Joan Sordé sabe de sobra de qué va el negocio, no en vano es una de las personas que hace posible La Cúpula Music, sello barcelonés donde se editan cientos de discos de toda índole, en el que actualmente se fraguan proyectos tan interesantes como el de Carlos Cross y Helena Miquel.
Y entre tanta vorágine de facilitar proyectos ajenos, Joan se olvidó de su propia carrera, lastrada por un debut bajo el título de “Reinventándome”, en el que una poco acertada producción evitaba el brillo de las canciones. Tras la mala experiencia, comenzó una búsqueda incesante que ahora le ha posibilitado grabar “Far”, un trabajo de pop con sintentizadores donde se ve el reflejo de bandas como Coldplay, Kings of Convenience y la eterna luz que proyectaba Antonio Vega.
¿Cómo estás? ¿Qué tal va el ejercicio de supervivencia?
Joan: Los que estamos en esto es porque somos unos románticos, tiramos adelante por pura pasión. Cuando tengo la necesidad de grabar algo, lo grabo, me busco la vida para financiarlo y luego lo comparto y espero que llegue a todos los románticos, músicos y melómanos. Hoy nos toca venir de promo a Madrid algo que con el primer disco no llegué, así que es un paso adelante.
“Far” ve la luz ocho años más tarde que “Reinventándome”. ¿Te lo has tomado con calma?
Joan: La realidad es que quedé decepcionado con la producción de “Reinventándome”. En 2015 vino una remezcla en clave electrónica que hicieron unos amigos llamados Minova, aquello me rompe y quiero incorporarlo a mi sonido, pero no sabía por dónde empezar. Por otro lado, el tema de trabajar en La Cúpula iba a más, poco a poco me encontraba al otro lado, ayudando a otros músicos como Carlos Cross y Helena Miquel, además del resto de gente del sello. Pasaban los años, pero sin ponerme con este nuevo trabajo, de hecho, comencé a buscar productores, pero veía demasiado ego, querían llevarlo a su terreno sin tener en cuenta lo que quería. Hasta que di con Joan Barbé, me dio tranquilidad, buen rollo y saber hacer. La siguiente parte fue ver quién lo pagaba, empezamos a ahorrar y hasta ahora, todo ello con una pandemia de por medio.
El disco transita por un pop sintetizado con momentos de mayor intimidad y alguna que otra aceleración. ¿Es el estilo preferido de Joan Sordé?
Joan: El anterior disco no sonaba a lo que yo quería, este sí. Podría haber escogido a mis amigos de Minova para hacerlo, pero habría sido un disco suyo con canciones mías, ya que ellos tienen un sonido muy concreto. Llegué a Joan Barbé porque era seguidor de su grupo anterior, Projectmu, donde tocaban muchos estilos, que él fusionaba con coherencia. Comencé a hablar con él, para ver de qué manera podíamos trabajar mis canciones, lo que había era un batiburrillo que quería que sonara con referencias que iban de Coldplay a Kings of Convenience. Fue capaz de darle armonía y unidad en las guitarras y baterías, para que, aunque sonara heterodoxo y diferente, no sonara raro. Creo que el disco resume bastante lo que personalmente escucho.
Desde fuera da la sensación que te ha quedado un disco muy de historias entre personas y sentimientos. ¿Lo ves así?
Joan: Responde al hecho de que siempre compongo desde dentro y desde el vacío. Lo cuando estoy melancólico, no lo hago cuando estoy alegre, imagino que en esos momentos tengo cosas mejores que hacer que coger la guitarra. Un día gris, como hoy, saldría una canción probablemente. Quizás el reto está en mostrar la otra cara, la que no está explotada. La melancolía, echar de menos un sitio, las relaciones que se acaban…
Hay canciones en castellano y catalán, ¿dónde te encuentras más cómodo a la hora de cantar?
Joan: En Cataluña somos bilingües desde que nacemos, eso es una suerte. Te permite tener amigos con los que hablas en castellano y catalán. Cuando hago una canción no la hago premeditadamente, normalmente sale desde un punto de vista de la primera palabra o frase que me viene a la cabeza. No busco hacerlo de una manera u otra. Este es un disco muy natural, donde quería hacer algo arriesgado e intenso, sin medias tintas, por eso quizás gustará o no. Con mis canciones ocurre lo mismo. Lo ideal sería llegar al punto al que los que cantamos en catalán, pudiéramos llenar en Madrid, o hacerlo a medias con ambas lenguas y en total armonía. Hay muchas cosas que lo están petando en Cataluña, pero aquí no se conocen. Allí hay muchas bandas que están al nivel de Love of Lesbian, pero cuando salen a otros rincones no tienen tirón, habría que normalizarlo. Si te gusta la música, te gusta y punto.
