Alhambra Monkey Week, un festival de verdad


“Somos un festival urbano que trata de mostrar las bandas y el talento emergente”

Por: Javier González

Nació como poco menos que una locura y gracias a la constancia, pasión y a la lucha contra viento y marea se ha convertido en un festival distinto, de verdad, referencia en el sector. Evidentemente, estamos hablando del “Monkey”, que en la edición de este año recupera su formato más habitual tras los años pandémicos, mostrando al público y a los profesionales del sector a esas bandas y propuestas hoy minoritarias pero que en muchos casos mañana formarán parte de los carteles en recintos de mediano y gran tamaño. 

Una idea hija de unos cuantos aventureros entre los que se encuentra el genial Tali Carreto, co-director del festival y ligado estrechamente a la divulgación cultural en La Mota Comunicación, desde donde maneja el cotarro de las bandas más interesantes del sur estatal; un tipo carismático, de alegre conversación y más que atento a los talentos emergentes del underground, dotado de un olfato afinadísimo que para sí quisieran muchas multinacionales discográficas. 

Nos pusimos en contacto con él, días antes de la fiesta de presentación de la edición de 2021 y apenas unas semanas antes de viajar a Sevilla para vivir la experiencia de primera mano, descolgó el teléfono desde su privilegiado despacho en El Puerto de Santa María. No se le puedo negar tener un estilo de vida cojonudo al bueno de Tali.

Trece años de “Monkey Week”, ¿debemos tomarlo como locura o afán de resistencia? 

Tali: Ambas cosas a la vez, pero sobre todo una carrera de fondo y más en los últimos dos años, con el tema de la reconversión en un formato on-line, y este de la vuelta al formato presencial, aunque con un montón de novedades. Todo se complica y hace que sea una resistencia continua en la que hay un componente romántico porque al final el “Monkey” como decía Paco Loco: “es un festival que no tiene backstage porque en sí mismo es un backstage”. Tiene ese sentido romántico de pasión por la música en el sentido que se destruyen las barreras entre artistas, profesionales, prensa y público. Al final se crea una sensación de familia que lleva al enamoramiento del festival, que es lo que ocurre con todo el que viene, se les mete un veneno que hace querer volver una y otra vez. Le ocurre al público y a nosotros también. En las primeras ediciones recuerdo decir aquello de uno y no más, pero volvías al bucle eterno. Volviendo a la pregunta en cuestión, creo que tiene las dos partes, su parte romántica y por supuestísimo su parte de resistencia.

“La música ha sido el sector más estigmatizado durante la pandemia” 

¿Cómo se vive desde la organización todo el proceso del Covid-19? 

Tali: Lo más difícil es trabajar con incertidumbre, es lo más complicado. También lo es creer que el mundo de la cultura, y sobre todo el de la música, ha sido el más estigmatizado de esta pandemia. Finalmente hemos demostrado pasito a pasito, con pruebas, que se puede hacer cultura segura, aunque digamos que me gustaría que se dijera que se puede hacer cultura, sin necesidad de ponerle el adjetivo de segura, creo que debería sobrar. Ahora volvemos a ver nuevas normas, pero nadie sabe qué pasará con las salas de conciertos, si pueden mantener barra o no, por citar un ejemplo. Ese tipo de incertidumbres que continua las hemos tenido desde el minuto cero como organizadores. Trabajar en esa ceguera, hacía no tener un plan concreto. Recuerdo que el año pasado llegamos a tener hasta dieciocho modelos distintos de festival, hasta que al final no quedó otra opción que irnos por el formato on-line. Resultó un éxito y nos ha abierto un montón de puertas, pero fue una decisión a la que te avocaron, no la que querías de entrada. Se ha vivido de una manera harto complicada, teniendo que reinventarnos cada día. Espero que desde ahora vuelva la normalidad de entonces. 

¿De qué manera se prepara un festival con la incertidumbre de fondo? 

