santoral rockero patrio. Su “Liturgia Eléctrica”, ceremonia pagana, repleta de rock, blues, soul y aromas a Nueva Orleans, prendió una llama interna de fuego vivo e intenso, un zarpazo animal con el que sentimos una conexión profunda e inmediata de la mano de un artista en pleno estado de forma creativa.
Que no es un disco más en su larga trayectoria lo atestigua la repercusión que el mismo tuvo en medios especializados y la devoción con que ha sido tratado, dando pie a un año dulce en lo personal y profesional para Antonio, quien hace unos meses estrenaba paternidad con una sonrisa de oreja a oreja dibujándosele en la cara.
Las buenas noticias y los regalos han continuado con la publicación “Madrid, Café Berlín” y “Sevilla, Sala X”, dos grabaciones en directo que se pueden encontrar en el bandcamp del artista. Crónicas de un par de noches en las que mostró que tiene el mismo talento para subirse a las tablas secundado por una big band de hasta once personas, con la intención de llenar de matices e intención sus canciones, como lo tiene para arroparse únicamente por una formación básica de rock and roll y atacar con tiento y determinaciones unas composiciones tan maravillosas como moldeables y que en su vertiente más directa no hacen sino engrandecerse aún más.
Como nobleza obliga, no quedó más remedio que ponernos en contacto con él para que nos hablará del año en que nos volvió locos y emplazarnos para el concierto del 1 de Diciembre en el Fun House, donde los licántropos tendremos la oportunidad de beber sangre al son de sus himnos una vez más.
¿Qué tal vas, Antonio? ¿Cómo estás gestionando este año que ha venido cargado de noticias positivas tanto en lo musical como en lo personal, donde te has estrenado como padre?
Antonio: Buf, pues muy contento, la verdad. Por mucho que te hagas a la idea, o escuches constantemente el tópico de “te va a cambiar la vida”, hasta que esa personita no está entre tus brazos y te mira con sus ojitos, es inútil tratar de hacerse una idea. Como experiencia es demasiado bonito ver cómo crece, investiga y descubre el mundo, o cómo reacciona a unas canciones y a otras. De momento le tira el “soul” (Risas).
En primera instancia no se me ocurre otra cosa que preguntarte algo muy personal. ¿Qué tal va el tema de compatibilizar el rock con la paternidad?
Antonio: Pues tengo la suerte de compartir criatura y vida con Meri, que sabe y entiende que para mí tocar es como respirar, así que hacemos mucho equipo para que yo pueda seguir disfrutando de mis pasiones personales como la gira, los discos o la radio. Ya voy a menos conciertos como público, y vivo las noches intentando dormir a un bebé, pero por suerte he sacado tiempo para organizar una gira y sacar los discos en directo. La verdad es que tenía miedo antes de que naciera Simón a estar muy alejado de los escenarios, pero por suerte no está siendo así, aunque reconozco que si no me gustara ni necesitara tanto tocar, lo haría con los ojos cerrados, porque es precioso vivir estos primeros meses de vida de tu retoño. Entiendo perfectamente a John Lennon cuando se retiró de la vida pública durante cinco largos años cuando nació su hijo Sean, el que tuvo con Yoko. Por cierto, que aquel “Beautiful Boy” que él le dedicó, fue la primera canción que yo le puse al mío, con escasas horas de vida.
¿Qué es más duro, las noches en vela, viajando, cargando instrumentos, tocando y volviendo a casa como parte del funambulismo musical, o las noches de insomnio provocadas por una mala noche del bebé?
Antonio: Pues no sé qué decirte, la verdad es que es puro rocanrol, eso de empalmar varias noches sin dormir (Risas). Tras los conciertos vienes agotado tras cargar y con cara de kilómetro, pero con la satisfacción de haber dado un buen concierto, y con el peque, no hay satisfacción comparable a cuando al fin cierra los ojos y se queda dormido (Risas).
Se cumple un año de la publicación de “La Liturgia Eléctrica” y para conmemorar dicha efeméride has decidido regalar dos discos en directo, “Madrid, Café Berlín” y “Sevilla, Sala X”, que se encuentran colgados en tu bandcamp. ¿Qué te ha traído de bueno esta “Liturgia”? ¿De dónde surge esta idea?