“Inevitablemente” es un corte muy siglo XXI que viene decir que todos estamos tocados. ¿Tan evidente es que estamos en el camino incorrecto?
Joan: Me encanta que te guste la canción. No sé, todos estamos tarados. Hay quien lo esconde y quien no. Hace años que voy al psicólogo, creo que todo el mundo debería ir. A nivel de letras es de las que más me gustan, trata de algo que he vivido en primera persona. He estado en las aplicaciones de citas, donde no es difícil quedar con alguien, hubo una época en que las usaba a menudo. La tónica era igual, conocer a alguien, intimando a través del móvil, surgía la conexión y luego quedabas y adiós. Y todo ese tiempo perdido. Con las aplicaciones empiezas la casa por el tejado. Así salió la canción, la cual me acabé comiendo porque a mi ex pareja la conocí en una de estas aplicaciones.
“No Quiero Excusas” me ha sorprendido porque colaboras con el mítico Carlos Cros. ¿Cómo surgió la posibilidad de colaborar con él?
Joan: Le conozco antes de trabajar con él, a través de un ciclo de conciertos en un hotel con un amigo. Al verle pensé, quién coño es este tío y por qué no le conozco. Su voz, sus letras, su morro y todo lo demás. Pensé de dónde habría salido y comencé a seguirle, con banda y en solitario. Un día me le cruzo y me dijo: “ahora voy a La Cúpula”. Me voy a la oficina y al rato subió. Pensé que iba a ver a alguien y entró a trabajar con nosotros, convirtiéndose en compañero. Pienso que es un artista que debe estar petándolo en un montón de sitios. Conocí de cerca al Carlos artista y a la persona que es un cachondo. Le propuse colaborar en un tema y dijo que sí.
“Disfrútame” me ha recordado vagamente a “Buena Chica” de Los Secretos, aunque es una canción que se mueve en otra temática y también hay muchos retazos que me hicieron pensar en Antonio Vega. ¿Cómo de alargada es su sombra para ti?
Joan: Me encanta esa canción de Los Secretos. No te lo puedes imaginar. Para mí Antonio Vega el día que descubro su música me quedo sin palabras. Me acuerdo que mi hermana tenía un casete grabado de él y la otra de Otis Redding, la de Otis ni la ponía. Sonaron “Tesoros”, “La Chica de Ayer”, “Se dejaba llevar”, traté de intentar imitarlo. Luego he descubierto a Los Secretos y Quique González, todos ellos son referentes para mí. No comulgo demasiado con algunos cantautores como Serrat, Sabina e Ismael Serrano, me gustan para un rato, pero soy de una onda más popera. Me gustan más esos “bandautores” citados antes, que los otros nombres, que son muy grandes, pienso que el concepto cantautor se relaciona con ellos, cuando debería ser el de gente que compone y canta.
Formas parte del equipo de trabajo de “La Cúpula”, donde editáis a artistas con propuestas interesantes. ¿Cómo es eso de vivir en el funambulismo cultural?
Joan: De alguna manera estás en el lado de las ilusiones de la gente, llegan con su trabajo, te lo confían a ti para ver qué haces con ello. Te ves con el punto de intentar echar una mano en lo que puedas, algunos te encantan y te enfadas con el mundo porque no funcionan como deberían.
En un mundo tan rápido, seguís apostando por los discos. ¿Os sentís unos románticos o unos locos incomprendidos?
Joan: Ambos. Al final me podría haber comprado un coche y he grabado un disco. La gente que lo mira desde un punto de vista práctico te pregunta que si no ganas dinero para qué sigues. Es sencillo, es una necesidad.
El tema del directo está muy complicado y más para artistas minoritarios como es tu caso. ¿Cómo vas a llevarlo adelante?
Joan: Lo ideal para mí es tocar con banda, pero una cosa es lo que quieres y otra lo que puedes ofrecer. Me puedo arriesgar a presentar el disco en Barcelona contando con un mínimo de gente, pero replicar lo mismo en otras ciudades es complicado. El uno de Abril tocamos en el Sidecar con banda en Barcelona, hace unas semanas toqué en la Fnac de Callao. Iré donde me dejen ir. En Cataluña intentaré que sea con bandas y fuera no puedo poner condiciones. Haremos lo que podamos hacer.