Por: Javier González
Qué bonita y necesaria la labor que sigue desarrollando Ediciones Chelsea, en este caso con la publicación de “¿Eres un Mod o un Rocker? La Historia de Los Mockers”. Y es que para unos cuantos paladares exigentes hablar de bandas como Los Saicos, Los Shakers y Los Mockers, es poco menos que nombran la santísima trilogía del rock primigenio latinoamericano.
Surgidas al calor de la explosión juvenil que supuso el pop proveniente de Inglaterra, campearon el temporal de una época exigua en medios hasta hacer suyos sonidos entonces desconocidos, siendo capaces de legarnos un puñado de canciones, hoy míticas, que suponen un auténtico tesoro histórico, recogido en estas páginas junto a buen puñado de curiosas anécdotas gracias al buen hacer del tristemente fallecido Julio Montero.
Un libro ameno que devoramos en apenas un par de horas, cuyo desarrollo nos interesó tanto que nos permitimos el lujo de contactar con Esteban Hirschfeld, mítico teclista de la banda y del rock en castelllano para que nos hablará en primera persona de una obra casi tan mítica como el legado de estos jóvenes soñadores nacidos en ese lugar repleto de cultura y talento que es Montevideo.
¿De qué manera surgió la oportunidad de escribir un libro como este?
Esteban: El libro es realmente el diario de Julio Montero, mi compañero, amigo y bajista de Los Mockers al que desde aquí quiero rendir un sentido homenaje. Lo escribió en sus ratos libres desde la isla donde residía, Lanzarote, sin intención que fuera a ser un libro. Yo iba a visitarle de vez en cuando, vi lo que había escrito y pensé que debía publicarse. Comencé a moverme para que se publicara, primero se hizo en Uruguay y luego aquí en Ediciones Chelsea, por mediación de Jorge de Doctor Explosión que escribió el prólogo de la edición española, es un buen amigo y nos ayudó en las grabaciones más recientes de Los Mockers. Pienso que es un retrato de una época muy diferente a la que tenemos ahora, escrito con mucho humor que fue siempre el estilo de Julio.
¿Cuál crees que fue el planteamiento inicial del mismo?
Esteban: Es un diario de vivencias que relata principalmente nuestras andanzas en los sesenta, cuando estuvimos más activos. Mi aportación fue relatar un poco y resumir lo ocurrido en años más recientes, lo que nos ocurrió tras separarnos y la reunión para celebrar el cuarenta aniversario de nuestro primer disco y el resto de grabaciones posteriores, así como la repercusión que tuvimos tras disolverse la banda en 1970.
Han pasado casi sesenta años de lo que contáis… ¿Cómo de complicado fue luchar contra tantas vicisitudes como las aquí relatadas?
Esteban: En su momento Los Mockers fuimos unos bichos raros en cuanto a lo que estaba de moda, quisimos desmarcarnos y hacer algo original dentro de nuestra pasión por los Rolling Stones. Tuvimos las dificultades propias de ir a contracorriente, la falta de éxito que nos llevó a disolvernos y posteriormente el reconocimiento que comenzó a surgir con las reediciones de nuestros discos de los años sesenta. Fueron estímulos que nos animaron a volver a reunirnos para grabar canciones nuevas, las dificultades fueron las de habernos separado y vivir en países diferentes.
Eráis una banda valiente que tiraba adelante sin dinero, instrumentos ni local de ensayos. Desde fuera da la impresión de ser una aventura dura y a la vez gratificante.
Esteban: Sí, desde luego fue una aventura gratificante a pesar de las dificultades para unos chicos que por aquel entonces teníamos dieciocho años. Salir de casa de nuestros padres y dedicarnos a la música fue enormemente gratificante, aunque en aquel momento las dificultades eran muchas. También pienso que para un grupo destacar era más fácil entonces que hoy en día. Simplemente dejarse el pelo largo en aquella época era súper provocativo, aquello nos ayudó a destacar dentro del panorama en aquel momento.
Sois una banda uruguaya, pero a lo largo del relato hay una importancia básica de la capital de Argentina. ¿Qué supuso el desembarco en Buenos Aires para vosotros?
Esteban: Como se relata en el libro, Buenos Aires era y es la capital de la industria discográfica de América del Sur, un objetivo para cualquier banda que comenzara, también para las de Montevideo. Aunque el Montevideo de los años sesenta, el anterior a la dictadura, era una época muy rica culturalmente en todos los campos: arte, cine, teatro y literatura.
A lo largo de las páginas también sobrevuela el eterno influjo de los Rolling Stones.Esteban: Para nosotros fue una revelación. A mediados de los años sesenta cuando acababan de salir The Beatles, en Uruguay, curiosamente “LOS BEATLES” incorporamos algunas canciones suyas a nuestro repertorio como muchos otros grupos, pero tampoco con gran entusiasmo.
