“Siento que estas canciones son capítulos de una misma novela”
Por: Javier González
Y en tu disco número trece sigues incluyendo canciones que emocionan, rebosantes en elegancia y mesura, donde cada elemento y arreglo está pensado para remar a favor de obra, dejando en el oyente la sensación de que una vez más has elaborado un cancionero donde se podrán rescatar varios temas que engrosen lo mejor de tu repertorio.
Quique González lo ha vuelto a hacer, el artefacto se llama “Sur en el Valle”, donde ha encerrado todos los rasgos característicos del tarro de sus esencias, aderezados con alguna pequeña novedad sonora, en un trabajo que por momentos corta el aliento y crece y crece a cada escucha reposada que se le brinda.
Nos citamos con él en Malasaña, concretamente en el Free Way Bar, un lugar de sabor añejo y donde la buena música es ley. Quique nos recibe cordial, sin saber que es una emboscada en toda regla a la que acudimos con un fan de solo cuatro años. Asustados, pues no es la praxis habitual en una ronda de entrevistas, le exponemos el caso, sonríe y estira su mano, para sorpresa y alegría del pequeño que agarra su mano, antes de que Quique le regale una púa. Hay grandeza, cercanía y franqueza en él Nos impresiona y eso que hemos hecho cientos de entrevistas. Sigue siendo el genial compositor de siempre, ahora es padre y entre manos trae un discazo sobre el que nos apetece mucho preguntarle.
¿Cómo has vivido este vendaval mundial que nos ha arrasado desde tu refugio de los valles pasiegos?
Quique: Honestamente lo he vivido mejor que muchos amigos y familiares. El hecho de vivir aislado en el campo, en un entorno muy rural, hace que no haya sentido un cambio tan drástico como el que se ha visto en las ciudades. Allí la vida continua, los agricultores tienen que seguir cuidando de sus cosechas y los ganaderos de los animales, así que visualmente cambia poco la situación. Lo he vivido con mucha preocupación por amigos a los que les ha tocado de cerca y por la propia incertidumbre del cambio y shock que ha supuesto para todos. Ha sido muy duro, pero creo que mucha gente lo ha llevado peor que nosotros.
No sé si preguntarte por el proceso de composición o por la sensación de tener un disco maravilloso en el cajón, aguardando más de año y medio la oportunidad de enseñárselo a la gente.
Quique: Del proceso creativo te diré que salvo tres canciones que tenía escritas previamente a meterme en el disco con Luis García Montero, que las dejé apartadas, el resto están escritas durante la pandemia prácticamente. Ha sido una suerte tener este oficio en esos meses complicados, hacer canciones distrae mucho y te llena de pensamientos la cabeza, es como si estuvieras resolviendo un jeroglífico o construyendo un puzzle mucho tiempo. Luego puede ocurrir que al haber grabado un año antes puedas cuestionarte más de lo debido, que a los seis meses lo escuches y tu cabeza esté en otra cosa y no te guste. En esta ocasión nos ha pasado, según se acercaba la fecha de lanzamiento, al escucharlo nos seguía dando cosas e información, cosa que me hizo sentir más seguro. Salvo el día de antes de sacarlo que te entran todas las dudas, pero el resto lo he llevado bien. También he tenido más tiempo para hacer el vídeo y el diseño del disco que siempre sueles ir más a “matacaballo”… perdón por la expresión.
Dicen que la virtud está en el equilibrio, no sé si “Sur en el Valle” es tu disco más equilibrado, donde conviven canciones desnudas, arreglos intensos y nada grandilocuentes y rock. ¿Lo ves así?
Quique: Es posible. Considero que son las canciones las que eligen el traje que mejor les sienta, mucho más que uno mismo. Tú puedes querer hacer un disco urgente y agresivo, pero me guío por lo que me dicen ellas. Las miro mucho y rasco para que me den información sobre lo que necesitan. Me gusta que pienses que es un disco donde todo está más equilibrado que en otros donde había más picos. Este no sé si es buscado, pero ha salido así. También veo que estas canciones son capítulos de la misma novela.
“Toni es un maestro manejando personas y esa dinámica invisible que se establece en un disco”
Las canciones nacieron con guitarra y voz, después se las pasaste a Toni Brunet que actualmente es tu mano derecha. ¿Cómo de grande ha sido la conexión surgida con él desde “Las Palabras Vividas”?
Quique: Toni apareció en “Las Palabras Vividas” casi por casualidad, ya que en un principio el disco lo iba a producir Carlos Raya. Finalmente, no pudo hacerlo por cuestiones de calendario. Necesitábamos un guitarrista y vino él, aunque está coproducido por César Pop, Diego Galaz y Toni, el que más tiene de productor es Toni. Comparto con él mucho material de música, hablamos mucho de Joe Henry y Bob Dylan, de los discos que nos gustan. Es una conexión como la que tienes con un amigo de clase con quien comienzas a encontrar música que te gusta y os movéis en la misma esfera. Todo eso ha hecho que nos llevemos muy bien musicalmente hablando, aunque también fuera. Tiene los galones necesarios para llevar esta producción. Ha sido un encuentro muy bueno. Mi intención es seguir haciendo música con él, no solo en esta gira, sino también en un futuro.
