Por: Pepe Nave
Lala Pérez es básicamente Guillermo Pérez Larrauri, conocido por Willy en el mundillo musical, uno de esos locos por la música pop que lleva treinta años tocando y que participa en redes sociales comentando los lanzamientos de canciones y bandas que le gustan a diario.
En los noventa se quedó cerca de la explosión del llamado indie con el fichaje de Dry Flies, su banda de la época con Borja San Emeterio, por Subterfuge en el momento de Australian Blonde, Sey Sadie, Dover y el inicio del auge de los festivales.
Terminado aquel proyecto y lejos de aquellas mareas, con el tiempo fue virando hacia el pop de guitarras de corte británico, ese que iniciaron The Beatles y las bandas del Merseyside en los sesenta, que en los ochenta volvió a la palestra con The Smiths o The Stone Roses y luego siguió hasta ahora con Belle and Sebastian, The Clientele, etc.
Tras editar el álbum “Tower House” en 2019, ahora nos presenta un Ep de 6 canciones grabado en Submarino Records de Mungia con Iñigo Escauriza como ingeniero de sonido, y con la banda que le acompaña últimamente compuesta por el bajista Sergio Gil (Yellow Big Machine), el batería Gontzal Bilbao (Ama Say y Arima), el teclista Chus Del Gallego (Basurita, Berlín) y el guitarra Joseba Garro. El Ep anticipa un próximo álbum previsto para finales de año a titular “Mitomaniac”.
Charlamos con él, sobre estas nuevas canciones, en los días previos a su concierto del 2 abril en el Big Rock Café de Getxo.
Tras estos extraños dos años y pico sin grabar en estudio y sin tocar en directo, trabajando en canciones a solas en casa, dándoles vueltas ¿qué te parece el resultado una vez grabadas con banda? ¿Han cambiado mucho respecto a la idea que tenías de ellas?
Willy: Estoy bastante contento con el resultado, teniendo en cuenta que teníamos tres días para grabar en el estudio y un día para mezclar. Alguna de las canciones, como William Holden me hubiese gustado arreglarla bastante más pero no me quejo.
En cuanto al trabajo con la banda es un pequeño tour de force, yo suelo buscar un sonido más cristalino, limpio y delicado y ellos me llevan a un sonido un poco más contundente, así que al final la canción grabada se queda a medio camino. También es cierto que ellos, con el tiempo, han interiorizado de qué van las canciones y el sonido que quiero hacer. Gontzal, el batería, tiene una gran pegada y tengo que contenerle, tampoco es que sea un talibán de cómo tienen que sonar, por ejemplo, a Joseba, el guitarra le doy libertad para aportar lo que considere, él además tiene el rol de guitarra solista y yo rítmico, aunque en algún momento en concreto nos intercambiemos.
Desde fuera el sonido de las canciones de este Ep suena más orgánico, mejor acabado y conjuntado que las de tu anterior trabajo Tower House (2019). ¿A qué crees que se debe, la producción, el tiempo de grabación o de rodaje de las canciones?
Willy: Este nuevo Ep se ha grabado prácticamente en directo, excepto las voces y algunos arreglos. Hablé de eso con Iñigo, el productor, antes de entrar a grabar, evitar la compresión del sonido y sonar un poco más orgánico y él lo entendió a la perfección. En Tower House, fue diferente, hubo canciones en las que el bajo y la batería se grabaron en Alicante, la guitarra y las voces aquí…y luego, además, entonces no tenía banda como ahora y eso también se nota mucho.
En cambio, es común en ambos trabajos el cuidado que pones en las guitarras. ¿Eres un loco del instrumento? ¿tienes muchas guitarras?
Willy: Tengo unas cuantas, no tengo más porque me pedirían el divorcio lógicamente (risas) pero no soy un virtuoso de la guitarra, me gusta el objeto, cómo suena, la diferencia de matices, etc. Joseba, por ejemplo, es mucho mejor guitarrista que yo, que soy alguien que utiliza la guitarra para componer y no me complico, busco lo que sé hacer. Además, a mí no me gustan las canciones recargadas, que suenen limpias es una obsesión para mí.
Willy: (Risas) Bueno, en esa canción me río un poco de mí mismo. Yo siempre he tenido anglofilia y tenía esa imagen de los ingleses refinada, de los descapotables, chaqueta de tweed, entonces fui a trabajar a Newcastle, en el norte de Inglaterra y claro obviamente no tiene nada que ver. Así que en esa canción hablaba de esa colección de tópicos y de una relación que tuve allí.