Tali: Con multitud de planes… Nosotros por las fechas del festival, que antes era en Octubre y desde hace años en Noviembre, contamos con el problema de la lluvia, ya que te puede llover en cualquier momento, así que es habitual tener un “Monkey” A, B y hasta C. Hay escenarios al aire libre o en la calle que se pueden complicar, me refiero a los que hay en la zona profesional, en el espacio Santa Clara, aquellos que están en la torre de Don Fadrique y en el Claustro, allí puede llover y que no arranquen. Lo que solemos hacer es mover el escenario a una sala o a una zona de interior. Hay otro plan C que conlleva los trueques. Tú imagínate pensar en todo eso y también en función de las noticias de la pandemia: Sentados, con aforo reducido, con mascarillas… al final ha sido una lucha continua y debates exhaustivos a nivel organizativo. Llegaban días que todo lo construido se iba al garete en un día. Ha sido una tarea tan ardua como cansina. 

Y encima a vosotros se os exige edición a edición sorprender no solo con el cartel sino también con el formato. 

Tali: Nos gusta mucho exprimirnos la cabeza y tratar que el festival no sea una réplica igual año a año. Hay constantes dentro del mismo, ya que hay varios “leiv motiv” que nos gusta cumplir uno es: “descubre hoy la música del mañana”, tratamos que cada año sea así. El grueso de la programación son showcase, con objeto de descubrir valores y bandas. Y luego el concepto de festival es urbano: “la ciudad de la música”. Dar la vuelta al concepto de pensar como verías tú un sitio como turista y que después pase el “Monkey” y lo veas con otros. Hemos hecho conciertos en iglesias y en bodegas subterráneas, hemos metido una pista de coches de choque en la Alameda de Hércules, algo se ha convertido en “highlights”, ya que todo el mundo quiere tocar allí. Nos mueve eso y hacer cosas especiales, tanto en el “Monkey Week” como en el “Monkey Weekend”. Hace unos años en el “Weekend” hicimos el homenaje a Camarón en el cuarenta aniversario de “La Leyenda del Tiempo”, juntamos a Derby Motoreta´s Burrito Kachimba con Soleá Morente, Antonio Arias, Rocío Márquez con Bronquio, Alvaro Romero, Lorena Alvarez con miembros de Napoleón Solo, fue algo explosivo y la gente quedó encantada. Este año en el “Alhambra Monkey Week” vamos a hacer algo similar con el 50 aniversario de “Mediterráneo”. Los Estanques serán la banda base con más músicos añadidos como Raúl Rodríguez, un virtuoso de la guitarra e hijo de Martirio, va a haber invitados como Anni B Sweet, Carlangas, Dani Llamas, Miguelito García alias “Daddy Piranha”, María Rodés, Luis Reguidor y Rebe, es una forma de ofrecer algo distinto al público que para nosotros algo emocionante. Es no repetir y no hacer fotocopias. Nos gusta hacer locuras. Es algo que lo tenemos dentro, desde los tiempos de la revista “Freek”, nos gusta meternos en embolaos y todo el que nos conoce bien, lo sabe. 

El “Alhambra Monkey Week” es un festival más que asentado en Sevilla, sin embargo no sé si tú como nacido allí echas de menos El Puerto de Santa María. 

Tali: No se echa de menos porque cuando el “Alhambra Monkey Week” se pasó a Sevilla, aquí dejamos el “Weekend”, que ahora será “Alhambra Weekend”. Nos fuimos diciendo que el festival había crecido demasiado, ya que llegó un momento en que teníamos que alojar a artistas y profesionales que venían a la feria en Jerez, esto se quedaba sin alojamiento. Era complicado seguir manteniéndolo aquí de no ir a un recinto y no queríamos eso. Necesitamos una ciudad más grande, el paso lógico era irse a Sevilla, una ciudad más grande, capital de Andalucía, y que nos facilitaba mucho la logística. Ten en cuenta que a muchos de los profesionales que venían los teníamos que ir a recoger allí. Era el paso lógico, teníamos buena relación con la gente de cultura del ayuntamiento, hubo un acercamiento y se dio. Desde el minuto cero en que comunicamos que el “Monkey” se iba a Sevilla, dijimos que no dejábamos a la ciudad huérfana, íbamos a seguir con una pata. Ahora hay mucha gente que conoció El Puerto de Santa María a raíz del “Monkey” y son visitantes asiduos al “Monkey Weekend”, cada uno tiene su encanto. Los dos mantienen esa constante que te he dicho, tratan de descubrir bandas y el talento emergente, los dos son urbanos que buscan convertir espacios no habituales en escenarios. No echamos de menos El Puerto, más que nada porque nunca nos hemos ido. Aquí está la oficina, a la espalda del catillo de San Marcos, que era otro escenario. También hacemos otros eventos en Sevilla y también hacemos la producción del festival de Flamenco del 16-N, mantenemos puentes en la ciudad. Hemos hecho eventos en otras ciudades, en Madrid hacíamos la programación de “Par en Par” en la sala Berlanga, ahí tocó Rosalía, así que no tenemos mal ojo. La idea que manejamos es estar en cualquier lado y trabajar en cualquier lado, “La Freak”, fue nuestro primer hijo y ya tenía distribución nacional, la podías encontrar en festivales de música y cine, íbamos a Sitges, San Sebastían, al Sonar y al Fib. La gente creía que se hacía en Madrid o Barcelona y se hacía aquí. La descentralización es muy normal en nosotros, podemos hacer eventos en Madrid, Barcelona o Berlín. 