A lo largo del disco se trasluce la idea de equipo, desde los colaboradores y músicos de la banda, pasando por las canciones, donde toda la instrumentación está al servicio del tema. ¿Qué grado de importancia le das al conjunto?
Quique: Le doy la máxima importancia. Me gusta mucho trabajar en equipo. Hay sitios donde no llego técnicamente y en otras muchas cuestiones. Me gusta sentir que confío en la gente que hace el disco y las canciones conmigo, cuanto más compartido y grupal es el proyecto, más interesante. Es vital que haya un capitán del barco, un director, en este caso es Toni.
El 5, el mediocentro del equipo. El que manda, coloca y decide cuando se toca a un lado y cuando se corta una contra.
Quique: El que baja la pelota al suelo, el mediocentro. Que sepa hacer lo que se debe hacer a cada momento es muy difícil. Se puede tener talento y ser un desastre a la hora de gestionar egos y talentos. Toni es un maestro manejando personas y esa dinámica invisible que se establece en un disco. Saber cuándo proponer cosas y llevar a la banda por otro camino. Toni tiene mucha facilidad y para mí es una bendición que sea así.
A ese grupo de trabajo, le ha salido una extensión, un tercer brazo llamado Morgan.
Quique: Morgan son parte de la familia. Los quiero mucho. Nina es una hermana para mí.
“Me veo más creador de imágenes y planos que escritor narrativo”
En este trabajo vuelven los grandes títulos, “Sur en el Valle”, con aires cinematográficos títulos y que hacen referencia a fenómenos climatológicos, algo que ya aparecía en temas como “La Ciudad del Viento”.
Quique: Hablar de “Sur en el Valle” es como hacerlo del Poniente y la Tramuntana. Es una expresión muy local que suena a Western. Si conoces mis canciones, que veo que sí, ya sabes que soy peliculero y que me gusta crear escenas y trailers de películas. Imagino que es mi frustración de no tener talento para ser cineasta ni guionista de verdad. Tengo la posibilidad de hacer mis películas a través de mis canciones y me gusta mucho eso. Me veo más creador de imágenes y planos que escritor narrativo en ese sentido.
Quique, si tú te quejas de talento, el resto debemos suicidarnos. (Risas)
Quique: Hablo de lo que sé que no tengo. (Risas)
Hay otros dos temas brutales en ese sentido como “Te Tiras a Matar” y “Lo perdiste en casa”, con ese argot tan futbolero.
Quique: En esta canción no va por ahí.
Bueno, no sería descabellado, la gente sabe que eres madridista confeso.
Quique: Estoy cruzando el río. La familia de mi mujer es del Atleti, tiene la insignia de 25 años como socia.
Decías que la mejor venganza era hacer una canción, pues creo que esto huele a venganza contra tu madridismo… eres consciente de que tu hija Nora se hará del Atleti, te tocará ir al Metropolitano y disfrutarás de las victorias del eterno rival.
Quique: No va a ser… porque ya la han hecho del Atleti y ha ido al Metropolitano. Me gusta mucho que sea del Atleti. Ella ya es del Atleti. No hay mucho que hacer. Si ellas están bien, yo también quiero que gane el Atleti. Eso me hace un poco del Atleti.
Sigamos con lo musical que me desvío… me ha encantado “Jade” con esos aromas a Van Morrison.
Quique: Me gusta mucho Van Morrison, he sido muy fan desde siempre. Ahora que le veo contrario a las vacunas me cae algo mal. Me cuesta, en general me cuestan los antivacunas. Me gusta el tratamiento de sus canciones, esa especie de soul blanco, la sencillez que destilan, parecen canciones clásicas en cuanto al tratamiento. Nunca ha querido sonar moderno. Me identifico mucho con eso.
Tus temas también se mueven en esa atemporalidad clásica. Ser moderno es un instante, lo otro, el clasicismo es para los más grandes.
Quique: Te agradezco que valores esas cosas en mi música.
“Dedicarse al mundo del espectáculo no es una elección”
En “Puede que me Mueve” cantas “quiero sobrevivir en el mundo del espectáculo”, tras trece discos es muy bonito escucharte hablar con esa mentalidad.
Quique: Es una de las tres canciones que escribí antes de la pandemia, lo mismo el tema tiene cuatro años, pero parece de esta temporada. Soy un fanático del mundo del espectáculo, como oyente y como alguien que se dedica a ello. Me gusta y me preocupa. Hay momentos de incertidumbre y muy inestables, en uno de ellos es donde surgió ese verso de “quiero sobrevivir en el mundo del espectáculo”. Tiene sus cosas buenas, aunque no es una elección dedicarse a ello.
