Por: Javier González
Estas composiciones de “Nuevo Cancionero Burgalés” tienen sabor añejo, apego a un pasado cercano, perteneciente a otra generación, y a la vez tienden un puente con la actualidad a través de analogías sencillas capaces de conmover, enredadas entre un sonido tan característicos y directo como el que en esta ocasión nos propone una de nuestras bandas de cabecera: La M.O.D.A.
Los desastres de la guerra, el desarraigo y la tragedia del amor truncado son capaces de helar y emocionar a partes iguales en un nuevo álbum que no deja de ser otro gran acierto para la formación castellana y su brillante discografía.
Nos ponemos en contacto con Nacho Mur para tener una charla más que distendida en la que nos presentó más de cerca otra joya más de la música estatal firmada por un conjunto de amigos cuya principales virtudes son ser unos tipos sencillos, cercanos y con un talento incuestionable.
¿Cómo estás? ¿Qué tal la batalla contra la Covid desde ese lugar olvidado de la cultura que es la música?
Nacho: Totalmente de acuerdo con lo de un lugar olvidado. Estamos contentos y felices porque hemos arrancado. Ha sido un comienzo de año duro con los aplazamientos de Burgos y Bilbao, lo hicimos porque volvió a subir la incidencia de casos y demás. Estamos felices porque desde el primer concierto en Gijón se notaba que había muchas ganas e ilusión. Ha sido el pistoletazo de salida a una gira que durará dos años.
Volvéis a la carga con “Nuevo Cancionero Burgalés”, una joyita en toda regla que recoge el legado de vuestra tierra. ¿Cómo surgió la idea de un álbum tan peculiar?
Nacho: Realmente fue una pequeña casualidad ya que nos encontramos con los pdfs de los cancioneros. Este disco, como bien dices, es bastante peculiar porque es el primero en que no escribimos las letras, todas provienen de los cancioneros que recogieron Federico Olmeda en 1903 y Antonio José en 1932. Al encontrarlos flipamos, alucinamos con ese tesoro escondido. Nos encantó la vigencia y potencia de unas letras que han perdurado gracias a la labor de estudiosos del mundo del folclore. Se nos ocurrió coger textos de los cancioneros, cogiendo versos de distintos poemas y hacer un puzzle, poniendo nuestra música, nuestra personalidad e instrumentos. No queríamos hacer una renovación de nada sino hacer nuestra música con esos textos de cuya existencia no éramos conscientes. Nos pareció una buena idea y creemos que está gustando a la gente.
¿De qué manera entrasteis en contacto con los textos de Federico Olmeda y Antonio José?
Nacho: Después de tantos años tocando seguimos buscando nuevos lugares donde emocionarnos. También estamos en contacto con gente que conoce la música tradicional. Nosotros no somos expertos ni mucho menos, pero sí tocamos instrumentos tradicionales del folclore y es un mundo que nos interesa. También tenemos cerca a Diego Galaz de Fetén Fetén que es una de las personas que más sabe de música tradicional en España. Hemos tenido gente alrededor que no has enseñado cosas y poco a poco nos hemos ido interesando. Sinceramente creo que es un vínculo que se ve en nuestra carrera, en “Salvavida” hay una canción como “Campo Amarillo”, donde hablamos de Antonio Machado y de nuestra tierra, dos referencias que comienzan a hacer un camino hasta llegar a este disco, mirando más aquí que fuera. Lo natural es mirar más a lo anglosajón que es con lo que hemos crecido, afortunadamente cada vez miramos más cerca a nuestros mayores y a los músicos de nuestro alrededor hasta llegar a este punto.
Personalmente creo que es un trabajo coherente, reconocible, pero no estático y que supone otra vuelta de tuerca a vuestro sonido. ¿Tenéis la misma sensación?
Nacho: Sí, lo vemos como una evolución natural. No ha sido algo reflexionado, nos lo encontramos. Además, en años tan raros como este, donde sacamos “Ninguna Ola”, no hubo una gira de salas, ya que nos íbamos adaptando la situación, encontrarnos con los textos fue una motivación. Al final llevamos diez años como banda y necesitamos emocionarnos con algo como el primer día que te sacas los acordes de AC/DC. Sentimos que hemos tirado de un hilo que es oro. Nos pareció increíble.
Se ve una cuidada selección de textos, ya que parecen vuestros totalmente.
Nacho: Hemos cogido lo que se acerca más a nuestro universo, con toques sociales y relaciones más universales. Ten en cuenta que en los cancioneros conviven cosas increíbles y terribles. Hemos encontrado versos con los que nos sentíamos identificados y que expresaban cosas bonitas, con un nivel de prosa a los que nosotros no llegamos.
Otra cosa llamativa es el peso que adquieren las guitarras eléctricas.
Nacho: En este ha habido más. Totalmente. Queríamos un disco más directo que “Ninguna Ola”, que es un trabajo más pausado para disfrutar en soledad y con cascos. Este es más para disfrutar con amigos. Ya hicimos una incursión en “7:47”, el Ep que grabamos con Steve Albini en Chicago, aquel era solo guitarras eléctricas, sin mandolinas ni banjos. Al comenzar a componer queríamos que fuera por ahí, aunque aquí hay clarinetes, mandolinas y banjos. Es verdad que tiene un toque rabioso y directo. Estamos contentísimos. Y yo que toco la guitarra, imagínate, me lo he gozado bastante. Ha sido importante para que suene así el trabajo de Gorka Urbizu, viene de donde viene, así que ha ayudado al punto cañero.