Antonio: Bueno, está claro que “La Liturgia Eléctrica” ha supuesto para mí un punto de inflexión, vital y musical. Estas canciones me dieron el empuje y la ilusión para volver a girar con banda, así que conseguir registrar esta etapa es algo que me hace muy feliz. Aunque realmente ha sido algo más fortuito que deliberado. Hace cinco años, cuando presenté en Madrid “Los 30 Aullidos”, mi primer disco como Antonio Hernando tras varios discos y bandas, un amigo (mi ángel de la guarda Dani Hare) se presentó en el concierto con una pequeña grabadora de cuatro pistas a cinco minutos de comenzar el show. Era un concierto muy especial para mí, a ocho músicos, un espectáculo de cabaret que siempre había estado en mi cabeza, y él lo sabía, y lo grabó de sorpresa. Luego descubrimos que la calidad de la grabación no era tan buena como imaginábamos, pero durante la pandemia, tres años después, que al menos ayudó a cerrar cuentas pendientes, conseguí que otro buen amigo, Fito Vergara, lo mezclara desde Málaga, salvando la noche, y editándose finalmente como álbum en directo desde mi bandcamp. Así que para la gran presentación de “La Liturgia Eléctrica” en Madrid, hicimos la misma jugada, sin saber antes de salir al escenario si valdría o no, aunque por suerte en esta ocasión sonaba perfectamente. En cuanto al concierto de Sevilla, Toni, el técnico de la Sala X, lo grabó de sorpresa, y un amigo del público (el tío de Meri), que llevaba un USB a mano, nos lo regaló tras el concierto. Cuando al escucharlo pude comprobar que sonaba como un cañón, decidí también editarlo. El primer álbum o concierto es la gran presentación a 11 músicos, coros, vientos y teclas incluidos. El segundo es el formato de cuarteto de rock, una banda ya engrasada de gira. Ambas visiones me resultaban interesantes y complementarias.
¿Cómo has conseguido plasmar tan maravilloso cometido?
Antonio: La verdad es que el trabajo de mezcla prácticamente ya estaba hecho, gracias al buen hacer de los técnicos de cada sala. Yo simplemente mastericé un poco los álbumes entre sí, y edité o corté presentaciones o pausas para que la escucha fuera fluida, y para que la duración no sobrepasara la hora y veinte necesaria para editarlo en CD, si finalmente me decido. De momento ambos discos en directo están en descarga libre en mi bandcamp (antoniohernando.bandcamp.com).
A nivel conceptual. ¿Qué diferencias encontrará tu público al enfrentarse a las dos caras de lo que es Antonio Hernando en directo?
Antonio: Pues me alegra mucho que me hagas esa pregunta, porque normalmente nadie saca dos álbumes en directo a la vez, y menos con un repertorio parecido. Pero ya te digo, yo soy un fanático de los bootlegs, de los conciertos pirata, y esto no deja de ser eso, una grabación clandestina de dos noches de gira. Pero en la primera somos once músicos, es la propuesta más importante que he hecho en directo hasta la fecha, con la banda base, un teclista, un trío de vientos (saxo, trompeta y trombón) y un trío de coristas, mis “Tipitinas”. Por lo que el concierto suena más “soul”, más góspel, más Nueva Orleans, más Stones en Francia, más Elvis en Memphis. Sin embargo, tras esa gran presentación en Madrid, me embarqué (y seguimos, de hecho) en una gira con la banda base (dos guitarras, bajo y batería), defendiendo ese repertorio más llevado al rock, a la psicodelia, más garajero, más banda de rock sudorosa en una sala con ganas de música en vivo. Así que como decía, creo que ambas caras de la moneda aportan a su vez nuevas capas de barniz al disco de estudio en sí, porque hay canciones que duran 3 minutos en “La Liturgia Eléctrica” que pueden llegar a los ocho en directo.
Me ha gustado comprobar esos ramalazos T. Rex con que vistes “Meri Moon” del concierto del Café Berlín, otra de esas canciones especiales de tu repertorio. ¿Va a tener cabida el ramalazo glam en próximas grabaciones?
Antonio: ¡Gracias, Javi! Pues quién sabe. Hombre, Marc Bolan son palabras mayores, ojalá nos acerquemos a su forma de componer himnos…no es descartable que se escape algún tema nuevo por senderos más New York Dolls. Además, hasta Dylan se pintaba los ojos en la gira de “Street Legal” en el 78, recordarás el directo en Budokan…así que no lo descarto en absoluto.
Sin embargo, esa misma canción en el directo de Sevilla, tiene una canción más ortodoxa y cercana al rock, sonando casi stoniana. ¿Tiene tu repertorio siempre tan gran amplitud de miras? ¿Cómo decides hacia dónde arrastrar una canción en directo?
Antonio: La verdad es que lo bueno de estas grabaciones en directo es que aportan esos matices de los que hablas, que muchas veces simplemente pueden ser influencia de cómo nos sintamos en ese momento, o lo que hayamos estado escuchando en la furgoneta de camino. Aun así, es cierto que me gusta que cada concierto sea diferente, que haya alguna sorpresa en el repertorio, algún invitado, diferentes versiones del mismo tema…creo que el tratamiento de una canción en directo no tiene nada que ver con su enfoque en el estudio, y siempre es divertido arriesgarse y probar cosas en vivo.
¿Qué recuerdos tienes de las dos noches tan maravillosas y por qué precisamente has decidido regalar esas y no otras de la gira?
