Colin James: "Open Road"


Por: Txema Mañeru 

El canadiense se ha convertido en uno de los más grandes artistas del rock y del blues en este nuevo milenio. Le ha costado, pues comenzó ya en la década de los ochenta, pero se lo ha ganado a pulso. Antes de debutar tocó y giró con Stevie Ray Vaughan, lo que le marcó definitivamente para bien. Pero es que en su currículum tienes un listado impresionante de nombres con los que ha colaborado, entre ellos en el más reciente y recomendable disco de Bernard Allison, “High & Lows” (RUF Records / Karonte), donde aporta su voz e inconfundible guitarra en la destacada "My Way Or The Highway". Pero echemos un ojo a esta “pequeña” lista de cooperaciones: Bonnie Raitt, Albert Collins, Pops Staples, Robert Cray, Albert King, Keith Richards, Lenny Kravitz, ZZ Top, Mavis Staples, Luther Allison, Roomful of Blues, Bobby King y Terry Evans, John Hammond Jr., The Chieftains, Carlos Santana, Little Feat, Johnny Hallyday, Jeff Healey y Buddy Guy. Como compositor tiene también una merecida reputación que le ha llevado a hacerlo para Maria Muldaur, Johnny Hallyday o Lucinda Williams. No por nada lo versionaron nuestros Travellin' Brothers.

Debutó en solitario con disco homónimo en el 88 y se adelantó al renacimiento del swing con su proyecto Colin James And The Little Big Band, antes incluso de que se le ocurriera a Brian Setzer. Ha actuado ya en este milenio hasta para la reina Isabel II y su último pelotazo gordo lo dio en 2016 con “Blue Highways”, disco con el que estuvo 10 semanas en el número uno en la lista de blues de Roots Music Report, aunque tampoco estuvo mal su anterior “Miles To Go”.

Pero centrándonos ya en su vigésimo disco de estudio, "Open Road" (Stony Plain Records / Karonte), decir que vuelve a ejercer como un gran representante del actual blues eléctrico. Como acostumbra vuelve a combinar a la perfección algunas brillantes composiciones propias con selectas versiones de reputados autores. Así comienza con una genial versión del tema de Tony Joe White, "As The Crow Files", en la que mantiene muy bien esos tonos swamp-blues tan característicos de White y le añade más poderío actual y eléctrico, muy bien secundado por compinches habituales como son Colin Linden, Craisg Northey y Tom Wilson, transmitiendo un destacable aire a J.J.Cale. 

Tan solo el tema titular y la anterior, preciosa y triste "That's Why I'm Crying", superan los cinco minutos , porque Colin sigue siendo un creador de "canciones" y le gusta tocar buenas “composiciones” de otros grandes, no necesitando alargar sus temas ni llenarlos de notas para emocionar al público. ¡Y eso que podríahacerlo, pues es un más que diestro y hábil guitarrista, pero lo suyo es más de finura y de crear ambientes! Sigue con otra joya de Albert King como es "Can’t You See What You’re Doing To Me", a la que le añade una intensidad y emoción especiales. Luego llega esa preciosidad triste ya citada, "That’s Why I’m Crying", en la que emplea los metales con maestría. Una joya lenta y noctámbula, en este caso de Magic Sam, a la que no le faltan destacados punteos. 

La canción que da nombre al disco es un excelente medio tiempo que esconde toda una lección de vida. Me encanta el "Change It" de Doyle Bramhall, compuesto para un adorado por ambos, Stevie Ray Vaughan. No faltan tampoco buenas baladas de aires country como "Raging River", ni buen y sencillo, pero muy efectivo, rock’n’roll como el que nos trae "When I Leave This House". Más blues de Chicago con la buena versión del "It Takes Time" de Otis Rush, con una genial armónica. "There’s A Fire" es otro buen tema de puro blues lento con destacado órgano firmado por el propio Colin que contrasta con una acelerada y lograda versión del clásico de Bob Dylan, "It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry", en la que Colin se sale con la slide guitar, algo que también brilla en su versión del "Bad Boy" de John Lee Hooker. Repite con Dylan en una mucho menos obvia y pausada "Down On The Bottom", antes de finalizar con el clásico de Otis Redding, "I Love You More Than Words Can Say". Un tórrido soul que es puro Stax y en la que estuvieron Booker T. Jones y Eddie Floyd en su composición, y en el que introduce un tono fronterizo en algunos momentos. Quizás debiera meter más temas propios, que los hace muy buenos, pero estamos ante otro disco realmente logrado y que merece la pena escucharse en repetidas ocasiones.