Por: Àlex Guimerà
No es complicado repasar la carrera de Miles Kane. Con un sólo álbum editado con The Rascals -los británicos, no confundir con los imprescindibles Young Rascals americanos- en 2009, los abandona para centrarse en su carrera en solitario, de la que con el actual sólo ha publicado cuatro álbumes de estudio. A lo que hay que añadir los dos elepés con The Last Shadow Puppets, junto con su amigo Alex Turner. Digamos que el de Merseyside a sus 35 años ha querido ir madurando su carrera artística disco a disco.
Y eso es lo que nos encontramos en este "Change The Show", un álbum muy bien pensado y trabajado donde nada está de más y que supone un punto y aparte en su carrera y una evolución pareja a la de su "alma gemela" líder de los Arctic Monkeys. Con la constante mirada hacia el pop inglés clásico, del que a menudo se le ha nombrado abanderado, para las nuevas canciones relaja el rasgueo de las guitarras eléctricas y apunta hacia la complejidad instrumental a base de vientos, pianos, sintes o incluso voces femeninas, éstas a cargo de la cantautora de Leeds, Corinne Bailey Rae, con especial protagonismo en el soberbio dueto "Nothings Ever Gonna Be Good Enough".
Sorprenden también los esfuerzos de Miles buscando las similitudes en su voz con la de Marc Bolan, aunque musicalmente luego se desvíe hacia otros derroteros que se parecen más a los que su admirado "Modfather" tomó con sus Style Council o los del Bowie de la época plastic soul. Sólo hace falta poner la aguja al vinilo para encontrar el espíritu de los T. Rex en la inicial "Tears Are Falling", y para escuchar plastic soul en esencia, con la que titula el paquete, con desgarros vocales "lennonianos" incluidos.
El espíritu celebrativo pop-funky impregna todo el álbum y es latente en piezas como "Caroline", "Never Get Tired Or Dancing" o "Take Me What You' re Feeling". La dulzona "Comming Of Age", en cambio, nos remonta hacia las "girl bands" de los sesenta, y "Constantly" nos trae efluvios del "Tranquility Base Hotel + Casino" (2018) de los "monos del ártico", algo parecido a la final "Adios Ta- ra ra ra" cuyos coros son dignos del mejor Bolan.
Las grabaciones de estas canciones tuvieron lugar a lo largo del verano pasado en los estudios londinenses Snap, aunque antes arrancaron durante la colaboración de Miles Keane con la banda Sunglasses For Jaws en el propio estudio del dúo experimental de la capital inglesa. Canciones cargadas de letras críticas con la realidad política y un sonido con el que el rockero pisa donde otros más grandes pisaron antes, acabando seduciéndonos a base de soul pop americanizado de traje y corbata. Elegancia británica.