Entrevista: Álvaro Suite


“En este segundo álbum me reafirmo como intérprete absoluto de mis canciones” 

Por: Javier González

Hablar con Álvaro Suite siempre es un placer, aunque la incompatibilidad de agendas haga que todo quede reducido a un intercambio de mensajes, cuyo resultado final es el envío de un cuestionario, devuelto con respuestas extensas en las que el sevillano entra a fondo, sin miedos sin dejar de tocar ningún tema por escabroso que pueda parecer, algo que le honra. 

Como honrosa es su siempre interesante y fluctuante trayectoria, ya sea con Suite, Pinball, siendo uno de los Santos Inocentes de Enrique Bunbury, o bajo su actual piel, donde defiende nombre editando el que hasta la fecha es el segundo trallazo que dispara, “Fantasio”, evolución natural de “La Xana”, dotando de sentido a un rock del siglo XXI, espacial y elegante, visceral e íntimo con el que seguirá recorriendo kilómetros de nuestra geografía en ese particular “neverending tour” de los corredores de fondo que saben lo que es picar piedra sala a sala. 

Álvaro Suite se lanza sin paracaídas, demostrando que tenerle cerca en la trinchera siempre es sinónimo de franqueza, camaradería y un espíritu de rock and roll que para sí quisieran los amantes del postureo. 

Eres músico dedicado a tiempo completo a la profesión. ¿Cómo has llevado estos dos años repletos de parones e incertidumbre? 

Álvaro: En esos dos años grabé y mezclé mi nuevo álbum, “Fantasio”. Grabé otros dos discos con Enrique Bunbury & Los Santos Inocentes. Hicimos el streaming de Bunbury. Y monté mi propia empresa (con otros socios) de conciertos en streaming, que se llama Vackstage y que está funcionando a día de hoy como un tiro. Con el tiempo y la perspectiva he comprendido que ha sido mayor el daño emocional y de estructura filosófica que material; al menos en mi caso. Se tambalearon los principales pilares de mi vida profesional. Al principio llegué a plantearme aprovechar y dar un giro de 180 grados a mi vida, dedicarme a otra cosa radicalmente opuesta a la música, como jardinero, comercial, repartidor u opositor. Todos conocemos casos de compañeros de la industria que lo han hecho y tan contentos. Afortunadamente no llegó a materializarse. Y para confirmar que estaba equivocado en el planteamiento, me saqué una gira de 50 bolos por España con mi teclista, Esteban García, con la que pasamos el 2021 en nuestra salsa, hicimos de comediantes para un público desamparado y asustado en plena pandemia, trabajé el directo de las canciones de mi nuevo álbum, “Fantasio”, y además sacamos pasta con ello. También me cayeron un par de producciones y grabaciones online y un par de propuestas de Movistar+ para hacer movidas de esas que se hicieron. En fin, como te decía, creo que fue más algo sicológico que material. 

Para un tipo nómada acostumbrado a girar por todo el mundo defendiendo el noble arte de las seis cuerdas. ¿Qué ha sido lo más complicado de no poder desarrollar tu actividad? 

Álvaro: ¡Como te contaba antes, al final y echando cuentas, no he parado! Lo que sí te digo es que fue muy complicado emocionalmente tocar para un público asustado y agobiado, tratar con un circuito de salas y bares que las pasaron muy canutas y aún así programaban, aunque fuera para poder sobrellevar esa mierda. De hecho, me siento muy agradecido por haber podido salir a tomarle el pulso a la calle en esos meses de tragedia y disparates mediáticos, comprobar que la gente necesitaba una vía de escape y yo era de los poquísimos que nos liamos la manta a la cabeza y salimos a recorrer un país triste, pero con ganas de música. Rubén Pozo me abrió los ojos. 

Personalmente, al ponerme a pensar en la pandemia no puedo evitar recordarte, el concierto de presentación de “La Xana” en Madrid fue el último que vi antes de la reclusión. ¿Te dio mucha rabia haber trabajado tanto y que tu debut en solitario no pudiera tener la vida merecida? 

