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The Forresters: “Something To Give”



Por: Skar P.D.

Existe un eje transversal en esto de la música energética, basada en guitarras burbujeantes y melodías de banda sonora de arco iris que cabalgan a lomos de la intensidad rítmica, que tiene una de sus cabeceras estratégica en Australia (la otra sería Suecia) y que discurre de forma tangencial a la usual y referencial conexión USA-UK, y de la que Escocia serviría como enlace indispensable, por cuestiones de concepción melódica básicamente. Esto ocurre desde casi tiempos inmemoriales.

Para que este eje siga siendo efectivo en Australia por ejemplo es necesaria la existencia de francotiradores desprovistos de urgencias y con la suficiente dosis de talento para que cada poco, o cada cierto tiempo, se revitalicen las conexiones emocionales que circulan por ese eje. Tipos como Paul Kelly, Rob Younger, Dom Mariani o Anthony Bautovich por ejemplo. 

The Forresters, el último proyecto de este último de los citados, alumbró su primera producción, "Skindeep", hace ya unos cuantos años, allá por el 2003 para ser exactos. La calidad deslumbrante de este disco generó expectativas de cierta continuidad, al fin y al cabo Anthony Bautovich se había desligado de los excepcionales The Orange Humble Band, con todo el pedigrí que te da formar parte activa de bandas que atesoran una muy evidente credibilidad. El caso es que desde entonces, The Forresters se han prodigado con cuentagotas, con dos cuentagotas exactamente en forma de E.P a lo largo de los 18 años transcurridos. Cuantitativamente muy poco como para satisfacer a hipotéticos seguidores pero con la suficiente calidad como para fidelizarlos.

Para marzo del 2020 The Forresters habían reunido un puñado de canciones que deberían haber conformado el, tan largo tiempo esperado, nuevo larga duración de la banda, pero en esto llegó la pandemia y la paralización a nivel mundial de cualquier actividad cultural, incluido los cierres de las ciudades, algunas como Sidney, su lugar de residencia, por partida doble.  

"Comencé la promoción de nuestro próximo álbum justo antes de la pandemia de Covid-19 en marzo del año pasado. Fue un momento difícil y extraño. Sydney, como muchas otras partes del mundo, fue bloqueada…he reiniciado la promoción para el disco recientemente, ya que las cosas aquí en Australia se veían bastante prometedoras. Lamentablemente, nos hemos visto obligados a realizar otro bloqueo aquí en Sydney" decía Anthony Bautovich en la promoción de "Missin'You", segundo sencillo del disco que estaban intentando lanzar. Afortunadamente la luz empieza a verse al final del túnel y no parece que sea un tren que viene en sentido contrario.

El recién alumbrado "Something To Give" es el segundo larga duración oficial de la banda, aunque en realidad no es un disco de canciones nuevas, bueno no todas, ya que para la ocasión se recuperan hasta 5 canciones de la, breve, discografía anterior de la banda, si bien con algún leve retoque en la mezcla de algunas de estas nuevas versiones.

Con la innegable influencia de la banda transoceánica de la que formó parte, o sea la Orange Humble, se recupera, de su primer disco "Skindeep", esa poderosa canción que es "Are You Ready", de indudables matices setenteros, o de Posies, otro de los referentes inspiradores y no el único. También y extraída igualmente del mismo álbum, y en una versión más reducida, aparece esa joya atemporal llamada "Missin' You", que es de esas canciones que nunca se sabe por qué  no está en el Olimpo de las grandes canciones. Tan es así que esta extraordinaria oda a la necesidad de la vuelta de alguien muy querido se lanzó hace unos meses como segundo sencillo de adelanto. Emocionante es poco.

El redoble de batería y la luminosidad repetitiva del estribillo de "On My Way", originalmente en el EP del 2016, sirve de apertura a este "Something To Give",  recuperando también del mismo EP la muy americana, por su cercanía al heartland rock, "Pretty Little Thing". Casi en la misma línea, John Mellencamp mediante, igualmente se revisa la alegre y saltarina "Get On You", de su último EP, y es una delicia escuchar esos coros femeninos de réplica a cargo de la vocalista de Nashville Emma Swift y dejarse llevar por el épico final a lomos de un saxo que inevitablemente recuerda al muy añorado Clarence Clemons.

La sensación de aislamiento provocada por la pandemia, y la necesidad de salir de él, que se intuye ya desde los acordes acústicos iniciales, están presentes en "Something to Give", que da título al álbum y que es la primera composición hecha exprofeso para el mismo. Que los talentos se retroalimentan se hace patente en "Tightrope", a la sazón tercer single extraído del álbum, y el inconfundible aroma a Posies hacen ver que la colaboración, tiempo ha, con Ken Stringfellow, uno de los factótums de estos y compañero de aventuras, no podía dar otro resultado que esta conjunción entre armonías y guitarras tintineantes presentes en la canción.  

La cautivadora, y frágil, versión de "Thirteen", enraizada en aromas del folk que tan bien supieron plasmar Big Star, no se puede concebir sino como un sentido homenaje a estos precursores de las armonías surgidas desde los sentimientos más profundos y otro de los grandes referentes de este alter ego de Anthony Bautovich que se hace llamar The Forresters. Una de esas canciones que, a poco que seas de lagrima fácil, es muy posible que te acaben desbordando.

Con otro inicio de esos que te insuflan energía "Falling Star" te devuelve otra vez a los caminos de intensidad contenida por la que discurren la mayor parte de los acordes que conforma el universo sonoro por el que transcurre este "Something To Give", al igual que "Back In My Arms", que a partir de unos acordes que recuerdan al espíritu de George Harrison se despliega en una oda feliz al reencuentro con la persona que amas.

"Fall Back In" no es la canción que cierra el disco pero sí es la última de las nuevas composiciones incluidas en él y de nuevo se apoya en unos coros femeninos para dotarla de esa dulzura nada meliflua que hace que las canciones te insuflen la positividad necesaria para afrontar estos tiempos oscuros con la esperanza de estar dejándolos atrás.

Para este "Something To Give" el músico y director de galería de arte australiano se ha vuelto a rodear de músicos de dilatada experiencia y que, es evidente, comparten con él las sinergias suficientes como para ver la música desde la misma perspectiva, incluido la mezcla exquisita de otra leyenda en esto de los acordes y armonías cercanas a la magia como es Mitch Easter (REM, The Go-Betweens). Todo ello para un disco de regreso, por fin, de una banda que, y más en los tiempos que corren, pasará desapercibida excepto para una minoría. Pero para esa minoría, y para todos los que se quieran apuntar, este trabajo cumple con todos los requisitos, tanto a nivel de composición como de interpretación, y alberga la notoria calidad como para convertirse en uno de esos discos que se colocan en esas estanterías donde se guardan las joyas más preciadas. Para una minoría sí, pero afortunada al fin y al cabo.