Antonio: Bueno, es verdad que justo esas dos están grabadas (aunque hay alguna más por suerte), pero el recuerdo de ambas noches era muy potente. En Madrid, la energía de 11 personas en el escenario es una sensación que nunca había tenido, y tenerlo grabado como recuerdo es algo que me hace mucha ilusión. Además, Meri (Moon), que también fue corista esa noche, estaba embarazada de cuatro meses del pequeño Simón, cosa que hace aún más mágico el repertorio. En cuanto a Sevilla, recuerdo estar muy cómodos, con mucha actitud, y además, para la gira, yo siempre he invitado a amigos en cada ciudad para compartir algunos momentos del show. En el caso de Sevilla, Jaime Hortelano se subió al hammond como quinto miembro en los cuatro últimos temas, y Suso Díaz cantó con nosotros “The Weight”, de The Band, que esa noche la hicimos, aunque no es un tema que suene siempre (como las versiones de Fleetwod Mac o Jimi Hendrix, que también aparecen en los discos). Que estén ellos dos, que me han acompañado (y acompañarán) más veces en directo, e incluso aparecen en el videoclip de “El aguacero”, era un broche perfecto.
Son malos tiempos para la lírica y peores casi para el directo. ¿Qué tal está funcionando la gira?
Antonio: Hombre, como te decía, yo estoy muy contento porque estoy girando con mi banda, con Dani Patillas, Nacho Labrador y Javi Quintana, a los que admiro y amo con locura, y sólo poder estar con ellos compartiendo experiencia y música es un regalo. Pero el panorama es un poco desolador, a las salas les cuesta llenarse, y muchos garitos a los que he llamado para esta segunda parte de la gira de otoño han cerrado estos meses. Sólo volver sin palmar pasta es un triunfo. La música en vivo sigue siendo nuestro modo de vida, o mejor dicho, nuestra razón de vivir. Pero la gente cada vez prefiere otros planes, y la música actual y sus propuestas en vivo también desvirtúan todo de un modo vertiginoso. Sólo quedan (o quedamos) los melómanos románticos que amamos las canciones por encima de todo. Pero nos fagocitan el ruido, Netflix, los festivales y las canciones digitales de menos de dos minutos.
¿De dónde surgen las fuerzas para continuar en la batalla contra todo y contra casi todos y no arrojar la toalla?
Antonio: Pues del puro y duro amor a la música, a las canciones, a la experiencia de subirse a un escenario y sentir esa descarga interior, ese escalofrío al tocar, ya sea en acústico o con banda. Esa sensación en impagable, es como una droga, y necesitas salir a buscarla. Yo tengo demasiado que agradecer a tipos como Bob Dylan o Tom Waits, y siempre necesitaré rendirles pleitesía, hacer canciones, tener algo que decir. Hay tantas canciones que me han salvado, que cómo no voy a intentar siempre escribir una canción que “salve” a alguien. Todos buscamos eso. Porque estamos en deuda constante.
Imagino que andarás disfrutando de las noches que quedan de “Liturgia Eléctrica” pero también suponemos que en tu cabeza seguirán surgiendo nuevas canciones y letras maravillosas. ¿En qué punto de composición andas?
Antonio: Pues ahora mismo estoy un poco en transición, creo que hasta que no cierre definitivamente el capítulo de “La Liturgia Eléctrica”, con su gira y despedida, no estaré con la mente las veinticuatro horas del día en las nuevas composiciones, en “escritura modo ON”. Hay un par de canciones nuevas, algunos descartes que he encontrado por ahí que no me disgustan, pero cuando grabo un álbum intento siempre que haya un hilo conductor, hacer una especie de álbum conceptual, buscar sonidos que aún no haya probado, y toda esa experimentación lleva su tiempo, y ahora entre el peque y la nueva gira no estoy del todo con tiempo ni concentración para ese proceso, que por otro lado ya echo de menos. Así que con ganas de componer al cien por cien, pero aún quizás es pronto, aunque empiezo a tener muchas ideas en la cabeza.
El día 1 de Diciembre estarás tocando en el “Fun House” de Madrid, que casi se está convirtiendo en tu segunda casa, no sé si será previsiblemente la última cita con esta “Liturgia” y en caso de ser así, si habrás preparado alguna sorpresa como final de fiesta. ¿Va a ser así?
Antonio: Realmente no sé si será la última fecha en Madrid, porque por otro lado, siempre hay ganas de tocar, pero me sabía muy raro cerrar nuevas fechas por la península y no hacer otra fiesta en Madrid, en la Fun House, que como bien dices, se ha convertido casi en una segunda casa, ya que a mi juicio, es la sala con mejor programación ahora mismo en la capital, con grupazos de rock de todo el mundo, tocando a un metro de tu cara, haciendo intensa esa conexión público-grupo que en otras salas más grandes se desvirtúa. Pero sí has acertado de lleno en que va a ser una celebración por todo lo alto, con mogollón de invitados y temas rescatados para la ocasión. Vamos, que hablo de esa noche y ya me pongo a salivar…por otro lado, la gira también pasará por Sevilla, Puerto de Béjar, Vigo, Baeza, Andorra, Barcelona, Badajoz y Málaga, así que vengan con sus mejores ganas de mover los pies, ¡porque nosotros ya estamos con las guitarras enchufadas!