Por: Javier González
Fotos: Archivo personal Enrique Pérez
El 9 de Mayo de 1997 fallecía en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid Pepe Risi, legendario guitarrista de Burning. Nos dejaba uno de los nombres clave del rock estatal, un mito en vida por actitud, carácter y chulería. Un rock star cheli, chulea guiris, criado en las calles de La Elipa sin cuya existencia probablemente la música en castellano jamás hubiera sido igual a como ahora la conocemos. Se fue en silencio, tocando hasta que las fuerzas le aguantaron, dejando un enorme vacío, casi tan grande como un legado que hace que hoy día muchos rockeros le recuerden con un cariño sin parangón en nuestra escena, pese a que buena cantidad de ellos jamás le conocieron en persona y muchos de nosotros hemos tenido que limitarnos a escuchar anécdotas sobre él, al calor de madrugadas interminables donde sus canciones sonaban de fondo.
Pepe se fue un 9 de Mayo, fecha de infausto recuerdo para cualquier aficionado al rock and roll que se precie y por extensión de Burning, pues en una fecha similar varios años antes, concretamente en 1991, también nos decía adiós Toño Martín, el tío más chuleta que jamás se ha puesto tras un micro.
Hoy 25 años después del fallecimiento de Pepe hemos reunido a varios amigos, compañeros de batallas, coetáneos y artistas de generaciones posteriores marcados por su impronta, así como a otros personajes del mundo de la música y farándula en general con objeto de intentar acercarnos a la figura de Pepe, un pequeño y sentido homenaje necesario para poner en valor lo que él era, lo que hoy en día representa su figura y dar aún más luz a un legado eterno que seguirá perdurando, porque en tiempos de trap y mal llamada música urbana, sus canciones y actitud nos demuestran lo que en su día eran las calles del extrarradio de una ciudad cualquiera, donde su personalidad logró tocar todo tipo de corazones con el inequívoco estilo del rock and roll por bandera.
Es justo que el primer nombre en tomar la palabra sea un personaje clave en la historia de nuestro rock como Enrique Pérez, más conocido como Quique Lanstrum, bajista y miembro fundador de Burning, el primero con quien Pepe contactó para comenzar una carrera musical única, quien lo recuerda de forma emocionada. “Él se acercó a mí en el hogar parroquial porque yo estaba en un grupo de folk, me pidió entrar en el mismo, cosa que finalmente hizo. A partir de ahí, fue cuando empezamos ensayar en plan rockero. El mismo párroco nos fue proporcionando actuaciones en colegios religiosos, aquel fue el trampolín para lo que luego fue Burning”. Un momento seminal que marcaría el comienzo de una historia mítica. Guiados por sus palabras decidimos seguir por esa vereda para conocer más a fondo detalles la vida del guitarrista cordobés, consultado al resto de participantes su primer encuentro, personal o musical, con Pepe Risi. Toma la palabra Edi Clavo, otro chuleta madrileño y otro mito, pues suyo es el ritmo que marcaba el compás de las canciones de Gabinete Caligari. “En 1977 estaba en la Facultad de Ciencias de la Información y compartía pupitre con Teto Oltra. Hablábamos de música y me dijo que tocaba con Burning: ¡La hostia! Yo estaba empezando con Rigor Mortis, junto a Jaime Urrutia, Ferni Presas y Eugenio Haro. Nos invitaron a un ensayo en los locales de Papi, en Barajas. Hubo buen feeling y se organizó un concierto en nuestra Facultad en noviembre de 1977 con Burning + Rigor Mortis”. Edi recuerda perfectamente el momento en que escucho a la banda por primera vez, con nitidez. “En noviembre de 1975, cuando sacaron el segundo single, “Like a shot” / “Rock&roll”. Lo oí en Radio Popular FM y me lo compré en una tienda que se llamaba “Pato Discos”.