En resumen, sí, me encantan las bandas de guitarras británicas.
En ese sentido, del pop británico cuidado, las cartas están sobre la mesa, los nombres que nos vienen a todos a la cabeza, como Belle and Sebastian, The Divine Comedy, The Clientele, las bandas del jangle y twee pop de los 80 y los 90, pero también los clásicos como The Byrds o The Beatles. Suena indie y clásico a la vez. ¿Fruto quizás de la larga carrera como músico y oyente?
Willy: Pues realmente es algo más de los últimos 20 años de mi vida. En mis primeras bandas, con Borja, en los 90 lo que quería era sonar como los Pixies, metíamos distorsión, intentábamos sonar fuertes, era la época del Getxo Sound, y todo el mundo, me decía que sonábamos muy pop y yo no entendía nada. Más tarde con el tiempo me fui dando cuenta que las canciones que hacía iban en otra dirección, así que una vez me di cuenta busqué la sonoridad adecuada para ese tipo de canciones.
¿Alguna otra banda que quieras destacar en ese cocktail de influencias?
Willy: Una banda que me ayudó mucho sobre todo a la hora de ponerme a cantar, porque yo en las anteriores bandas no cantaba, fue Luna, Dean Wareham desafina bastante cantando, pero es muy cool, además me encanta el sonido de sus guitarras líquidas, hipnóticas, aunque ellos son más Velvet Underground, quizás me influyeron más a nivel formal. Por cierto, me gustaron mucho sus memorias Postales Negras.
También admiro mucho a Stephen Malkmus, más allá de lo que ha hecho con Pavement, toca la guitarra de una forma muy especial. Por cierto, que tengo una canción compuesta para el próximo disco que la titularé con su nombre, un pequeño homenaje.
Hay amigos que me dicen que My Little Blonde Freak, dedicada a mi hijo, les suena a Supergrass, Hefner me marcó en su momento, también otra banda reciente que me ha gustado es Mr Ben And The Bends que de hecho se la mostré a Iñigo antes de grabar como ejemplo de sonido que me gusta.
Por otra parte, aunque siempre has estado dentro del pop de guitarras, en tus anteriores bandas Dry Flies y Supergenes, había de por medio el ruido eléctrico o noise del indie alternativo de los 90. Con el tiempo has prescindido de esa parte más eléctrica de una forma rotunda. ¿Te cansaste de aquello?
Willy: Sí, me cansé de la distorsión. Cuando empecé a tocar tendría 23 años y escuchaba bandas de Seattle, indie rock americano y con el tiempo he ido evolucionando. Por otra parte, en el local de ensayo, normalmente pequeño, con la distorsión no te oyes la voz, suena todo saturado y acabas harto. Con el tiempo aprendes a tocar y yo incluso he cambiado de tipo de guitarra, en los 90 tenía una Les Paul estándar, ahora tengo una Gretsch, una Fender Jazzmaster, una Telecaster, una Duo Sonic, con las que puedes sacar ese sonido más limpio con el puedes cantar y es el que quiero hacer ahora.
Aquí en Bilbao como bien sabes, muchos aficionados aprecian esa dureza de las guitarras, aunque por debajo haya melodías, aparte de los predominantes punk y garaje, el indie del Getxo Sound también solía ser ruidoso, grupos como los del Donosti Sound, como Family, La Buena Vida o Le Mans no cuentan con demasiados fans y son considerados hasta cursis, por así decirlo. En este sentido tu propuesta es valiente ¿has recibido muchas críticas o pullas de aficionados, amigos etc., por el sonido bonito y detallista?
Willy: Bueno, nosotros ya en los 90 con Dry Flies comparados con el resto de bandas del Getxo Sound éramos super moñas. Yo casi diría que he notado una evolución positiva aquí en ese sentido, tengo un feedback más positivo, los críticos están más abiertos, el público también, aunque siempre hay alguno que se mantiene en sus trece claro, a algunos amigos les gustaba que pisáramos el fuzz y a otros les ha gustado el cambio hacia la claridad. También he abierto un nuevo abanico de amistades con esta música.
