Nick Piunti & The Complicated Men: “Head Inside Your Head”


Por: Skar P.D.

Va para años que Nick Piunti publicó "Temporary High", que se convirtió, con todo merecimiento, en uno de los grandes discos de aquel año, no de esos que copan todas las listas de "lo mejor del año" en los medios más afines a los poderes fácticos, o sea del “mainstream”, ya sea imperante o impuesto por obviar todas y cada una de esas músicas que sobreviven al margen de estos circuitos mediáticos, pero si en todas las listas especializadas. A partir de ahí Nick Piunti optó por cambiar su denominación artística para sentirse, quizás, más respaldado bajo el paraguas de un nombre que hiciera referencias más bien a una banda que a un solista, aunque el nombre de éste figure como cabecera de marca. Tampoco es la primera vez, ya lo hizo con el nombre de The Respectables durante la primera década del siglo XXI, antes de dedicarse de lleno a su carrera en solitario. No cabe duda de que este tipo de denominaciones tienen un fuerte arraigo sentimental, aunque solo sea por la estética, y son numerosos los ejemplos. Y además son muy powerpop ¿a que sí?

Rodeado de músicos de amplia experiencia: Jeff Hupp (bajo), Ron Vensko (batería), Kevin Darnall (teclados) y Joe Daksiewicz (guitarra) , y bajo la marca de Nick Piunti & The Complicated Men, el de Detroit ha publicado "Heart Inside Your Heart", que es la segunda referencia bajo tal nombre tras aquel "Downtime" publicado en 2020, lo que ocurre es que antes de esta denominación, Nick Piunti ya se había ganado una sólida reputación dentro de ese elenco de francotiradores (Lennie Flowers, o el mismísimo Mike Viola) que regularmente producen discos de indudable base clásica, plenos de sonidos que se escuchan sin grandes aspavientos y sin necesitar de efectos especiales porque no es esa la intención con la que están concebidos. Discos que engloban conceptos que transitan por la frontera en la que el power pop y el indie se hermanan casi de forma artesanal, lo que, sin duda, amplía su espectro melódico. Porque de eso se trata, nada más y nada menos, de melodías tan cercanas y reconocibles que es muy fácil emparentarlas con esa definición tan americana de "dad rock", o sea de música para adultos interpretadas por músicos de edad media, sin que esto tenga ninguna connotación peyorativa ni mucho menos. Al fin y al cabo en los tiempos que corren, el indie, el pop, y el power pop son géneros adultos, como cualquier música que derive de ese término globalista denominado rock y que hace tiempo transcurre por vías paralelas y subterráneas a lo que se entiende por corriente principal. Corriente de la que el rock hace tiempo dimitió, o lo dimitieron, que para el caso viene a ser igual y, visto lo visto, casi se diría que afortunadamente dicho sea desde un punto de vista mezcla de melancolía y añoranza.  Rock clásico, para entendernos.

Que el tema de apertura "My Mind (Plays Tricks On Me)" contenga una frase que dice "me estoy quedando sin fe" no parece baladí, porque en realidad refleja un estado de ánimo que, aunque pareciera lo contrario, empieza a sonar a resistencia. En todas las guerras, aunque sean culturales y generacionales, el concepto de resistencia siempre ha tenido un halo romántico y de prestigio. El primer sencillo extraído de este álbum es su homónima "Head Inside Your Head", y no puede sonar más clásica, tanto, que hasta se diría que tipos como Byan Adams, en su momento de esplendor, la incluirían sin ningún complejo en su repertorio, al igual que bandas como Semisonic, que se intuyen en las guitarras y adornos que pueblan "Slave To It", una de  esas canciones en las que sucesivas escuchas te permiten descubrir aspectos que en un principio la rotundidad de la melodía los hace pasar desapercibidos. 

Como en todo disco con aromas ochenteros del rock orientado a adultos que se precie, las baladas tienen su parte alícuota en el reparto de la tarta del cancionero grabado, y en ese sentido "I Want Everything", "Nothing New" o "Gloves Come Off", que cierra el disco, cumplen con todos los requisitos, tanto, que si te dejas llevar por la imaginación, es muy posible que te sientas bailando, agarrado eso sí, con una chica de melena larga y cardada. Ya se sabe que la melancolía y la añoranza son capaces de transportarte a lugares, que no por remotos, dejan de tener una ubicación perfectamente definida.

A lo largo del disco, casi sin hacer ruido, las armonías vocales, es decir, los coros a cargo de Kristin Von B, están perfectamente construidos, y de hecho cobran un especial protagonismo en "Trying Too Hard" y su propuesta de restablecer una relación antes de que se pierdan las sintonías personales de forma permanente.

Otra cosa no, pero las letras que escribe Nick Piunti son de todo menos intranscendentes, explorando las emociones más intimas sin mostrar ningún atisbo de pudor mal entendido, por eso no es extraño que "One Of The Boyz" pueda considerarse una reivindicación de la condición femenina, lo que se refleja en frases alentadoras como "cuando te vuelves fuerte y sigues adelante". Y si de aromas ochenteros se trata "Hopes Up" es todo un muestrario, desde el incontestable estribillo adornado por el coreable "uh la la", hasta las notas del piano extraído de cualquiera de los discos en que la E Street Band haya sido partícipe.

En un álbum en el que las canciones suenan familiares, en el que las melodías son como viejas amigas a las que ves regularmente, "Keys To Your Heart" suena como volver a ver a esa persona que un día fue especial y que realmente lo sigue siendo cada vez que la ves, y cuando la voz se quiebra para decir "mientras busco las llaves de tu corazón. Sé que las dejé en alguna parte" no puedes por menos que abandonarte y dejarte mecer e incluso es posible, y dependiendo de tu sensibilidad, que un atisbo de lágrima resbale por la mejilla mientras la canción se dirige hacia el final. Que esas cosas pasan a poco que te dejes llevar por los acordes, que quieras que no, redirigen tus emociones, y es que canciones como ésta son de las que siempre te reconfortan.

"Heart Inside Your Head" está producido, de forma brillante, por Geoff Michael y la banda, al igual que el "Downtime" anterior, volviendo a contar con el apoyo de Ryan Allen, el de Extra Arms, en algunas guitarras y voces, que ya se sabe que los amigos están para eso y más cuando tienen un envidiable currículo propio. Y para que todo quede en casa la portada está diseñada por Megan Piunti, que como su nombre indica es hija del autor ,y que está basada en un popular juego infantil, ese que se llamaba "Operación" con la diferencia de que en vez de colocar partes de la anatomía coloca canciones. Canciones accesibles porque están formadas por sonidos familiares pero que están colocados de tal forma que aportan una notable sensación de actualidad a un disco que está lejos de regodearse solo en los sonidos del rock clásico de los ochenta. Y todo envuelto en la brillantez de unas canciones atemporales y por lo tanto imperecederas. Otro buen disco de Nick Piunti que es uno de esos tipos fiables y honestos y por lo tanto absolutamente creíble, de los que no defraudan nunca.