Josele Santiago, otro tipo que no necesita presentación puesto que son muchos años defendiendo el nombre de Los Enemigos y una brillante carrera en solitario, con ese eterno deje madrileño, recuerda también el momento en que entró en contacto con el universo Burning. “No sé si tendría dieciséis años o por ahí cuando los vi en directo por primera vez, así que el impacto fue brutal. Un flechazo instantáneo que me supo a gloria”. Y otro sevillano de oro como Chencho Fernández, influenciado en toda su carrera por la impronta de Burning, tanto en sus años con Muñecas de Calle Feria y en su genial último disco, “Baladas de Plata”, nos habla de aquel momento de alumbramiento. “Un compañero de clase me pasó una cinta grabada que contenía “Esto es un atraco”. Luego me compré el recopilatorio de su décimo aniversario. También recuerdo escuchar “Una noche sin ti” en alguna fiesta. Me fascinaron su sonido crudo, la voz, las letras y la actitud de Toño y después de Pepe y Johnny, buenos herederos de aquel, y el hecho de que facturaran un rock en castellano con tanto carácter. Me pareció que destacaban, que eran de los primeros grupos que sonaban con personalidad en español”. Por último, pero no menos importante, toma la palabra Nacho Álvaro “El Patillas”, locutor y dj de Radio 3, toda una referencia para los oyentes del rock and roll patrio. “Mi encuentro con Burning fue de rebote, hace varios años, cuando empezaba a estudiar la carrera (Periodismo, en la Complutense). En ese momento ya había escuchado mucho sonido ibérico de los 80 y me flipaban -tanto como ahora- bandas y artistas de aquel momento, como Glutamato Ye-Yé, Séptimo Sello, Ramoncín… pero aún no había reparado en los chuleaguiris del barrio de La Elipa. Hasta que vi la película “Navajeros”. La introducción me dejó a cuadros con el tema que daba la bienvenida a la cinta (la adaptación del “Escríbelo con sangre”). Esa voz, a caballo entre la miel y el óxido, y los primeros golpes de guitarra, que se clavan hasta el corazón, se me quedaron grabados a fuego. Quería saber quiénes eran, qué hicieron, cómo sonaban… Así es cómo me di de bruces con los Burning. Podemos estar hablando del año 2007, cuando era un chinorri que acababa de cumplir 18 primaveras”. Gente de diversa edad, pelaje y condición que en un momento concreto de la adolescencia entraron en contacto con el universo Burning quedando prendados y sintiendo su pulsión rockera muy dentro.
A partir de aquí las conversaciones discurren por otros derroteros, donde cada entrevistado cuenta desde anécdotas hasta impresiones variadas relacionadas con el universo de la banda y en especial con la figura de Pepe. Edi Clavo nos aclara un dato que no teníamos muy claro, sobre el hecho de que Gabinete y Burning nunca compartieran local de ensayo. “En realidad no llegamos nunca a compartir local con ellos. Fuimos algunas veces a Papi a verlos ensayar y para nosotros, que éramos unos pipiolos, era como ver a los Stones + Lou Reed + Sweet en petit comité y en primera fila, porque hasta en los ensayos montaban el show con Toño y el fular, Pepe con el vacile, Johnny y su melena a navaja, Lanstrum y el bajo atronador, Teto en calzoncillos... Una pasada”. Impresiones que por sí sola justificarían este alegato en forma de artículo. Siguiendo esa línea argumental Quique apunta un hecho muy llamativo que habla el grado de unidad que tuvo la banda en los primeros discos. “No comentábamos apenas cosas, ni sobre ese aspecto, ni sobre políticas de actuación, lo teníamos claro. Había coincidencia. Yo formé el grupo, pero estaba registrado a nombre de todos. No había un organigrama al estilo anglosajón de jalones donde cada uno tuviera un rol. En cuanto a la base no hacía falta comentar nada. Íbamos todos por el mismo carril. Era nuestra forma de expresarnos tal y como éramos. íbamos a contracorriente en actuaciones y grabaciones, opuestos al circuito comercial. No solo de discográficas sino también de radiofórmulas. Éramos proscritos por nuestra tendencia a la hora de hacer música. No éramos comerciales, por decirlo claro”. Es decir, dotados de una autenticidad natural de la que hoy adolece el panorama. Y como si todo estuviera preparado Edi Clavo sentencia: “Completamente, no solo Pepe sino todo el grupo. En aquel momento su imagen era lo más parecido a los Stones de los setenta, pero con el toque cheli de La Elipa, un territorio salvaje no apto para lilas”. Pues eso, poco más que añadir.
