Por: Àlex Guimerà
Con más de quince años a sus espaldas y varios cambios de formación, los hermano Felice, Ian y James, han conseguido alcanzar la plenitud de su madurez con el que será a buen seguro uno de los álbumes a tener en cuenta en las listas de lo mejor del curso. Con su personal Alt Country y Americana, los neoyorkinos han manufacturado un trabajo lleno de matices sonoros y de unas letras profundas que nos traen paisajes cinematográficos, reflexiones existenciales o críticas medioambientales.
Pero lo que convierte en especial este álbum es el alma y la autenticidad de estos doce nuevos cortes enfundados en una preciosa pintura naif en donde aparece una iglesia nevada de un pueblo del siglo XIX. Probablemente represente la iglesia de Harlemville, en la que el "From Dreams To Dust" ha sido grabado por los hermanos Felice Ian (guitarra y voz) y James (guitarra, acordeón,...) junto con la bajista Jesske Hume, que está de vuelta tras su paso (entre otras) por la banda de Conor Oberst, al que se añade el batera Will Lawrence. Pero es que además, en las sesiones de grabación también participaron Nathaniel Walcott (trompeta) y Mike Mogis (steel guitar) de sus amigos Bright Eyes.
Para la apertura tiran de galones y se marcan "Jazz On The Autobahn" , con su estribillo pegajoso, la trompeta enmarañada, los "uh-uhs" stonianos y cierto triunfalismo que nos encarrila la escucha. Le sigue la desenfadada "To-Do List", en la que aparecen el low-fi noventero y la dicción "lourediana" para ofrecernos un mensaje cargado de positividad. Más cuidada es la producción de la dramática "All The Way Down", que sin duda es una de las mejores baladas del álbum. La otra es la que fuera single de avance, "Inferno, con su guitarra acústica punteada, misterio y ecos celestiales. Aunque no despreciaría la inquietante "Silverfish" ni su piano y coros, ni tampoco el final glorioso de "Land Of Yesterdays". O "Blow Him Apart" que podría haber firmado el mismísimo Nick Cave.
"Money Talks" reflexiona sobre la tendencia al materialismo de la mano de una voz siniestra y un piano inquietante antes de dejarnos flipados con una melodía y una batería sensacionales. Algo parecido sucede con "Celebrity X" que con su estructura cambiante nos trae una carga pop insuperable. Como siempre en la obra de los Felices, se nos aparecen Dylan y The Band, muestra de ello es "Valium" y su deliciosa slide guitar o la reflexiva "We Shall Live Again" que corona el disco con todos los honores.
Mucho se especuló tras la marcha en 2012 del tercer hermano en discordia, Simone. Se dijo que aquel era el verdadero talento de la familia y que había dejado desamparados a sus compañeros tras el maravilloso "Yonder is the Clock" (2009). Lo cierto es que casi diez años después nos encontramos ante un disco que vuela alto y que eleva a esta banda capaz de codearse con lo mejor del género llámense Wilco, Jason Isbell o Jayhawks. No se lo pierdan.