A los Rolling Stones los conocimos en 1965 en Uruguay, coincidimos en que era lo que más nos movía y empezamos a componer canciones en ese estilo. En realidad, en todo el mundo mandaba el estilo más “beatleliano”, por ejemplo, en Uruguay salieron Los Shakers, previamente a nosotros, siendo y fueron un referente, ya que Los Mockers estábamos empezando.
Sois un país con una población pequeña, repleto de talento en casi todos los ámbitos. ¿Qué tiene Uruguay?
Esteban: No sabría hablarte del trasfondo psicológico y social. Pienso que Uruguay es un país muy europeo dentro de Sudamérica, con un buen nivel cultural en todos los campos del arte. Montevideo, además de tener un bar en cada esquina, también tiene una librería en cada calle. Se lee y se leía mucho. Con la dictadura de los años setenta eso cambió, pero en los años anteriores era muy gratificante y rica en todos los aspectos de la cultura.
¿Con qué etapa te quedas dentro de la trayectoria de Los Mockers?
Esteban: Por supuesto me quedo con la primera época, en aquel momento todo era novedoso. Nos separamos amistosamente porque las cosas no acababan de funcionar y también así nos volvimos a reunir con mucha alegría al ver que los discos antiguos se reeditaban y había interés por la música de Los Mockers.
¿Por qué decidiste dejar la banda?
Esteban: Tras dejar la banda, quería ser un chico bueno y estudiar, como me decían mis padres. No duré mucho, a los pocos meses me integré en Los Delfines, una banda que estaba funcionando bastante bien en Uruguay. Antes de irme a Europa grabamos un LP y algunos simples, aquello fue en la segunda mitad de los años sesenta.
Más tarde decidiste viajar a Europa, concretamente a Alemania, con la idea de hacerte ingeniero. ¿Es cierta la leyenda que dice que estuviste en el embrión de Kraftwerk?
Esteban: Es una leyenda que surgió no sé muy bien cómo. No llegué a actuar con ellos. Simplemente Kraftwerk surgieron en Dusseldorf, donde yo estudiaba ingeniería de sonido. Supe que se estaban formando y que buscaban teclista, acudí a unos ensayos de ellos, pero no me gustó. Ni el estilo, ni ellos personalmente. Eran gente elitista, con ideas extrañas. No volví. Eso fue todo.
Ya en nuestro país formaste parte de bandas míticas como Los Rápidos, Nacha Pop y Gabinete Caligari.
Esteban: Tuve la suerte y el privilegio de tocar con grandes bandas españolas. Después de terminar la carrera en Alemania me trasladé a España. Fue una satisfacción enorme estar en el nacimiento de Los Rápidos, que después dieron origen a El Último de la Fila y a la carrera en solitario de Manolo García; aquello ocurrió en 1980 en Barcelona. Después al calor de la movida madrileña, me trasladé a Madrid y entré en Nacha Pop, con quienes grabé un álbum y medio. Antes de entrar con Gabinete Caligari hice un intento de formar una banda al estilo Mockers, llamada The Nativos, que no funcionó, nos separamos y me integré en Gabinete Caligari.
Sin duda alguna mucha gente te recuerda por haber militado en Gabinete.
Esteban: En Gabinete encontré un estilo afín a lo que me gustaba. En el primer ensayo que hicimos me encontré tocando versiones de The Rolling Stones, ellos las conocían bien y yo también. Después de muchos años volví a tocar aquellas canciones por gusto, a partir de ahí surgió una buena química entre ellos y yo, especialmente con el vocalista y compositor, Jaime Urrutia. Mantenemos una gran amistad desde entonces y hasta ahora.
Imagino que semejante bagaje te hará sentir muy orgulloso.
Esteban: Más que orgullo, siento una enorme satisfacción y agradecimiento al destino que me ha permitido tocar con excelentes músicos y trabar amistad con ellos.
El principal cometido era hablar de parte de la historia de Los Mockers, sin duda alguna un mito del rock sudamericano. ¿Sientes ese respeto y cariño por parte del público?
Esteban: Encuentro un reconocimiento cuando viajo a Uruguay, donde Los Mockers resultan ser algo así como patrimonio nacional. En España el origen de nuestra amistad con Jorge de Dr. Explosión fue que me reconociera por la calle después de una actuación de Gabinete Caligari. El pequeño público que podamos tener adora a Los Mockers, pero en todo caso es algo minoritario.
De hecho, Jorge se hace cargo del prólogo del libro, donde cuenta esa anécdota.
Esteban: Jorge Explosión relata cómo nos conocimos y la actividad que a partir de ahí pudimos desarrollar Los Mockers en su estudio de grabación. Es un estudio totalmente vintage, una joya, con un trato excelente y respetuoso para lo creativo por parte del propio Jorge.
Pienso que quien lea el libro se interesará por vuestra historia y la grandeza que encierra.
Esteban: El libro es ameno, creo yo. Es un reconocimiento del aporte que pudimos hacer Los Mockers. Es una satisfacción verlo publicado y una pena que el principal autor, Julio, no lo haya visto publicado porque falleció hace un año, poco antes de que el libro viera la luz.