Desde ahora, gran parte del artículo girará en torno a una palabra: Estilo. Un estilo particular e inimitable. Pues Burning eran únicos, barriales y a la vez elegantes. Y así consideramos a Pepe Risi hoy en día. Gente capaz de marcar a sus oyentes a fuego, tal y como comenta Chencho Fernández. “Se convirtieron en uno de los grupos de cabecera de la época en la que me formaba musicalmente con todos los discos que hicieron con Toño y los primeros ya sin él. La influencia que reciben de Lou Reed y de los Stones entroncó con mis propias filias. Años después, en Las Muñecas, afloraron de una forma espontánea. El grupo se movía entre el glam rock y un rock’n’roll descarnado que se nutría, entre otros, del sonido y la actitud de Burning”. En esa línea se mueve el argumentario de Igor Paskual, quien fuera líder de Babylon Chat y actualmente defendiendo carrera solista, labor que compatibiliza con ser una de las manos derechas de Loquillo en su banda y en labores compositivas, quien habla a las claras de la influencia de la banda madrileña: “Bueno, hasta el punto que Johnny nos dijo que “Bailando con Brando” sonaba más madrileño que los propios Burning. Hay canciones que beben mucho de esos dos discos, claro”. Una constante, bandas de los noventa y actuales que tienen el influjo de Burning.
Comenzamos a centrar el tiro aún más, disparando a quemarropa una pregunta sobre la importancia de Pepe Risi en el rock nacional. Toma la palabra Nacho “Patillas”. “Es muy difícil resumir la importancia de Pepe Risi para el Rock and Roll en España. Podemos resumir diciendo que Risi fue el Rock and Roll ibérico. Y lo sigue siendo. Aunque no esté en cuerpo con nosotros, sí lo está en alma. Sí está presente en bandas nuevas que cocinan su sonido al amparo de las guitarras que rubricó el cordobés. Ahí tenemos ejemplos actuales como los madrileños Escombros o los barceloneses Enamorados. Pero ya no es solo su forma de tocar. Os invito a descubrir sus letras. La manera de desnudar sus emociones no puede ser más desgarradora y directa. Los artificios no son necesarios porque lo que él decía salía del corazón. Los barroquismos, las hipérboles y las comparaciones pomposas son ideales para quienes no saben describir el dolor ni el sufrimiento, quizás porque no lo han experimentado y solo quieren darse el pastel. Pepe Risi no necesitaba estos recursos porque sabía escribir. Y, por tanto, hablar. ¿Qué fácil parece, verdad?”. Rotundo sin dudas.
Igor Paskual aporta algo muy importante, constatable en cualquier directo de la banda, hoy fácilmente rastreable en plataformas como youtube y afina mucho, hablando de una canción en concreto y encima de las no más reconocibles de la banda. “Me gusta mucho su aportación en el directo, pero yo creo que donde se deja la piel, el alma y todo lo demás en es “Te quiero tanto” del disco “No mires atrás” que dedica a la memoria de Toño. Es uno de los grandes temas de rock español”. Nos sirve para continuar por esa vereda y Nacho nos habla de su disco favorito: “Tengo especial devoción por el tercer álbum de Burning: “Bulevar”. Desde que la aguja rasga el primer surco ya me parece fascinante. Hay que tener cojones y ser un macarra de verdad para empezar con una declaración de amor versionando a las Shangri-Las con su “Give him a great big kiss”. Es un disco donde asoman todas las caras de Burning, desde la más sentimental y adolescente hasta la más rebelde y socarrona, con el “Ja, ja, ja”, por ejemplo, pasando por la soñadora y utópica, con “Quiero ser un robot”, para desembocar en la tristeza heroica que recoge el tema “Días de lluvia”. En “Bulevar” también se nota cierta madurez en su sonido, aún incipiente. Y aunque tenga un retrogusto marcadamente ochentero en algunos pasajes concretos, me parece un trabajo muy digno y que envejece con mucha elegancia. Porque su esencia no solo radica en el sonido. Y eso contribuye a una conservación excelente”. Chencho Fernández se moja bastante y da motivos muy concretos. “Noches de Rock’n’roll”, que fue el primero en el que Pepe y Johnny se pusieron al frente, tomando el relevo de la etapa con Toño con mucha solvencia y empaque. Lograron refundar el grupo de una forma brillante y sólida. También me gustan, “Cuchillo”, “Regalos para mamá” y “No mires atrás”, el último con Pepe”. Edi Clavo prefiere recuperar algo más espiritual y de corazón, una característica del Risi única. “Me quedo con su manera personalísima de tocar la Gibson Les Paul. Sin ser un virtuoso y sin exceso de efectos, sacaba