Algún que otro vídeo hemos visto en lugares singulares. 

Tali: En el “Monkey Weekend” hacemos el karaoke en un callejón donde estaba el karaoke de la ciudad. Ya en el “Monkey” intentamos montar tres años un escenario en el muelle del Vaporcito y fue imposible, nunca arrancaba por lluvias. Hemos hecho cosas en bodegas y en el monasterio de la Victoria, antiguo penal. No buscamos un público cautivo, es fundamental. Este año si hay algo complicado en el “Alhambra Monkey Week” de Sevilla es que por primera vez vamos al Cartuja Center Cite, pero lo vamos a dar la vuelta. 

Cuenta, cuenta… 

Tali: Al llegar allí van a encontrarse por una invasión del “Monkey”. Va a ser un sarao de la leche, con una visión distinta del espacio, gente tocando en rincones no habituales. Os va a atrapar. 

“El Monkey es el sitio donde ver por primera vez a las bandas que el año que viene coparán los carteles de los festivales” 

Hablamos de un festival que no es solo rock, ni pop, que da cabidas a bandas emergentes que serán el futuro de nuestra música, pero también es un punto de encuentro entre gente del mundillo. 

Tali: Fíjate nos gusta mucho sacudir etiquetas en todos los sentidos. Se dice que el rock ha muerto, mentira, aquí hay chavales de 17 con la guitarra colgada. La gente creía que era un festival indie y luego veían a Rocío Márquez cantando, o iban a un concierto de folk. Intentamos que el abanico se grande. Si comparto tu visión de punto de encuentro y de escaparte para los que amamos la música, para los que nos dedicamos a ella y de nuevas tendencias. La idea original era ir al festival para ver estrenos, era lo que pretendíamos. Mostrar las bandas que al año siguiente estarán en los carteles. Es un pre-estreno de bandas, hay fijación por encontrar bandas emergentes. 

Y este año os marcáis el lujo de traer a The Black Lips. 

Tali: Siempre hemos tenido gente veterana en los carteles, el “Monkey” es una continuación espiritual en formato festival de rock and roll del proyecto que comenzamos con la revista. En el primero trajimos a The Undertones, luego en una de las primeras ediciones tocaron The Buzzcocks y The Damned, tenemos fijación por las estrellas del rock. Nos apetecía mucho traer a The Black Lips desde hace años, el año prepandémico pudimos contar con ellos, aunque todo se fue al garete, pero este año cuadraba de nuevo ya que ellos andaban de gira por Europa en las fechas del festival. Es un grupo heredado del año anterior y es un lujazo. También lo fue haber tenido a Neneh Cherry. En el primer “Monkey” tuvimos a Heavy Trash, banda paralela de Jon Spencer. Es que ese año fue muy rockero, lo recuerdo con Howe Gelb y Kitty, Daisy and Lewis. Ahora la gente va más a descubrir bandas, incluso los profesionales, antes no, teníamos que meter reclamos para que la gente dijera “conozco alguna cosita”. Tratamos de traer artistas de renombre y veteranos que te acerquen al cartel para que te animes en conocer los nombres de los que están en camino. En esta edición en cartel están también Mujeres y alguna que otra banda conocida, pero el resto son emergentes o al alza, y otros directamente desconocidos. 

¿Cuál es el proceso de selección de esas bandas emergentes y qué os hace decantaros por ellas? 

