Tiburona: Rock sin artificios


Sala El Sol, Madrid, 25 de Marzo de 2022 

Por: Javier González 
Fotos: Mila Muñoz 

Qué ganas había de volver al centro de Madrid, concretamente a la calle Jardines. Teníamos mono de plantarnos allí, sentir el ambiente de los bares cercanos repletos de rocketas, ver esa anárquica cola y abrazar a los mejores porteros de la ciudad, parte de la historia sentimental y personal de esta web por derecho propio, y otro buen puñado de amigos a los que hacía demasiado tiempo que no veíamos. 

Teníamos unas ganas locas de bajar las escaleras de caracol más míticas del foro, girar dejando atrás sus enormes escalones y ver esas luces de neón que son tan características como únicas. Sentíamos la necesidad de cruzar una vez más un umbral cientos de veces traspasado, para dejar atrás de manera simbólica esta maldita pandemia que todavía hoy, dos años después de su comienzo, sigue siendo una turbia amenaza para el escaso patrimonio rockero y cultural de la ciudad que tan bien representa “El Sol”. 

Y no había mejor manera de hacerlo que con la excusa de ver en directo a Tiburona, trio cavernoso capitalino, formado por esas jóvenes-veteranas de la escena que son SúperCarmen, batería, Rita Dolores, bajista y Laura del Amo, guitarra, todas ellas a las voces, que tenían por objeto presentar las canciones que dan vida a su primer Lp, “Sola y Feliz”; un trabajo que les ha confirmado como lo que son, una bandaza en toda regla cuyo principal sello de identidad es el de destilar un rock crudo, sin artificios, directo y sincero que no reniega del surf ni de la música ye-yé, capaz de conectar con el público con total autosuficiencia, naturalidad y sobre todo sin autotunes ni teclados de por medio, reivindicando las formaciones clásícas y el guitarreo. 

Accedimos “El Sol” en los últimos temas de Rothrigo, una propuesta que nos era desconocida a todas luces, consistente en canciones pop, bien construidas e interesantes, pero cuya evolución nos fue imposible ver al completo, apuntamos su nombre para no perder la pista puesto que lo poco que vimos tenía buena pinta. 

No pasó demasiado tiempo cuando aparecieron en escena las Tiburona para dar comienzo a un show intenso que ventilaron sin descanso. Ataviadas con una estética similar, provistas de un buen puñado de tatuajes y con una escenografía espartana, arrancaron con “Queremos la Guerra”, toda una declaración de intenciones, fenomenal pistoletazo de salida para que su rock sucio emparentado de igual modo con The Cramps, Stooges y Parálisis Permanente y el ye-yé más alegre, conectara con las cerca de doscientas personabas que daban calor a la sala, en lo que suponía una buena entrada que mucho nos tememos irá subiendo a medida que su nombre corra de boca a oreja. 

Como decimos, buena parte de culpa de dicha conexión la tienen canciones como “Besos de Sangre”, fantástica tonalidad oscura, “Sola y Feliz”, trallazo pop totalmente coreable, “Que viene el Lobo”, actitud y crítica a prueba de bombas, para la que no dudaron en acompañarse de Álvaro García, vocalista de los malagueños Biznaga, los cuales presenciaron al completo el bolo y con quienes pudimos departir acerca de su nuevo disco del que nos chivaron que es “el mejor de cuantos han grabado”, siendo solo parte de una representación de nuestro pop-rock joven allí presente, entre la audiencia pudimos ver a representación de Hinds y Ginebras, quienes no dudaron en pasarse a arropar a las Tiburona, en un claro guiño que nos emociona, puesto que demuestra que la música de guitarras sigue viva entre la gente de veintitantos. 

Con temas como su revisión stoniana de “Aquí en mi Nube”, con escala en la adaptación de Sonia, y “Escuale” pusieron a bailar al personal, antes de acometer el final del bolo con las potentes “Tura Satana” y cerrar con otro corte que no admite dudas en su interpretación, “No me Interesa tu Opinión” con la que se despidieron sin acometer bises, no sin antes recibir una cerrada ovación por parte de la parroquia madrileña. 

Tiburona jugaron en casa y arrasaron con convicción, son conscientes que su formato power-trio perfectamente engrasado funciona a las mil maravillas. Directas y sencillas, van a saco, sabiendo que su factoría de temazos con mensaje ha calado y está calando cada vez en un mayor número de gente. Tienen muchas cualidades, no han tocado techo y suenan muy rockeras. ¿Qué más les podemos pedir? Me temo que nada. Solo un deseo, que sigan subiendo como la espuma y viviendo en su nube.