Álvaro: Me puse como una puta moto a cien cuando me cancelaron una gira que se presentaba gloriosa para un artista de mi nivel, con álbum debut y una inversión significativa de dinero para arrancar. Después de cuatro o cinco meses de promo y presentaciones, de manejar las RRSS con tacto para ir soltando pinceladas de “La Xana” en su justa medida, de ir viendo como todo iba encajando y sentir que por fin todo empezaba a funcionar como llevaba años queriendo, me cae una puta pandemia global. Y me entero antes de subir a un escenario en Texas. Soy muy consciente y solidario con el resto de mis compañeros. Todos lo hemos pasado fatal y a todos nos han jodido mucho los planes y las inversiones. Y sobre todo soy consciente del vacío para un público que estaba encantado con el verano que se le venía y con las carreras de sus artistas favoritos. En fin, que fue una jodienda para todos. Pero sigo pensando que fue a los artistas de mi nivel, que llevaban varios años preparando el plan y por fin hacía pocos meses que arrancaba, a los que más ha jodido. Me explico: a los artistas más grandes les supondría una pérdida de dinero importante, un bajón emocional y un paréntesis en su agenda. Pero sabían perfectamente que al acabar volverían y en pocos meses recuperarían su ritmo. Y así ha sido. A los artistas muy pequeños o que estaban empezando o que iban con la calma, ha sido cuestión de retrasar fechas en la agenda y seguir esos meses viviendo de lo que vivían hasta entonces. Pero a los que llevábamos años (muchos) tratando de asomar el pescuezo en esta industria tan complicada y amañada, que habíamos conseguido por fin conseguir financiación privada para costear lo que un sello no te ofreció en esos varios (muchos) años, que teníamos los deberes hechos, que veníamos meses trabajando el asalto y gastando pasta por un tubo en ensayos, músicos, grabaciones, entrevistas, teles, agencias de comunicación, videoclips, gira de presentación, etc.., y que veíamos que el verano se nos abría como una flor (tenía cerrados 9 festivales y una gira en otoño que era porno duro), pues a esos, a nosotros, nos reventó la vida. Como salir al pistoletazo y doblarte un tobillo a los 50 metros. 

¿Hasta qué punto de aquellas cenizas nace un disco como “Fantasio”? 

Álvaro: Lo que peor me sabe es haber dejado morir la banda que tantas alegrías me dio y matar “La Xana” antes siquiera de darle la oportunidad a la gente de disfrutarlo en directo. Pero bueno, de esas cenizas surgen una nueva banda, un nuevo disco y más empuje si cabe para primero recuperar el terreno perdido y luego posicionarme con más fuerza. Musicalmente, “Fantasio” le debe mucho a “La Xana”. Comparten un momento determinado en la manera de componer y producir mis discos, también a mi socio en la composición, Pablo Cerezal. Aunque sí que avanza en la manera de plantear el método de grabación (mucho de lo que hay en “Fantasio” lo he granado en mi estudio, El Nido del Cuervo), y sobre todo me ha hecho madurar y ser más precavido y receloso en la manera de plantearme la vida como artista; me vuelvo más ermitaño y punk a la hora de manejar mis tiempos, mi inversión en detalles que entes eran esenciales para mí y/o que requerían de segundas e incluso terceras personas para empaquetar mi producto. Soy mi propio sello, mi propio mánager, mi propio agente de comunicación y mi principal inversor. ¡Y me va muy bien! 

Tras escuchar muchos las nuevas canciones, tengo la sensación de que “Fantasio” es la continuación natural de “La Xana”, más perfilado, encontrando a un artista que suena más a sí mismo y más seguro, en un trabajo donde los sintes y baterías vuelven a imponerse a unas guitarras que ahora están más presentes. ¿Lo ves desde la misma perspectiva?