un balanceo rítmico y una pegada distintiva. Y siempre al servicio de la canción, sin pirotecnia hueca”. Josele se mueve en unos términos muy similares. “En mi opinión cualquiera que se plantee hacer en rock and roll en castellano tiene en la discografía de los Burning un referente obligado. Es aquello de déjese usted de floripondios y haga el favor de ir al grano. Eso es rock and roll. El fraseo de Pepe es legendario. Acometía las estrofas con esa milésima de segundo de retraso que marca la diferencia y tenía una intuición de la hostia para reconocer la nota clave y alargarla lo justo. A la guitarra creo que su mejor baza era exactamente la misma. Llámalo feeling si quieres. Pepe era todo corazón”. Parece que hay cuórum porque Chencho Fernández opina en términos similares. “Su sensibilidad, feeling lo llaman angloparlantes y anglófilos, ese gusto para hacerla sonar junto a piano y saxo, que es como a él le gustaba el rock’n’roll. También esos solos tan adictivos y genuinos que sólo él sabía hacer”. Y el comentario de Igor Paskual secunda totalmente al aportado por Josele yendo un punto más allá. “Su sentido melódico, su fraseo. Cómo saborea cada nota. Me gusta que puedas cantar sus solos. Y que no abusa de la distorsión; en directo tenía un sonido pastoso, pero claro. Risi aporta el primer arquetipo de guitarrista de rock en España. Digamos que es el primer arquetipo reconocible como guitarrista de rock. Con él nace el guitarrista de rock en España con ese halo misterioso, que es el compañero ideal del cantante”. Si tanto músico de calidad, con tantas noches a sus espaldas y tantas grandes canciones aportadas al imaginario colectivo de varias generaciones dice lo mismo, habrá que creerles, ¿verdad? La experiencia de Quique cierra el debate, dejando el talento de Pepe en el único lugar posible. “Su personalidad tocando la guitarra, si te das cuenta y analizas los guitarristas españoles, que los hay muy buenos y habilidosos, muy destacables, pero no tienen esa personalidad de Pepe con la guitarra en las manos”.
Una de las facetas menos valoradas de Pepe, por sus evidentes limitaciones, fue su voz, sin embargo, personalmente, siempre me pareció brillante en su capacidad de transmitir, sobre todo en sus últimas grabaciones, donde literalmente la vida se le iba en ello. Cuestionamos a Nacho “Patillas” sobre este asunto. “La verdad es que no me gustaría ponerme en el pellejo de Risi ni Johnny cuando les dejó Toño Martín. No me refiero al plano sentimental, sino al futuro de la banda. Imagino que no fue fácil la decisión de seguir adelante y tener que defender los temas nuevos con una voz diferente. Más allá de este debate, lo cierto es que Burning -a mi parecer- siempre se ha caracterizado por una voz castiza, una voz chula, una voz, como muy bien apuntas, que se deja la vida. Y yo creo que esto es un aspecto importante y al que no siempre se le da mucha importancia en las lides del Rock and Roll y sus derivados. Muchos debates giran alrededor de los instrumentos, los arreglos y demás cuestiones que se escapan al plano vocal. Y una voz tan personal, como la que siempre ha abanderado la discografía de Burning en cualquiera de sus etapas, imprime más carácter y forja una leyenda aún más épica para una banda. Yo creo que las voces de Burning no buscan gustar. Si no transmitir. En eso son únicos. No puedes cantar que vas a dar un palo si eres un niño pera, por ejemplo. La voz de Burning es actitud, es un testimonio del barrio. Te lo crees. Y punto”. También le toca a Nacho, otro madrileño de pro, hablar de ese arquetipo barrial y cercano en las letras de la banda. “En el caso de Burning, sí hay un componente social muy importante que deja poso en varias de sus letras. Su crítica es sutil, elegante, afilada y discreta. Como debe ser. Las bandas que gritan mucho no suelen predicar con el ejemplo. Burning es barrio. Es Madrid. Con lo bueno y lo malo que es conlleva. Porque reducirlo todo a un ámbito local sí te va a esa credibilidad y esa responsabilidad con tus vecinos y el público de tu ciudad. Al mismo tiempo, te puede alejar de la parroquia valencia, por ejemplo, aunque compartan problemáticas y tensiones”. Leño, Gabinete Caligari, Los Enemigos... son muchas las bandas que podrían definir ese sonido. Nacho remata la faena de manera muy sabia. “Es muy difícil definir el Rock madrileño sin el legado de Pepe Risi y de su forma de tocar. No sé si podemos asegurar que forjó un estilo, pero sí marcó un camino que, con los años, se ha