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The Whiffs: Chupitos de power pop



Sala Fun House, Madrid. Miércoles, 13 de abril del 2022.

Texto y fotografías: Skar P.D.

Estaba alterada la parroquia power popera por la presencia en Madrid, por primera vez, de la banda que, justo antes de la pandemia, había facturado uno de esos discos que, de vez en cuando, revitalizan la escena donde se desarrolla la música en la que viven los sueños, también llamada power pop, que dicho sea de paso es la música donde encuentran refugio los románticos impenitentes que haberlos "haylos", ya lo creo, y que, además, se resisten a desaparecer, cosa que según los expertos llevan haciendo desde hace ya unos cuantos años. Muchos años ya, para ser exactos, lo que pasa es que todos sabemos que la condición de "experto", sobre todo en los últimos tiempos, ha sufrido una considerable degradación.

Con solo dos discos, un EP y un larga duración, y otro a punto de salir, "Scratch ‘n Sniff", The Whiffs se han convertido en el imaginario colectivo en la tercera pata del tridente que junto a The Reflectors y The Speedways están revitalizando, una vez más, la música esa cuyos parámetros diseñaron The Beatles y que bandas como Badfinger, Big Star o The Nerves impulsaron a la categoría de clásica.   

La sala Fun House puso el cartel de entradas agotadas para acoger la séptima parada de la gira que ha traído a España a los de Kansas City, Missouri, tal y  como ellos apostillan, y por supuesto, huelga decirlo, con unas dosis de expectación importantes en los asiduos a este tipo de eventos basadas desde luego en el apabullante "Another Whiff", que publicaron a finales del 2019 y, quizás, a ciertas informaciones de algún que otro concierto previo que, al parecer, resultó fallido, también  refutadas por las crónicas de otros posteriores que tampoco lanzaron las campanas al vuelo. O no todas, las campanas me refiero.

Arrancaron con "It's Not Over", uno de los temas nuevos, para continuar con el primero de los extraídos de su aclamado larga duración, la excelente "What Do You Want Me To Do", lo que ya de entrada dejó ver un par de cosas que se repetirían a lo largo del concierto aunque una de ellas se adecentó con el paso del tiempo, consiguiendo que el sonido mejorara a partir de su desnudez inicial, no así la voz de Rory Cameron (voz, guitarra), con una afonía más que evidente, y ya se sabe que las melodías vocales son una de las bazas que utiliza el power pop para hacerte cosquillas en el estómago. Otra canción nueva , "Won't Go Away", sirvió para constatar que, al menos, las facultades vocales de Zach Campbell (bajo, voz) si se encontraban en condiciones. Otro factor a tener en cuenta es que The Whiffs atesoran un puñado de canciones con todos los esquemas canónicos del género capaces de superar limitaciones, y así quizás, aunque las guitarras no sonaban tan brillantes como en las grabaciones y las voces estaban limitadas, los aromas beatlescos de "I Don't Wanna Know" consiguieron acortar las distancias y fue un primer paso hacia adelante. 

Los aromas de Big Star se hicieron presentes con la sensacional "She", que, si bien es verdad que las cristalinas guitarras de su versión grabada no estaban demasiado presentes, sí tuvo la calidad suficiente para seguir elevando el nivel de un concierto que progresivamente iba solventando imponderables. Y eso que la alfombra de sujeción de la batería no cumplía de forma eficiente su función provocando que casi tras cada canción hubiera que volver a recomponer el set. Los imponderables, ya se sabe.

Y en eso sonó otra canción nueva denominada en el setlist escuetamente como "Wanted", pero que es de esas canciones que tiene un estribillo de esos absolutamente demoledores y cantables y, por primera vez, se estableció la necesaria conexión con el público, y quizás por eso llegó la hora de los chupitos, de licor de fuego irlandés para la ocasión, y no sería la primera vez. Curioso que los capos de las discográficas han pasado de ofertar contratos millonarios a proporcionar espirituosos a los músicos dicho sea sin ninguna acritud. El dinero no tiene cabida en el power pop.

Se aprovechó el momento, y tras una breve explicación acerca del estado de la voz del Cameron y presentar al nuevo guitarrista, continuaron con la ramoniana "Shakin' All Over" y aceleraron con "On The Boulevard". El caso es que a pesar de todas las deficiencias que se arrastraban la temperatura se fue caldeando lo suficiente como para que el nivel de satisfacción se fuera aposentando. Y así fue hasta el final, alternando algún tema nuevo como "'Pretender", con la gente muy implicada dando palmas, y coreando a voz en grito temas ya conocidos, como la excelente "Now I Known", como si no hubiera mañana. Decididamente allí se había ido a disfrutar y era la canción perfecta para ejercer de banda sonora, y si para finalizar se recuperan "She Lies" y "Out Of Mind", pues miel sobre hojuelas. Bien está lo que bien acaba.

Apenas una hora para quince canciones, y a pesar de las peticiones no hubo más. En realidad viene siendo así en toda la gira, que es como si la integración del nuevo guitarrista no hubiera tenido el tiempo suficiente para ampliar el repertorio con garantías, pero esto es solo una impresión, y el caso es que a pesar de los hándicaps, al final The Whiffs solventaron aceptablemente la papeleta, y lo que es mejor, dejaron la agradable sensación de que lo pueden hacer mucho mejor, quizás con un poco menos de aceleración y con un poco más de ensamblaje, porque los chupitos molan, pero esta banda se merece un trago largo para saborearla mejor.. Quizás en la gira de su próximo disco, que está al caer y que por lo visto, y oído, también va a albergar un puñado de canciones esplendorosas de esas que siguen dando brillo al power pop. Será por canciones.