Álvaro: Si bien es cierto que es una continuación natural de “La Xana”, por aquello que te contaba de compartir un momento determinado en la manera de componer y producir mis discos, ya que ambos discos se produjeron en cosa de año y medio, sí que debo decir que “Fantasio” presume de muchas más guitarras que “La Xana”. Más guitarras y más presentes. El sintetizador es un instrumento que me tenía cautivado desde hace años por el juego que me da a la hora de crear ambientes distintos a los que me ofrece una guitarra o unos coros; las capas de profundidad, los arreglos punzantes que sobresalen en la mezcla, o el paisaje romántico u onírico que muchas veces necesito para crear el ambiente que busco en determinadas canciones. A la hora de preproducir “La Xana” le planteé a Víctor Cabezuelo que me echara una mano con algunas líneas de teclados, y me regaló una orgía difícil de negarse a ella. Y supongo que a la hora de componer “Fantasio”, que ya bebe de algunos descartes del anterior, opté por jugar yo a ser Víctor. Las baterías las han grabado entre Ramón Gacías (que ya grabó las de “La Xana”), Antonio Lomas, que me acompaña desde hace muchos años, y yo mismo, que aunque no soy muy ducho sí que me defiendo y me flipa. También te digo que la instrumentación, concretamente los sintetizadores, que he usado en estos dos primeros discos dista ya mucho de lo que traigo entre manos. He jugado con cacharritos que me atraían desde hace años. Ahora, y más después de ver el “Get Back” de Peter Jackson y de contar con el descomunal talento de Esteban García a los teclados, estoy muy cómodo con los sonidos más orgánicos y “amables” de pianos, órganos, mellotrones o coros naturales. También en las guitarras hay más calma. Y con todo esto apunto a un álbum más enérgico y directo. 

Cuando hablo de seguridad me refiero sobre todo al hecho de las voces, se nota que este es otro Álvaro Suite. ¿Estás de acuerdo? 

Álvaro: Totalmente de acuerdo. En este segundo álbum me reafirmo como intérprete absoluto de mis canciones. Con seguridad, desparpajo y gozando con ello. Si otros pueden, yo también. Y me ocurre algo curioso. Ahora que voy encontrando mi voz, me veo cantando las canciones que siempre he cantado durante toda mi vida, pero ahora con esta nueva voz que trato de ajustar y es ahí donde la pongo a prueba. Por ahora cateo en casi todas. Aunque no decaigo en el intento. Me gusta saberme cantante. 

Por cierto, meses atrás me dijiste que no está prevista la edición física de “Fantasio”. ¿Sigues con esa idea? 

Álvaro: ¡Ya lo tengo en casa! El Nido del Cuervo, como discográfica, se ha estrenado hace un par de semanas. Tengo gente que me ayuda en “la oficina” para los envíos, y vendo en algunas tiendas de amigos (Bora-Bora en Granada y Record Sevilla en Sevilla). Muy feliz con la edición: doble gatefold, vinilo blanco de 150gr, de nuevo diseño de Peinga Rayo, gloria de mastering y fabricado con Mad Vinyl Music que son una gente cojonuda y muy pro. 

¿No te da un poco pena que el formato físico sea tan escasamente rentable? ¿Ves alguna solución al asunto? 

Álvaro: Para mí son formidablemente rentables. He hecho 200 copias de una primera edición y en dos meses voy a hacer la segunda edición, esta vez de 300 vinilos y 300 cds. Yo supongo que no será rentable si cuentas con varios intermediarios depredadores cuyo papel en la ecuación no es ayudarte sino sangrarte y sacar tajada con ello. Yo pago un dinero por las copias, dejo 20 copias para regalar, calculo lo que necesito para hacer otra edición + cds, divido entre los discos que me quedan para vender y a ese precio los vendo. Me salen a 18€ por disco; un precio razonable y acorde con el trabajo que hay dentro. La cosa es encontrar el equilibrio para poder costearte la producción de un siguiente álbum con las ventas del anterior. Yo juego con la segunda edición de vinilos, en los que ya no regalo esos 20 discos ni pago el primer planchado, y cuento con la venta de los 300 cds. Con el beneficio da para recuperar la inversión y sacar pasta para pagar el siguiente disco. Luego el dinero para vivir te lo dan los bolos. Si quieres comprarte una buena casa, una camper, tomar mandanga cara y viajar a lugares exóticos puedes montar una empresa o tocar con un artista de renombre. 