ramificado, pero sin perder su esencia. Y eso lo podemos comprobar cuatro décadas después en bandas de todo pelaje que ha mamado de su guitarra. Dejo aquí una pregunta para que tengáis tema de conversación: ¿quién es el padre del Rock madrileño si no lo fuera Pepe Risi? (Nota: chupito cada vez que alguien diga “Rosendo”)”. Eso sí, no nos resistimos a meter a Nacho en un último laberinto relacionado con dos de las cuatro cosas que serían emblema del Risi sobre un escenario, nos referimos a la chupa de cuero y su pin del Atleti, nos dejaríamos por el camino a su negrita, su Gibson Les Paul, su Negrita y su eterno cigarro. “¡Me parece Maravilloso! Pero luego lo comparas con la puesta en escena de otras bandas de su momento, integradas po colchoneros confesos, como Glutamato Ye-Yé o Séptimo Sello, y ese pin podría quedarse corto. Uno no puede camuflar sus pasiones. Siempre necesita un pequeño escaparate para lucir con orgullo lo que defiende, predicar lo que cree y, por qué no, provocar. Pues eso se consigue con estos detalles -a priori nimios-, como el pin de la chupa de cuero”.
Comenzamos a recapitular el valor y las principales aportaciones de Burning y de Pepe Risi a la música nacional, toma la palabra Edi Clavo. “Sería muy difícil sintetizar en dos líneas la aportación de Burning aunque quizá, lo fundamental entonces, en los años setenta, fue la posibilidad de enhebrar, con buen gusto, un idioma difícil como el español, sobre el ritmo sincopado del rock, que no del pop. Un binomio de difícil cocción”. Nacho vuelve a la carga. “A pesar de vivir en un país maravilloso, lo cierto es que seguimos teniendo una deuda pendiente con los idiomas en general y el inglés, en particular. Creo firmemente que cantar en castellano te acerca al público. No es lo mismo oír una canción que escucharla. Y eso, casi siempre, se consigue -aún a día de hoy- componiendo en castellano. Además, que este ejercicio lírico requiere de mucho más esfuerzo, por lo que me parece más valiente todavía. Porque escribir canciones en inglés es mucho más fácil, aunque interpretarlas ya es otro cantar, nunca mejor dicho. Hay muy pocas bandas en España que tengan una buena pronunciación del idioma de Shakespeare. Y es una pena, porque muchas de ellas tienen un sonido más que poderoso y convincente; sin embargo, pierden empaque en la ejecución porque suenan muy “aguachinflein”. No sé si se puede tildar de valiente a una banda por cantar en español. Pero sí creo que es honesto, que no es poco”. Igor apunta un matiz interesante, reivindicando a otros pioneros anteriores a nuestros Burning. “Bueno, hubo muchas bandas que cantaron rock antes que ellos en castellano, y muy bien. Lone Star, por ejemplo. Pero sí es cierto que son una banda que traduce muy bien un tipo de rock y actitud peligrosa, tóxica que antes no se había hecho aquí. No es rock progresivo, no es exactamente urbano, aunque sea callejero. Tampoco es punk, es rock and roll ya mezclado con ese modo de vida predicado por lo que serían ya las grandes bandas de rock del momento. De la misma manera que Los Salvajes habían captado a los Stones de los 60, ellos capturan la cosa de los Stones de los 70. También tienen toda esa narrativa de la ciudad muy emparentada con Lou Reed…Incluso a lo New York Dolls, que no es un tipo de rock que abunde en España”. El tiro se ha desviado, así que decidimos reconducirlo de la mano de Chencho Fernández. “Destacaría su honestidad, su valentía y su generosidad a la hora de afrontar la trayectoria del grupo, ajena a modas y coyunturas, y esa forma tan castiza y cercana de llegarte a oídos y corazón, manteniendo el entusiasmo de un chaval que quiere respetar a sus maestros, cumpliendo su correspondiente triada hedonista (sexo, drogas y rock’n’roll) y trascendiendo calificativos con su propia e intransferible poesía desafectada e inmediata. Creo que ennobleció bastante algo que suele más bien envilecerse pronto: el arte de tener un grupo de rock y ser razonablemente fiel a tus principios y apasionadamente tenaz en tu compromiso”. E Igor remata de nuevo sembrado, confirmando que estamos ante un estudioso de la cuestión. “Lo principal son sus canciones, el hecho de dejar un legado en clave rock, pero que sea reconocible y popular. También el espíritu que desprende, el hecho de haber dado al rock vida, realismo, hacer que el rock fuese algo tangible y real. Con él, el “verdadero” rock ya no era sólo de Inglaterra o Estados Unidos sino que también se podía hacer aquí con la máxima credibilidad”.
