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Simone Felice: "All The Bright Coins"

 
Por: Àlex Guimerà

Desde que dejó la batería de la banda que fundó junto a sus hermanos Ian y James ya han pasado 13 años. Lejos quedan sus dos discos junto a Robert Burke en The Duke & The King (de 2009 a 2011), sus tres notables discos de estudio en solitario y sus discos en directo y de rarezas. Escritor de novelas aparte de músico, productor y compositor con fortuna – ha trabajado para gente como Lumineers o Bat For Lashes-, Simone Felice encarna la ambición artística de quien quiere ir por libre y encabezar siempre sus proyectos, lo que le alejó de The Felice Brothers y de la interesantísima trayectoria de aquellos, de la que siempre nos quedaremos con las ganas de conocer cómo hubieran derivado con él en sus filas.

Si bien el año pasado fue el año del sensacional “From Dreams To Dust” y su americana cargada de matices y paisajes, este 2022 toca paso al hermano pródigo con este “All The Bright Coins” y la brillante moneda en el ojo de su autor en la portada. Y no es la moneda lo único que brilla en el álbum, ya que el trabajo surge desde la espontaneidad de quien ha ido madurando y gestando unas canciones y unos poemas desde el 2019 para acabar dando forma al que hace su cuarto disco tras el oscuro “The Projector” (2018).

Grabado en los Sun Mountain Studios en un ambiente plácido como son las Catskill Mountains (New York), y con la participación de Kieran Hebden (aka Four Tet) aportando guitarras espectrales y de los coros de las Webb Sisters y de sus hermanos Ian y James, el disco es el más íntimo, cálido y poético de toda la carrera de Simone. Con unas letras que son pura poesía, e inspiradas en la mejor tradición del country-folk, resultan el reflejo de los duros años que hemos pasado, recitando el songwriter  en cuatro de las once piezas  para acabar atrapando al oyente.

Y es que las emociones son el nexo de unión de la poesía y de una música que pone énfasis en lo acústico y en la belleza de la simplicidad y cercanía. Como la que abre el álbum,“Year Around The Sun”, ejemplo de que con una guitarra desenchufada y una buena voz se puede transmitir y llenar todos los vacíos. Algo parecido sucede en la que cierra el disco“After The Rain”, sin ser tan impactante como la que lo abre. En cambio, en “Moonlight Promises”, se abastece de un acordeón y de un piano mientras que en “No Tomorrows” tira de las voces femeninas de las hermanas Webb y de un logrado punteo de guitarra eléctrica.

Fundamentales las segundas voces también resultan en la envolvente y sentimental “Prisioner” y en la lánguida “Radio Silence”. En “The World’s Fair” y “Puppet” hace presencia el misterio de la mano de Hebden, la primera dando ambiente a la rapsodia, y la segunda para acabar redondeando una de las mejores piezas del paquete.