Peter Culshaw: "Clandestino. En Busca De Manu Chao"


Por: Txema Mañeru 

Hay muchas y prestigiosas recomendaciones sobre este espectacular libro de viajes, lección de vida y solidaridad, pero yo me quedo con la de portada del gran e insobornable David Byrne: "Una de las mejores biografías que me ha tocado en suerte leer". Además cuenta con una muy buena traducción a cargo de la experta Adriana Toledano. Casi 500 páginas en las que no faltan más de un centenar de reveladoras fotografías en los sitios más inhóspitos y desbordantes de realidad y pasión. Junto a ellas no faltan portadas de los discos, carteles de conciertos y hasta un cómic o una foto a toda página de su amigo, Fermín Muguruza.

La firma corre a cargo del prestigioso Peter Culshaw, una especie de Alan Lomax británico, que está considerado por el inefable Malcom McLaren como “El Indiana Jones de las Músicas del Mundo”. Pero es que además es músico que ha colaborado con participantes en el mítico “Buena Vista Social Club” o en Mumbai con orquestas de Bollywood o la superestrella Asha Bhosle. Como escritor es autor de muchas semblanzas de grandes maestros de la música clásica, el jazz y las mal llamadas músicas étnicas. Culshaw estuvo casi un lustro viajando con Manu por medio mundo. Eso dio margen a muchas y especiales confidencias. Para Culshaw, Manu es un artista diferente, contestatario, esquivo y todo un antihéroe. Desde Mano Negra hasta su activismo antiglobalización uniéndose a la lucha de los zapatistas en Chiapas, los Sem Terra en Brasil o las prostitutas de Madrid. Siempre del lado de los más débiles, los desposeídos y los derrotados. Siempre orgulloso e insobornable, además de atento con la gente que se le ha acercado. Todavía recuerdo como me firmó un autógrafo para mi hijo y cómo me hizo un dibujo dedicado a él. No extrañan, por tanto, opiniones como las del gran Chris Blackwell, “uno de los músicos más importantes del mundo”; Gabriel García Márquez, “¿Manu Chao? Era un dolor en el trasero cuando tenía cuatro años. ¡Y todavía lo es!”; Nigel Williamson, “Manu Chao es el heredero natural de Bob Marley y Joe Strummer. A caballo entre la biografía y la crónica, con algunas concesiones al compadreo contrapunteadas con interrogatorios dignos de un tercer grado, pocas veces consigue un escritor disponer del privilegio de contar con fuentes tan fiables como las que inusualmente ofrece el propio biografiado”. The List define al músico y al especial libro también como “Un carnaval de fotoperiodismo y reportaje transcontinental”. De paso te recordamos y recomendamos que te pases por www.librosdelkultrum.com  y así sabrás que están al caer libros de Bob Woodward, “Como Una Moto. La Vida Galopante de John Belushi”, “Amoroso. Una Biografía de Joâo Gilberto”, por Zuza Homem de Mello; o el curioso libro de Máximo Pradera, “Están Tocando Nuestra Canción”, con el explicativo y acertado subtítulo de “La Madre de Todas Las Playlists”. Nos habla en él de las canciones y composiciones favoritas de Napoleón Bonaparte, Audrey Hepburn, Stalin, Joan Baez, Almudena Grandes, Isabel Allende, Lenin, Patricia Highsmith, Hitler, Victoria de los Ángeles y hasta Franco.

Pero profundizando un poco más en este libro hay que decir que arranca con un extenso y muy instructivo prólogo. Tras una introducción está estructurado en dos partes. La primera se titula “La Vida Tómbola – Las Vidas de Manu”. Sí, ha vivido muchas más que una. La parte dos es “Otros Mundos – En Busca de Manu”. En ambas un total de 19 amenos capítulos. Acaba con “Despedida y Cierre: Finisterre”, aunque luego añade algunos habituales apéndices entre los que destaca el de su amplia “Discografía” con colaboraciones y todo. 

Se trata de un libro de viajes y de aventuras, más o menos ordenado cronológicamente, que acaba en Brasil. Luego en la despedida nos habla del éxito de “Clandestino” entre los pescadores heavies de Finisterre y finaliza con la anécdota del enfado de uno de estos rudos marineros tras oír el disco y que le dijo que no todo era mentira. Le sacó fuera de la taberna y le dijo: ”El mar no es una mentira”. Manu Chao tampoco lo es, añado yo.