Esta última reflexión nos lleva a acordarnos de las últimas canciones escritas por Pepe Risi, legadas a Loquillo en maqueta, las mismas finalmente aparecerían editadas en su disco “Cuero Español” y una reedición por parte de Warner permitiría al gran público escuchar las primeras tomas de “Quiero Acariciar el Rock and Roll” y un tema sin título que finalmente aparecería bajo “La Sonrisa de Risi”, dos claras reflexiones, emocionantes donde Pepe canta con todo el corazón. Le preguntamos a Nacho Álvaro sobre esas grabaciones y por extensión sobre el disco en que aparecieron. “Sí. Y me parecen muy buenas porque son muy sinceras. No pretenden ir más allá que transmitir un estado de ánimo pasado por el tamiz de los Rolling. Otra cosa es cómo se pusieron en práctica. Es cierto que “Cuero español” parece un disco nutrido por el legado de una generación olvidada, a pesar de su valía. Ahí tenemos el guiño a Farmacia de Guardia con la reinterpretación de “Cazadora de cuero”. Pero fíjate, me da la sensación de que es un disco al que los años no le dan carácter”. Como no podía ser de otra forma, Igor Paskual, quien las ha interpretado cientos de veces en directo toma la palabra, dejando ver lo emocionante e importante que es algo así. “Bueno, es un honor, sin duda. ¿Qué puedo decir? No es que estemos hablando de la historia de nuestro rock sino del patrimonio cultural contemporáneo del país. Soy muy consciente de lo que significa y de lo afortunado que soy”.
Los últimos meses de vida de Pepe transcurrieron entre las actuaciones de Burning, las cuales no quiso abandonar, obligando a que acondicionara la parte de atrás de la furgoneta de la banda con una camilla, la cual abandonada para tocar únicamente, y la aparición en el disco “Compañeros de Viaje”, un homenaje a toda una generación de músicos por parte de Loquillo y Trogloditas, donde Risi atacó “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste”, hasta que el fatídico nueve de Mayo de 1997 la muerte sorprendía a Pepe, quien en palabras de Johnny Cifuentes, le pidió dos cigarros que fumó con las pocas fuerzas que le quedaban. Tras su muerte muchos compañeros y amigos se acercaron al hospital, tanatorio y cementerio a mostrar sus respetos a un amigo convertido en leyenda, así lo recuerdan Edi Clavo “Me enteré por medio de Johnny y me acerqué al Gregorio Marañón. Sabía que estaba muy delicado pero había momentos en que parecía inmortal. Coincidías en un bar o en un post-concierto en un camerino y era él el que tiraba del carro con su ímpetu y su Jack Daniel´s en ristre”. Emocionantes son las palabras de Josele sobre lo que se vivió aquellos días. “Respeto y camaradería. Todo el mundillo del rock estaba representado allí. Quien no pudo ir, mandó flores. Fue muy emocionante”. Más sentida todavía es la conversación con Quique a este respecto, dolido y emocionado confiesa como vivió aquellos días después “Me enteré casi casi como dicen por la prensa. Recuerdo leer una reseña de Johnny en El País que me impactó mucho sobre su muerte. No fui al funeral porque me enteré a toro pasado, no en el momento de reaccionar. Sentí mucha pena. Cuando él vino por primera vez a hablar conmigo era un chavalote de 18 años, muy buena persona y noble, no tenía malicia ninguna. Se me vino al recuerdo aquella imagen porque Pepe murió joven. Compartimos tantos momentos de ensayo y carretera, de pasear y tomar algo. Lo normal en nuestra vida”. Cabe recordar que en la marcha de Quique de Burning no medió pelea ni discusión alguna, cambió de vida sin más y no volvió a coincidir con sus compañeros hasta hace años, donde se fundió de nuevo con Johnny en un abrazo y compartieron escenario en la mítica Sala El Sol, donde Quique interpretó ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?”.