Hay mucho The Cure, Depeche Mode, Soda Stereo y hasta algún ramalazo a La Mode y los primeros El Último de la Fila en estas nuevas canciones, pero de nuevo un afán por sonar a rock espacial del siglo XXI. ¿Nos hemos equivocado muchos con los ejes musicales del álbum?

Álvaro: Mitad y mitad diría yo. Me gustan todos esos nombres, pero hay unos cuantos que no forman parte de mi discografía o no he escuchado más de dos o tres veces en mi vida. Aunque entiendo por dónde vas. The Cure sí que han sido referencia a la hora de mezclar y aplicarle efectos a algunos instrumentos de un par de canciones. No puedo negar que me gusta mucho pensar en otros artistas a la hora de idealizar una canción, y he llegado a encontrar mi lugar en ese espacio que queda entre lo que quieres y a donde llegas. 

“Me considero un tipo esencialmente melancólico” 

“El Día de la Nada” y “Fantasio” hablan de un mundo postpandémico y una evocación hacia un pasado de infancia perdido. ¿Es así como te sientes actualmente? 

Álvaro: Me considero un tipo esencialmente melancólico. Sin trauma alguno ni desconforme con la era que me ha tocado vivir, pero sí profundamente melancólico. Añoro los años pasados, a mi gente antigua, mis lugares de la infancia, la imagen, los colores, las calles, la playa… todo de mi infancia. Y supongo que eso influye a la hora de expresarme, lo tiñe todo. En el caso de esas dos canciones, y especialmente en “El día de nada”, trato de situar al oyente en un contexto desolador y de descontento que ya llevo años pensando que vivimos. Lo de estos dos años atrás no ha hecho más que acuciar el disparate en el que llevamos inmersos muchos años. De la pandemia no me gustaría tener que hablar nada jamás en una canción mía. De hecho, es que trato de evitar el tema ya en cualquier conversación. Es un episodio que ha hecho mucho daño, injusto y turbio que solo deseo olvidar. Te he hablado a ti de “ese asunto” porque te la debía, amigo mío. 

“No puedo Volver” es una preciosa historia de amor. ¿Te sientes bastante cómodo en esa clase de canciones, verdad? 

Álvaro: Es una de mis favoritas y a mi público le ha entrado muy bien. Estoy muy orgulloso de esa canción y disfruto mucho interpretándola en directo. El texto de Pablo Cerezal ayuda mucho. Es una historia de amor de toda la vida vestida con algo de SoftGlamRock. La escribí hace algunos años, pero en inglés, y la descarté. Por fin encontró su lugar. Creo que ayuda a entender “Fantasio” como la historia o el lugar que es. 

“La aportación de David Bowie al arte es mayúscula y aún no se ha llegado a comprender en su totalidad” 

En “La Chica del Lago” no te has cortado en meter un homenaje al “China Girl” en una clara referencia a Bowie. ¿Cómo de importante es su sombra todavía hoy? 

Álvaro: Para mí David Bowie sigue siendo el artista más completo de los que haya existido. Más allá de que personalmente su voz, su obra y su imagen me gusten y me inspiren, creo que su aportación al arte es mayúscula y aún no se ha llegado a comprender en su totalidad. Como artista me siento en deuda con él y siempre será un honor y un placer rendirle tributo en mi obra. En esa canción en particular se la debía ya que el texto original en inglés lo interpretaba desde su voz. La adaptación al castellano es otro gran regalo de Pablo Cerezal. 

Vaya temazo te has sacado de la manga con “Conjuro” es pura elegancia a lo Roxy Music. ¿Tenías ganas de hacerte un trallazo de esa índole? 

Álvaro: La verdad es que me he quedado muy a gusto, tío. Quería producir una canción desde la sonoridad de aquellas baladas de Rock de los ochenta. Pensaba en Tina Turner, Joe Cocker o los Roxy Music que mentas. Y estoy muy orgulloso del resultado. 