En cuanto a las letras, está claro que te gustan los títulos con personajes emblemáticos (Sterling Moss, William Holden) u objetos icónicos (My Fiat Barchetta). ¿Es una forma de tirar del hilo para hablar de otras cosas? ¿Les das muchas vueltas?
Willy: El disco en el que quiero incluir las canciones de este Ep, se llamará Mitomaniac, para que te hagas una idea. Algún amigo me decía que me atraen los perdedores, y bueno, por ejemplo, Sterling Moss fue un piloto británico de Fórmula 1 que no ganó el campeonato del mundo porque había una sanción en curso sobre otro piloto inglés que iba en cabeza y él dijo que él no quería ese campeonato y abogó para que retirasen la sanción ¿eso es un perdedor? Me gustan ese tipo de personajes, con intrahistoria y esas historias me sirven como espejo y como excusa para hablar de cosas mías.
De William Holden soy un fan de Grupo Salvaje, en la primera maqueta usé samples de la película con su voz, me gusta ese sentimiento de un puñado de tipos fuera de su tiempo que van hacia adelante, con la muerte cada vez más cerca y yo he cruzado esa línea de la mitad de mi vida. Al final lanzo una serie de imágenes y aunque yo tenga una historia detrás, cada uno las puede interpretar a su manera.
Willy: Algo sí, porque si de algo me río es de mí mismo, de algunas situaciones rocambolescas rozando el ridículo, aunque no en todas las canciones, We were Young por ejemplo es melancólica con un punto de reivindicación de los buenos tiempos vividos, pero no olvidando que seguimos igual de perdidos que cuando éramos jóvenes, siempre hay nuevos retos y cosas que no has vivido. Yo sigo conectado a esa parte de cuando era joven y no me quiero separar de ella.
En todos tus proyectos has cantado en inglés, ahora que hasta muchos de los artistas que empezaron con inglés como Basurita (con miembros de El Inquilino Comunista) o Fran Nixon (de Australian Blonde) se han pasado al castellano ¿Has pensado alguna vez en dar el paso o no lo ves adecuado para tu música?
Willy: Me lo ha dicho bastante gente. Los músicos de mi banda me dicen “ni por el forro Willy”. Me molestó bastante escuchar en la radio a algún músico indie actual criticar a los grupos de los 90 que cantaban en inglés imitando a Hefner dijo y Hefner ni siquiera existían entonces. Realmente no tengo ni porqué dar explicaciones, me pide el cuerpo cantar en inglés, no vivo de esto, toco por afición y además me parece que armónicamente se adecúa mejor a la música que hago, es un idioma más condensado, más sintético me da la sensación.
Antes hemos mencionado tus anteriores bandas. Con Dry Flies llegasteis a fichar con Subterfuge en la época del pelotazo indie con el Chup Chup de Australian Bond, el Devil came to me de Dover, etc. ¿Cómo lo vivisteis? ¿En algún momento visteis posibilidades de entrar en la ola de los festivales, etc.?
Willy: Los festivales estaban justo empezando y no había tantos como ahora. Recuerdo que estábamos intentando mover la maqueta con tres canciones y para los sellos de aquí éramos muy pop, lo enviamos a Subterfuge, a ver qué pasaba y cuando sin respuesta, un día llamé a preguntar me dijeron que nos fichaban y que nos mandaban un contrato para firmar. En esa época fuimos número 1 de maquetas en Disco Grande de Julio Ruiz y giramos con Sexy Sadie y Dover el año que estos dieron el pelotazo y hubo un concierto en Zaragoza con ellos y con Purr, en que la sala se petó. El mánager de Dover y Sexy Sadie hizo el reparto del dinero tras el bolo y a nosotros nos dio cuatro duros, nuestro batería se pilló tal rebote que dejó la banda y ese prácticamente fue el final del grupo.
¿Llegaste a dejar completamente la música durante algunos años hasta recomenzar como Lala Perez?
Willy: A nivel de ensayar y tocar con banda sí, estuve más de diez años sin tocar con nadie, pero en casa siempre he estado probando cosas con la guitarra, grabando alguna maqueta…
¿Echas de menos la dinámica de estar en una banda o te realizas completamente haciendo todo por tu cuenta?
Willy: Realmente no, a mí me gusta componer en casa, trabajarme yo las canciones, grabar maquetas, luego sí que me gusta grabar y tocar en directo con la banda, cada vez más, me lo paso muy bien tocando en directo.