Toca hablar de la vigencia de Pepe Risi y Burning en las nuevas generaciones. Chencho Fernández lo tiene claro. “Como todos los grandes artistas, Burning, y Pepe Risi en particular, han propagado su influencia en centenares, miles de artistas que empiezan a labrarse un camino, quizás un tiempo atrás más que ahora, y puedes rastrear su estilo en casi cualquier banda de rock en castellano con querencias stonianas”. Josele Santiago no es menos que su compañero. “Claro que sí, se puede detectar su impronta por todas partes. Desde Los Vinagres hasta Alcalá Norte, pasando por los Derby´s Motoreta Cachimba o nosotros mismos, que de jóvenes no nos quedan ya más que las ganas pero que, mira, ahí seguimos”. E Igor Paskual vuelve a sentenciar. “Su espíritu sigue muy vivo, pero no te sabría concretar en alguien en concreto. Cada vez que toco en una ciudad y hay un grupo local, siento que se les tiene muy presentes. Pero, supongo que vivimos en otra época y la gente es más sana, afortunadamente. No se vive con la sombra de la muerte merodeando todo el rato. Si es que hasta los traperos dejan las drogas después de…su primera gira”.
De manera inesperada y con los dientes muy largos hasta su edición nos enteramos que Chencho Fernández está preparando un homenaje a Pepe Risi y Toño, como no podía ser menos, será en forma de canción y su título es 9 de Mayo. “La mejor forma de responder sería tocando la canción. La compuse cuando leí la noticia de que Burning suspendía definitivamente sus giras y su actividad y se la ofrecí a mis compañeros de Los Fusiles para que la grabáramos a pachas. Se trata, efectivamente, de un homenaje conjunto a Toño y a Risi, por extensión a la banda y también a esa primera fascinación adolescente que me prendió la mecha que más tarde explotaría. Nos habría gustado tenerla grabada para este 25 aniversario de la muerte de Pepe y 31 de la Toño, pero me consuela saber que cuando la publiquemos ya siempre se asociará a ellos y a esa fecha simbólica: “Es nueve de mayo y aún es invierno en esta primavera, es nueve de mayo y en el bulevar ya nada es lo que era, es nueve de mayo, sale la luna por Briviesca y se abre un rayo por La Elipa, el corazón esquiva balas que llevan tu nombre…”, por ahí van los tiros”.
Toca cerrar este pequeño y sentido homenaje a Pepe Risi, con el recuerdo emocionado a su figura y a su banda con un cierre para enmarcar en que pedimos que nos definan en pocas palabras a Pepe. Edi Clavo piensa que era “un animal de rock and roll”, a Josele. “Me resulta imposible destacar un aspecto en concreto. Pepe Risi es una leyenda en sí mismo. Su legado es enorme. Joven. Apasionado. Inquieto. Pepe era una especie de Huckleberry Finn de las calles de Madrid”. Y para cerrar dejamos el turno a Quique, el hombre sin el que esta bonita historia quizás nunca hubiera tenido lugar. “Pepe era un gran elemento. Un gran guitarrista y un espíritu creador. Constantemente traía ideas para atacarlas y ver cómo se podía grabar. Pepe era así. Era un tipo genial. Es escueto y escaso, pero define todo. No hace falta adornar mucho la historia. Ahí se define todo”.
Poco más que añadir que nuestro recuerdo emocionado y agradecimiento eterno a Burning, a Toño y a Pepe Risi, cuyas canciones y legado siguen mostrándonos el camino. De La Elipa al cielo, rasgando las seis cuerdas y tirando besos con el pulgar tras apurar el último pitillo. Leyendas del rock nacional y mitos en las calles de mi ciudad.