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Entrevista: Eric Fuentes


“He descubierto una nueva forma de hacer música” 

Por: Javier González
Fotografía: Julia Olive

Eric Fuentes es un nombre imprescindible dentro de nuestra escena, lo remarcamos por si alguno todavía no lo tiene claro. A su labor musical al frente de The Unfinished Simpathy, podemos sumar lo acertado de su labor como productor, colaborando con bandas como Cala Vento y Peligro!, y en última instancia regalos tan dulces como este “Hostia y Perdón” con el que vuelve a ponerse tras el micrófono defendiendo su nombre. 

Un trabajo valiente, vital y relativamente experimental en el que Eric nos muestra su faceta más groovie, demostrando que da igual el estilo con el que vista sus canciones, lo suyo es una factoría perfectamente engrasada de temazos a cada cual mejor. 

¿Qué tal, Eric? ¿Cómo ha ido todo durante estos últimos tiempos? 

Eric: Si te soy sincero desde hace semanas que hemos ido lanzando singles del disco vuelvo a sentirme en mi terreno, haciendo canciones, cosechando un mínimo interés y haciendo lo que me gusta. Desde que empezó la pandemia todo ha sido un desastre a todos los niveles, se ha sumado la frustración de la cancelación de conciertos a la habitual inestabilidad de este oficio. Además, no es un buen momento para las músicas que yo defiendo. Ha sido la tormenta perfecta para la destrucción de la carrera de muchos músicos como yo. 

Ocho años de silencio desde “Eric Fuentes/Barcelona”. ¿A qué se ha debido el reposo del proyecta y esta vuelta con un trabajo tan vital? 

Eric: Qué guay que lo veas así. El último antecedente es de 2014, un disco triple donde me permití tocar palos distintos: El primero era en catalán, con idea de hacer cosas distintas, el segundo era la continuación natural de The Unfinished Sympathy, todo en inglés y rock cañero, el tercero era más pop y de sintetizadores con algunas canciones en castellano, el germen de lo que hago ahora. Por el camino traté de eliminar el ego, ya que me cansé de mí. Fue un disco que funcionó bien, nombrado mejor disco del año en un par de revistas, así que tenía la sensación que decían mucho mi nombre y me dio vergüenza. No quería asumir el protagonismo más y me enrole en otros proyectos. Esto es lo ocurrido entre “Eric Fuentes/Barcelona” y “Hostia y Perdón”. Tenía mi semilla plantada, pero quise hacer otras cosas más anónimas, ahora me ha dado por querer llamar la atención de nuevo. 

Te pones de nuevo en el escaparate con “Hostia y Perdón”… de momento el título es llamativo.

Eric: Hace referencia a los maltratos y los abusos, a la mala costumbre que tenemos muchas personas de reaccionar de manera impulsiva o agresiva con otros, luego lo enmendamos pidiendo perdón, a lo cristiano, como si eso solucionara algo. Creo que en campos como la familia y la pareja esa clase de comportamientos se enquista. Pegar una hostia y pedir perdón, para que más tarde el fenómeno se repita. Es el abc de los maltratos. No he tenido una vida de maltratos quiero dejarlo claro, no es autobiográfica, pero quiero dejar constancia de aquellos maltratos que hacemos y que sufrimos. 

Otra particularidad es que cantes íntegramente en castellano. ¿A qué responde este hecho a estas alturas? 

Eric: La verdad que no sé si queda romántico decirlo así, pero surgió de manera natural. Comencé a hacer demos sin saber qué quería hacer. Descubrí que era divertido ir a comprar discos baratos, dejándome llevar solo por la portada, quería descubrir cosas nuevas. Comencé a samplear a través de ellos, metiendo loops, para divertirme, creando un beat de bombo y caja con la batería y más tarde hice líneas groove de bajo. En un momento dado cogí el micro y la base la hice en castellano, sin más. No lo había pensado, pero como estaba en un modo de hacer todo nuevo. Improvisé delante del micro, en una suerte de “automatic writting”, lo mismo, pero cantando, como si fuera una pelea de gallos de raperos, pero melódicamente. Vi que me gustaba y seguí por ahí. He hecho canciones en inglés y catalán, pero el catalán tiene un hándicap, allí la escena es conservadora y hay interés en preservarla. Hay mucho dinero de las instituciones para preservarlo, pero con un criterio musical ausente. En Cataluña más vale una mierda en catalán que la novena sinfonía de Beethoven, es algo que siempre he dicho. He querido hacer mi música cañera en catalán, pero no, no te apoyan, buscan algo muy concreto. 

Etiquetaría el álbum como un disco de experiencia, vitalista y reflexivo. ¿Te ves reflejado en la reflexión? 

Eric: Totalmente. Es vitalista, he descubierto un nuevo lenguaje y una nueva forma de hacer música. Hubo una época en que intenté hacer canciones de autor para colocar en autores mainstream. Intenté nutrir a esta gente de canciones, no les gustó, no me cogieron ninguna, no era mi rollo. Quería hacer cosas nuevas y producirlas, de una manera distinta al ciclo de una banda rock que graba y gira. Quizás soy yo vital y esté renaciendo. Reflexivo soy siempre, me paso horas pensando. Prefiero actuar poco y pensar lo que hago con determinación, es mi ADN en todos mis proyectos. Para mí la música es una forma de expresar las cosas difíciles como la tristeza y el enfado. Mi música es de tío cabreado y melancólico, tengo pocas canciones de tío contento. 

“Entrégate Ya” tiene un toque Roxy Music. 