En nuestra reseña dije que este trabajo “podrían emparentar esta obra con el acercamiento a poetas de Serrat, a las raíces más hondas surcadas al estilo de Los Hermanos Cubero y aventuras como Lucas 15” en temas como “No Canto Yo”.
Nacho: Totalmente. De hecho, Los Hermanos Cubero son una referencia entre nosotros, escuchamos mucho su último disco. Es algo que mucha gente ha hecho antes, no inventamos nada, simplemente este es nuestro granito de arena. Antonio José explicaba en el prólogo que aquí en Burgos no se valoraba el folclore propio, como se hacía en Galicia o País Vasco. Era una manera de hablar de la música de nuestra tierra, hacer caso a lo que cantaban nuestros abuelos.
“Un Lunes” es un corte donde la brutalidad de una escena de campo sirve fácilmente para crear una analogía entre el mundo antiguo y moderno, donde lobos y corderos siguen quitándose la vida.
Nacho: Creo que no ha sido casualidad que sea la primera canción. Es justo lo que dices, tanto por la letra como por el desarrollo de la música. Comienza tradicional, voz y acordeón, que en el imaginario de la gente no es un instrumento moderno, de pronto hay un golpe de caja y entra una banda de rock. Creo que resume el espíritu del disco, dos mundos distintos, textos antiguos y sonido de hoy, porque al final somos un grupo de chavales.
“Mes de Mayo” y “Tiempo de Despedirse” es cantar a los desastres de la guerra.
Nacho: Hay textos que por nuestra vida o generación podemos verlos lejanos, pero es una analogía sencilla. Habla de la explotación del campo de entonces y del que ahora está explotado llevando paquetes. Desgraciadamente el sentimiento de tener que marchar fuera de tu país a buscar trabajo es el mismo. Son letras que hablan de sentimientos universales y atemporales.
“Mañana Voy a Burgos” o como hacer surf en el terruño…
Nacho: Está muy bien eso que dices. Estamos contentos con ese tema. Es un himno donde puedes hacer un pogo. La gente la ha recibido muy bien. Una canción directa y cañera con una letra especial. La gente la ha entendido y los comentarios dicen que la han hecho suya desde Albacete, Coruña o Bogotá. Todos tenemos un Burgos, una casa, a la que volver. Eso se transmite.
“Somos un grupo de colegas, luchando desde la autoedición y creo que se nota y transmite”
En unas semanas estaréis petando varias noches seguidas “La Riviera”. ¿Cómo se os queda el cuerpo ante las muestras de calor de vuestro público?
Nacho: Desde dentro es difícil de analizar con perspectiva. Estamos agradecidos, no podemos decir mucho más. Hemos currado mucho, pero la gente ha respondido fenomenal, cada vez que damos un concierto las entradas vuelan. Quizás no tenemos muchas visitas en Internet, pero tocamos y la gente va a vernos. Es muy difícil vender entradas en estos tiempos, ya que la cosa está muy jodida. Estamos muy contentos, nos sentimos unos afortunados. No sabemos por qué será. No sé si es que la gente se ve reflejada, o nos ven como alguien cercano. Somos un grupo de colegas, luchando desde la autoedición y creo que se nota y transmite.
Actualmente sois el paradigma de la autoedición, os ocupáis hasta de hacer llegar los discos a la gente que compra a través de vuestra web.
Nacho: Ahora tenemos amigos que ayudan afortunadamente, aunque sí, hacemos todo nosotros, toda la logística. El equipo ha aumentado. Decidimos hasta el color de la última página del libreto. Nos pegamos con la fábrica y también con Spotify.
Acabas de tocar el gran caballo de batalla.
Nacho: No nos podemos quejar, todo viene para nosotros. No hay intermediarios. Es verdad que las plataformas, pagan muy mal. Tiene que haber muchos cambios. Hay otra forma de consumir música que puede ser maravillosa, pero tiene que ser justa.
Volviendo al tema de “La Riviera” me ha llamado la atención que no toquéis en el “Wizink”, donde soléis petarlo.
Nacho: Acostumbrarse al “Wizink” no debe hacerse. Lo hemos hecho dos veces, es maravilloso, pero no sabemos si va a producirse más. Ojalá. No somos una banda de estadios, hemos podido hacerlo en Madrid, pero a Barcelona vamos a salas. En esta gira nos hemos planteado tocar en sitios más pequeños, con más fechas. Vamos a hacer seis “Rivieras” que es una locura genial. Mientras la gente venga, nosotros felices.
Muchas gracias por este rato tan agradable, Nacho. Mucha suerte en la gira. Se os quiere.
Nacho: Se agradece el cariño. Se nota que nos conoces de verdad. Hay veces que te entrevistas gente que no te conoce, gente ni tan siquiera ha escuchado el disco. Así da gusto.