“El nacimiento de un hijo es un tsunami en todos los sentidos de tu vida”
Personalmente creo que eres una estrella de nuestro rock y ahora, desde hace unos años te enfrentas a la situación de ser padre, abandonando el hogar para seguir defendiendo tu oficio y ganándote el pan. ¿Cómo llevas esta nueva etapa? ¿Cómo llevas el tema de la conciliación?
Quique: Lo primero que no me considero una estrella de la música, me suena muy grande eso. Ya sabes que el nacimiento de un hijo es un tsunami en todos los sentidos en tu vida. He tenido que ordenarme un poco, era muy caótico en muy forma trabajar y de escribir canciones, antes no tenía problemas en estas cuatro o cinco días en el lugar en que había tocado, por ejemplo. Ahora no me apetece hacerlo y no me apetece hacerlo porque quiero estar con mi hija. Es una putada porque es nuestro trabajo, pero a veces cuando estoy fuera me siento culpable por no estar con ella, aunque esté trabajando. Es una locura, me lo tengo que quitar porque es el trabajo de uno. Imagino que un piloto de Iberia no se lo plantea, al final se trata de normalizar tu trabajo, pero como músico sí lo hago. También tengo que ordenar mis hábitos. En el fondo me va bien. Además, lo entienden mejor de lo que creemos.
“Muchos de mis seguidores vienen desde el primer disco, me han regalado su lealtad y fidelidad y la confianza necesaria para hacer lo que más me gusta”
Meses atrás volví a reencontrarme con tus directos, en “Las Noches del Botánico”, fue un gusto comprobar que la fidelidad de tu público sigue ahí, emocionando, en una comunión casi mística, casi cercana a la de los seguidores del Atlético de Madrid.
Quique: Me lo dicen… la gente cree que debería ser del Atleti, me dicen que tengo pinta. Sigo siendo madridista, pero tengo que compartir en casa mi pasión, tal y como está la cosa es así (Risas). Muchos seguidores vienen desde el primer disco, es uno de los regalos de mi vida. Me ha dado de comer y la confianza necesaria para hacer lo que más me gusta. Me han regalado su lealtad y fidelidad y esa comunión de la que hablas que existe en los conciertos. Para mí tener ese respeto y cercanía con ellos es muy importante. A muchos los conozco de hace veinte años, me considero amigo de muchos de ellos por el roce del tiempo. Los considero un tesoro en mi vida. Son los que me mantienen ahí. Fue especial volver a sentirlos tras año y pico, que sigan ahí, ya que siempre te queda la duda de si volverán o no.
Quique, cada una de tus etapas está marcada por un lugar, Madrid, Cádiz y ahora los valles Pasiegos.
Quique: El entorno condiciona las canciones y los versos, así como el ambiente. Antes era Cádiz ya que iba mucho. Cuando he estado aquí en Madrid todo era más callejero y urbanita. Cantabria, su entorno, sus bichos pasiegos y el carácter norteño me han influenciado también.
¿Habrá evolución territorial?
Quique: Sí, habrá evolución por circunstancias familiares en un futuro.
“No me veo haciendo música para sonar en estadios”
Es una suerte poder seguir disfrutándote en las salas y en los recintos de mediano aforo, alejado de ese rock de pabellones y estadios en que otros han caído.
Quique: Es una suerte para mí también. Uno nunca elige tener más o menos éxito. Es lo que me ha tocado y lo cierto es que estoy satisfecho con esto. En la vida en general tengo una filosofía, como dice Raúl López, un amigo jugador de baloncesto, “nunca demasiado alto ni demasiado bajo”. Me gusta estar en ese sitio. No me veo haciendo música para sonar en estadios, no creo que mis canciones tengan esa capacidad ni que funcione. Soy más de media distancia, es donde más a gusto estoy.
¿Le pedimos algo al futuro?
Quique: Seguir caminando, el futuro es eso. Vivir el momento, tratar de no proyectar demasiado ya que la vida decide más que nosotros. Tenemos unas ideas y ella marca donde irán los tiros.
Nos abrazaremos a dos genios de nuestra música, ambos algo olvidados. Un de ellos dijo aquello de “La Vida te lleva por caminos raros” y el otro es un añorado maestro del existencialismo, el ausente, Rafael Berrio, del que podríamos coger casi cualquier frase pues todas son oro puro.
Quique: El gran Diego Vasallo y Rafael Berrio del que vamos a hacer una versión en la gira. No te voy a decir cuál es. Eso sí te adelanto que la hemos grabado para el disco homenaje que han ideado Diego Vasallo y Raúl Bernal.