¿Qué tiene Sevilla que está generando tantos proyectos interesantes? 

Álvaro: El río Guadalquivir, Triana, la Alameda, la frontera con Cádiz y un aire que se respira diferente. O sencillamente mucho arte por descubrir. 

“Las Muñecas de Calle Feria eran inigualables; canciones magistrales, sonido genuino, pedazo de directo y una imagen y una actitud espectaculares” 

Me sorprendió mucho conocer tu labor como productor del único disco no editado físicamente de una banda que me encanta como son Muñecas de Calle Feria. ¿Qué recuerdas de aquella experiencia? ¿Y de aquel disco? 

Álvaro: Lo de Las Muñecas de Calle Feria fueron un par de años de golferío por todo lo alto que, junto con Los Labios, cubrieron (sobrepasaron) mi cupo de excesos y Rock & Roll de biografía. Musicalmente eran inigualables; canciones magistrales, sonido genuino, pedazo de directo y una imagen y una actitud espectaculares. Una bandaza de Rock&Roll integrada por grandes músicos de la escena sevillana. Gocé mucho con ellos y con su música. 

En ella tocaba tu hermano Chencho, de quien seguro que tienes información de primera mano. ¿Qué anda cocinando ahora mismo? 

Álvaro: Anda enfrascado en la grabación de un nuevo álbum, que ya anuncio que os va a volar la cabeza. Es un artista mayúsculo con un sello propio, de los que son difíciles de encontrar y a los que incompresiblemente les cuesta más que les ayuden a llegar al gran público. Sea como sea, él va a seguir reglándonos canciones eternas. 

“Nacho Sarria tiene el futuro en sus manos y lo está moldeando a su gusto con criterio, trabajo y calidad” 

Otro amigo en común que tenemos es el gran Nacho Sarria, guitarrista que te sustituyó en Los Labios, quien meses atrás editaba su debut en solitario. ¿Qué te ha parecido su debut? ¿Le auguras buen futuro en esto del mundillo musical? 

Álvaro: Nacho tiene el futuro en sus manos y lo está moldeando a su gusto con criterio, trabajo y calidad. Tiene el talento, las ganas, el producto y una banda que le acompaña que ya quisieran los “grandes” tener. Me gusta mucho lo que tiene editado hasta ahora y supongo que en breve irán cayendo nuevas canciones. Lo mejor de todo es que es muy joven y lo tiene todo muy claro. Sin duda nos quedan muchas sorpresas gratas por descubrir de Nacho Sarria. 

“Enrique nos va a tener a su vera para toda la vida” 

Durante casi quince años has formado parte de la banda que graba y gira con Bunbury, quien ha tenido que retirarse abruptamente de los escenarios por una maldita dolencias. ¿Cómo se encuentra Enrique tras confesar que deja lo que ha sido su vida por problemas de salud? 

Álvaro: Pues jodido, como era de esperar. Son muchos años de carrera, de trabajo, de metas conseguidas y de una vida dedicada a interpretar sus propias canciones como nadie. Que algo le impida seguir desarrollando su pasión y su trabajo no es agradable; es una puta mierda. Ahora le toca encontrar bien lo que le está jodiendo, atacarlo, recuperarse y luego ver qué y cómo da el siguiente paso. A mí, y hablo en nombre de Los Santos Inocentes y del personal técnico y oficina, nos va a tener a su vera para toda la vida. Así es como se corresponde a tantos años de felicidad y buena música. 

“Mi profesión carece de muchas coberturas esenciales para cualquier trabajador, como es un paro, una jubilación digna, unas garantías de trabajo…” 

Evidentemente la enfermedad de Enrique nada tiene que ver con una sola cosa concreta, pero imagino que sí con el desgaste de tantos kilómetros y a veces condiciones de giras duras. ¿Crees que las condiciones de vida de los músicos podrían mejorar para que este tipo de cosas no ocurriera? 