Tali: No deja de ser una selección personal. Cada año abrimos convocatoria, este año se han apuntado 1227 artistas de 54 países distintos. En esta edición la selección final la ganan los nacionales porque al hacer la misma había muchos problemas todavía con los viajes y las cuarentenas. En condiciones normales, cada vez hay más artistas internacionales y colaboramos con entidades de fuera. La selección corre a cargo de Jesús y César Guisado, que son dos hermanos, mis socios y fundadores del “Monkey”, también está Miguel, jefe de producción, y más gente del equipo, entre todos escuchamos las bandas y las seleccionamos acorde a la idea que tenemos. Tratamos que el “Monkey” sea interesante de cara a los profesionales. Se juega con esos baremos, aunque como digo, no deja de ser algo personal. Este año nos hemos ganado la bronca de muchos colegas músicos al quedarse fuera. Ha sido complicado. Otros años hemos tenido más de 200 conciertos a lo largo del festival, este año de momento y a la espera de ver si se cierra el grifo para incorporar salas a la programación, solo tenemos 67. Una tercera parte de la oferta habitual, eso hace que todo sea más reducido. Normalmente cogemos 150 bandas, algunos de los cuales tocan dos veces. Esperamos que en 2022 volvamos a la normalidad de antes, como nos dejen, meteremos 250 conciertos. 

Mójate, ¿qué bandas hay que seguir bien de cerca? 

Tali: Uf… Hay algunas que van lanzadas a las que tocar en el “Monkey” les irá bien: Shego, Trashi… Internacionales como La Chica, francovenezolana, que va a ser una voz que va a cautivar. Hay tanto… me lío a decir nombres y no paro. Nacho Sarria está siendo una revelación del rock nacional. Si abro la lista y te digo, acabo antes. Otros que están lanzados ya son Hnos Munoz. Debilidades mías están Paco Moreno, Oki Moki, Rosín de Palo y otros que me gustan mucho son Morreo y Depresión Sonora. De los que te van a gustar a ti, citaría a Sarria y Rata Negra, ex Juanita y los Feos, son brutales. También metería en tu lista a Viuda, Adiós Amores, Las Dianas y Tiburona, otra banda que está creciendo a un nivel que alucino. Ten en cuenta que a muchas las gestiono la comunicación, queda feo hablar de ellas, así que trato de mirar a otras bandas con las que no trabajo de momento… más que nada porque no se ha dado el caso. (Risas) 

¿Qué es un buen resultado final para vosotros? 

Tali: Realmente nunca hemos dado nunca un pelotazo económico, es decir, montar un festival y hacer tres o cuatro veces más caja de lo estimado. Lo he visto en otros compañeros y me alegro que haya sucedido. Nosotros jugamos en otra liga. Un buen resultado es estar satisfecho con lo que hago y trabajar con lo que me gusta. A partir de ahí, todo lo que sea para bien, bienvenido. Para nosotros el buen resultado no es meter veinte mil personas, es que acabe el festival y ver a Pájaro hacer una canción con La BIG Rabia que es parte del trailer de la banda sonora de “Hernán” de Amazon. Un día se sentaron juntos Niño de Elche y Esteban de Toundra y montaron Exquirla. El roce hace el cariño y surge que Rocío Márquez y Bronquio hagan un disco conjunto. De pronto viene Carter Smith ve a Guadalupe Plata y mete una de sus canciones en HBO. Todo son historias de éxitos ajenos que vives como propios, eso es un buen resultado para mí. Al final no dejamos de ser un vehículo. Recuerdo una frase que decía el productor de Top Gun y Superdetective en Hollywood, hablaba de transportar a la gente de un sitio a otro. Nosotros los llevamos de un estado a otro. Sales de un concierto distinto a como has entrado. Al hacer feria profesional, también lo hacemos con artistas, eso es lo que nos gusta. Las historias de éxito y evolución de un artista y profesional nos hacen darnos por satisfechos.

Nos queda alrededor de mes para la cita, ¿qué desearías ver en el “Alhambra Monkey Week”? 

Tali: El deseo es ver a mi hija botando en el “Monkey”, disfrutando de un concierto. Tengo bastante optimismo al respecto. A veces salen las normativas nuevas y con tantos matices no sabes qué hacer. Creo que vamos a estar viendo los conciertos con mascarilla, pero oliendo el sobaco al de al lado que es lo que queremos.