Wilco's Sky Blue Sky Festival: Cruzar el charco para alcanzar el cielo


Hotel Hard Rock, Riviera Maya, México. Del 17 al 20 de enero del 2022.

Texto: Artemio Payá
Fotografías: Josh Timmermans

La fecha estaba marcadísima en rojo en el calendario desde hacía meses, el plan era prefecto: combinar una semana de vacaciones en Riviera Maya con un festival hecho a medida de los fans de Wilco. A pesar de las vacunas, la pandemia no lo puso fácil: Delta y Omicrón golpeaban con fuerza en todo el globo y había que sortearlo para poder tomar un avión rumbo a Sky Blue Sky, segunda edición de un evento dentro de un hotel con los de Chicago como protagonistas absolutos. La cita no iba a venir exenta de cierta polémica debido precisamente a la sexta ola, ya que muchos fans pedían mediante change.org la cancelación y exigían la devolución de las entradas obligando a que la propia banda tuviera que salir a dar explicaciones. Para mas inri una semana antes se anunciaban las bajas de Waxahatchee y Mountain Man, por lo que la cosa se complicaba más todavía a pesar del rápido reemplazo de Ohmme y Soccer Mommy. 

No obstante todas estas dudas desaparecían una vez aterrizados en el Hotel Hard Rock, perfecta organización y envidiable entorno para disfrutar de cuatro días de música y relax. Eventos de todo tipo salpimentaban la faceta más puramente musical: catas de cerveza, competiciones piscineras, degustación de Mezcal guiado por los integrantes de la banda y demás actividades que tampoco desviaban mucho de la atracción sonora repartida en tres escenarios: el playero de tarde, el principal y el nocturno que se situaba justo al lado del garito del Hotel en el que los más golfos seguían el disfrute hasta que echaban la verja. El festín estaba servido. 

Wilco arrancaron titubeantes, primero porque el sonido tardó en ajustarse y segundo por la baja de Mikael Jorgensen por COVID, que sería suplido de forma brillante por cierto por las componentes de Ohmme y Liam Kazar. Pero ellos jugaban claramente a caballo ganador, y las dos mil y pico almas presentes estaban allí para verles y los ánimos estaban bien regados por la barra libre. Además nada puede salir mal cuando comienzas un show con “Monday” y tienes un repertorio que tira de espaldas: “Via Chicago”, “Box Full of Letters”, “She's a Jar”, “Either Way”, o un final con “You and I”, “War on War” y un rugiente “Spiders Kidsmoke” que fueron los puntos álgidos de la primera noche que cerraron con “I'm a Wheel”. La cosa no acabo ahí y para poner un perfecto colofón Neal Francis se dejaba la piel en un sensacional bolo que dejó al personal con pocas ganas de irse a dormir. 

La segunda noche fue incluso mejor que la primera, arrancaron sin contemplaciones con “Red Eyed and Blue”, un pelotazo como “I Got You” y “Whisful Thinking”, para meterse al público ( aún más ) en el bolsillo. “I Must Be High”, “Hummingbird”, el clásico “Impossible Germany” con el necesario desbarre de Nels Cline, “California Stars” o la ayuda de Kurt Vile en “Passenger Side” ponían el listón muy alto e incluso consiguieron mejorarlo con la salida al escenario de Mavis Staples que cantó con ellos “Freedom Highway” y “You are not alone” bajo una lluvia que vino expresamente para la canción. Magia pura. 

El tercer día descansaron casi todos menos Jeff Tweedy, que ofreció un recital a media tarde junto al mar, el entorno era perfecto pero sonó demasiado plano para mi gusto y al escenario se subió también su buena amiga Mavis. La noche fue para los bizarros Thundercat y sobre todo para Spoon, una banda que en disco siempre visten sus sonidos con depuradísimas producciones pero que sobre las tablas enseñaron los dientes, tiraron de éxitos y revisionaron de forma brillante “Isolation” de Lennon, presentaron algún tema de su próximo nuevo disco y dieron una lección de rock and roll sin complejos. Nos dejó tan satisfechos después del concierto la gente se animó a ir la sesión de DJ de Britt Daniels en la que mezcló sin cortarse un pelo a The Cure, The Misfits y una pizca de hip-hop.
 
Había pasado el tiempo volando y ya solamente quedaba la última noche; bajo una esplendida luna llena y con la excusa de una fiesta de pijamas el ambiente era de lo más variopinto. Durante la tarde Autumn Defense habían tocado en la playa y Kurt Vile nos había ofrecido un show correcto para mi gusto que a buen seguro habría ganado muchos enteros en una sala pequeña, pero todos esperábamos la traca final con la última hora y tres cuartos de Wilco. Se volvieron a empeñar en hacernos felices, no repitieron ningún tema y tiraron de ases: “A Shot in the Arm” para abrir fuego, “Handshake Drugs”, “Can't Stand It” o “Misunderstood” conformaron una primera parte del lote en la que sabían jugar perfectamente con todas sus facetas, desde la más rock a la más folkie transitando por la más experimental. A partir de ahí montaron una fiesta de colegas: Britt Daniels se atrevió con “Kamera”, Neal Francis con “Theologians” e incluso Stephen Malkmus subió a recordar a Pavement cantando “Cut your Hair”. Si sumamos a todo eso que entre amigo y amigo sonaba “Jesus, Etc.”, “Casino Queen” o “Outtasite (Outamind”) pues ninguno de los asistentes quería que aquello acabara nunca y si lo hacía tenía que estar a la altura. Y lo estuvo: para los bises volvió a salir Mavis Staples ( 83 años! ) para rescatar “I'll take you there” y sobre todo para que todo el que andaba por el backstage saliera a poner junto a ella el broche de oro al festival cantando “The Weight” para que tocáramos el cielo y nos quedáramos sin palabras. Habrá que repetir.