Álvaro: Los músicos, como cualquier trabajador de este país, necesitan mejorar MUCHO sus condiciones de trabajo. Es algo que quienes nos gobiernan no acaban de enterarse porque están acarajotados. Mi profesión carece de muchas coberturas esenciales para cualquier trabajador, como es un paro, una jubilación digna, unas garantías de trabajo, un circuito saneado, o un entramado armónico entre todos los agentes involucrados (discográficas, promotores, salas, sponsors, técnicos, gobierno, etc); cada uno va a lo suyo y mira al otro como si fuera un cliente o un extraño con el que negociar, y nos olvidamos que todos estamos en el mismo barco y que nos necesitamos el uno al otro. Hay una falta de respeto que vaya más allá del “¡Ah sí! ¡Los musiquitos! ¿Qué tal el conjunto? ¿Actúas cerca?” y ese tipo de gilipolleces que se nos atribuyen de primeras como el pensar que no nos gusta trabajar, que vivimos puestos todo el día, que no somos de fiar, etc.. Es un planteamiento berlanguiano que aún nos cataloga entre la escoria política y algunas capas de la sociedad como “cómicos”. Personalmente no he pedido en mi vida una subvención, no cuento con nadie que no sea yo o mi entorno para trabajar y continuar con mi carrera. Pero sí que jode que te cueste mucho hacer algo tan esencial como es Música y que te obliguen a eliminar lo hermoso e intangible de este trabajo y concentrarte ya no en llegar a fin de mes sino a vivir aterrado con lo que será de ti y de tu familia cuando cumplas los 65. Ningún gobernante cuenta con mi simpatía. 

Después de tantos años tan ocupado. ¿Qué te planteas hacer ahora que estarás liberado para defender tu carrera como solista? 

Álvaro: Seguir produciendo mis discos, presentarlos en directo y trabajar con otros artistas. Lo que he hecho siempre. 

¿Qué tal está funcionando “Fantasio” en directo? ¿Por dónde pasa la viabilidad económica de un proyecto como el tuyo? 

Álvaro: Este verano estoy en el Sonorama, el único festival de los que tenía cerrado en 2020 que se ha acordado de mí dos años después (¡gracias Javier y compañía!). En otoño salgo de gira con mi nueva banda por España, México y USA. Entre Diciembre y Enero planeo tener listo mi tercer álbum. Y a partir de enero de 2023, y con la ayuda de David de Polar Records en el booking nacional, me recorro las salas del país, cada fin de semana, hasta primavera que espero y trabajo por entrar en varios festivales aquí y en América. Tengo un circuito de salas de 100/200 personas que me funciona muy bien para el nivel al que pertenezco. Creo mucho en la gira de salas, en la cercanía con la gente, en salir de casa el jueves y llegar el domingo, en que aseguremos entre 300 y 500 pavos cada semana yo y mi gente, en no cobrar una entrada cara y en regresar cada cierto tiempo a cada ciudad y empujar para que cada vez venga más gente. Por eso soy un trabajador constante y enfermizo; quiero ofrecer disco cada año y tener material nuevo que ofrecer a mi público. Y este sistema del que te hablo me funciona. Si organizas bien el tema de itinerarios, gastos, venta anticipada, etc… vas (casi) sobre seguro, y eso facilita las cosas y te evita problemas y disgustos. Al fin y al cabo esa es mi profesión. Lo de los festivales es una herramienta de promoción, como lo eran la tele y la radio, y también una fuente de ingresos secundaria, no es el circuito real para con tu público. 

Últimamente muchos artistas me hablan de la música como una necesidad, ni como un trabajo ni mucho menos como un hobby. ¿Qué deberíamos hacer para que este maldito país se de cuenta que sois cultura? 

Álvaro: Tomar las calles tantos días seguidos como hagan falta hasta que esa gentuza se entere por las buenas o por las malas. Basta de tanta chorrada y tantas palabras. O eso o dejamos de quejarnos, nos olvidamos de ellos y seguimos a nuestra bola hasta que el cambio venga o palmemos. 

Mil gracias por esta entrevista, Álvaro, ha sido un placer sublime. 

Álvaro: Un abrazo, Javi. Y gracias por ayudarme con esto. Ha sido un placer contarte todo sobre mi carrera.