Eric: Totalmente por el saxo. He estado escuchando mucho Roxy Music, tengo todos los discos en vinilo. No es un grupo que me gusta mucho, pero tiene algo misterioso que me atrapa, sobre todo en trabajos como “Siren” y “Flesh and Blood”, luego tú ves las reseñas y todo el mundo dice que es el peor, pero a mí me encanta. De hecho, creo que es el mejor disco. 

“La Selva” es puro funk y totalmente negroide. 

Eric: Es algo que no he explotado mucho. En mis canciones casi todo son cuatro por cuatro y mis grooves son muy indies. En realidad, no sabes lo que me gusta bailar. Soy vergonzoso y necesito emborracharme para hacerlo. Me interesa mucho el groove. El disco nació de sampleados. Hay antecedentes en un disco concreto de Unfinished donde propuse a la banda hacer canciones groovies, pero murieron ahí, volvimos al rock andante. 

“Un Claro de Luna” es un temazo reflexivo sobre la vida de un músico que perfectamente podrías ser tú. 

Eric: Para mí es la cúspide emocional del disco, me puse a llorar como un tonto al cantarla. Soy el viejo que mira atrás, ve lo que ha hecho a sabiendas que no se puede agarrar al pasado y sus días de gloria. Cuando empezamos a funcionar bien con la banda vivía al cien por cien de tocar, creía que aquello era mi cometido en la vida. Creía que estaría toda mi vida en esa meseta. Qué va, no contaba con los altibajos ni con los cambios de prioridades. Ya no soy aquel chico que está cada día en la furgoneta. Esa canción es mi visión de lo que ha sido mi gran aventura. 

En “Mucho Vicio”, vaya radiografía del mundo actual te has marcado, por cierto, como molan esas palmas de fondo. 

Eric: A mí es la que me gusta más, sobre todo la segunda parte que es un “vamos a bailar”. Me vuelve loco. La he hecho con Enen Lores que ha aportado cosas. Disfruto mucho porque él es Dj y cuando doy al play es como si escuchara “Billy Jean”. Es una canción que habla de la ansiedad básicamente. Tienen un aire flamenquillo y mira que no tengo nada de flamenco. 

A lo largo de tu carrera has utilizado diversas paletas sonoras. Visto con perspectiva, ¿en cuál te has encontrado más cómodo? 

Eric: Soy un paleto sonoro (Risas). Mi esencia es un tío tocando la guitarra y tocando. Por eso esté disco es distinto, nunca me atreví a hacer un disco pop. La sensación que percibo más agradable musicalmente es tocar una guitarra trash metal, aunque lo que más disfruto tocando es la batería. Tengo un grupo con Paula, que tiene una banda llamada Mendra, donde ella toca el piano y yo la batería, disfruto más con eso que con cualquier otra cosa. 

¿Hasta qué punto aprovechas ese enorme bagaje en tus producciones con bandas como Cala Vento y Peligro!? 

Eric: Hay una retroalimentación. De no haber trabajado tanto como productor, este disco no me saldría. Al trabajar con mucha gente ves perspectivas muy nuevas, cuando tienes que colaborar con otro artista se crean nuevas ideas. 

¿Cómo de complicado es ser un superviviente en el mundo del pop? 

Eric: Cambia mucho si el planteamiento es profesional o no. Yo no he conseguido hacerlo profesional. Estuve años solo tocando y otros solo produciendo. Ahora estoy muy en la reserva. Hago discos profesionales, pero no los exploto, estoy sin agencia de booking. Profesionalmente no sé cómo se hace, artísticamente es un pulso que tienes dentro y no puedes evitar. Hay una necesidad de disfrutar con tu arte y necesito un toque de salir fuera y que la gente me diga que está guapo. Entonces, al conseguirlo, te vas a casa. Hay una necesidad de reconocimiento de la gente, no masivamente, pero sí sentir que haces música que vale la pena. A veces viene gente a decirte que le has influenciado, entonces se me cae la baba. Ese es mi legado. 

Por cierto, este año se cumplen 25 años de tu debut. ¿Has preparado algún evento para conmemorar dicha efeméride? 

Eric: Celebrar salidas de discos es el recurso para existir en las redes. En mi caso a finales de 2021 celebramos 20 años de Unfinished y de las Peel Sessions y de mi sello, “Hang the Dj records”, con quien publico mi disco. En caso de hacerlas, habría un montón de conmemoraciones en pocos meses, igual un día solo me dedico a hacer efemérides. Las ocurridas confluyen en un documental donde las ponemos de relieve. Fuimos los primeros en grabar con John Peel, somos casi los únicos. Pillé muy buen rollo con la familia, de hecho, volvimos a hacer otra sesión en 2003, pero en 2004 murió John Peel. 

¿Sacarás al niño a pasear por los escenarios? 

Eric: Estas canciones se hicieron en mi casa y luego fueron al local de ensayo, es decir, que hay una banda que sabe tocarlas. Concretamos mente son algunos miembros de Wood, una banda que produje hace años, graban con BCore. Al hacer la mezcla metimos sintes, así que necesitaría ir disparando cosas en directo, hacer un híbrido. Tocarlo en directo implica un curro de coordinación con toda esta gente, por lo que quiero que se despeje mucho el panorama. No quiero estar persiguiendo a público y promotores que veo que es lo que la gente hace. O es fácil tocar como antes o me quedo en casa. Lo que haré siempre es irme con mi guitarra acústica, ya que todos los temas se pueden tocar con una guitarra. Todo se puede hacer, de hecho, lo estoy haciendo. Pasearemos al niño en acústico, en eléctrico esperaremos a que mejore la situación.