Por: Txema Mañeru
¡Qué inesperado y genial regreso de un grande de la música de todos los tiempos! Casi 50 años de trayectoria comenzada en el 72 con la Nitty Gritty Dirt Band. Más adelante acompañaría a grandes como Nico y Tim Buckley, comenzaría a componer para The Byrds, Linda Ronstadt o Tom Rush. y la parte más conocida de su historia llegaría con el famosos "Take It Easy" para los Eagles. De ahí surge ya pronto su trayectoria en solitario con hitos como “Running On Empty" o “The Pretender”. Mención especial siempre para su habitual acompañante en muchas épocas, David Lindley, que es quien puso la voz aguda en su célebre versión de "Stay".
Pero no vamos extendernos en presentaciones de un hombre bien querido y conocido aquí por sus estancias en Barcelona, ciudad de la que sigue enamorado y a la que seguro volverá, y esperemos que para tocar por todo el país. 6 años sin sus canciones era demasiado tiempo y lo ha subsanado con un reconfortante “Downhill From Everywhere”, publicado en su propio sello, Inside Recordings, aunque con distribución de Warner Records. Reconfortante musicalmente pues vuelve a ser duro e incisivo en sus siempre trabajadas letras, en las que toca temas candentes como el racismo, los derechos de la comunidad LGBTI o la salvaje contaminación a la que estamos abocando el mundo.
Antes nos adelantó un pedazo de single y currado videoclip con la preciosidad "My Cleveland Heart", compuesta junto a su guitarrista actual, Val McCallum. Un gran lugarteniente y algo habitual en su trayectoria donde el puesto de guitarra eléctrica solista siempre ha sido ocupado por grandes músicos. Además, junto a McCallum (Lucinda Williams) le acompañan otros grandes músicos como Pete Thomas (Elvis Costello), Dave Faragher, Bob Glaub y un Greg Leisz que tiene un historial tan amplio y de categoría que te dejamos a ti que rebusques entre tus discos para acordarte de algunos de los más celebrados, entre los que seguro encontrarás su presencia junto a Eric Clapton o Bill Frisell, otros dos grandes como él con las 6 cuerdas. Por cierto, que en este single brillan tanto Leisz con la lap steel como McCallum con las guitarras eléctricas, todo puesto al servicio de un pegadizo estribillo casi pop y guitarras crepusculares y radiantes a un tiempo. El racismo es tratado con su habitual maestría en un "The Dreamer" que es todo un sueño por la participación en la composición también de David Hidalgo (Los Lobos), una colaboración a la que se suma la de Eugene Rodríguez, de Los Cenizontes, en las partes en castellano y las buenas voces de Chavanne Stewart y Alehea Mills. Como guinda la bonita vihuela del propio Jackson. Hay temas madurados a fuego lento pero otras joyas le surgieron rápido, como "A Little Soon To Say", un tema rico y extenso con muchos matices a descubrir y con esa melancolía propia de los mejores temas del autor. El Hammond de Jeff Young (Sting, Shawn Colvin) es una gozada absoluta muy bien acompañada por los coros de Stewart y Mills de nuevo.
Todo lo contrario sucedió con la preciosidad que abre el disco, una "Looking For Something" que estuvo buscando durante años antes de poder darle el redondeo final. Aunque pocos lo sepan, Browne es un fanático de las guitarras, y no solo de las acústicas, ya que en los últimos tiempos está a tope con las eléctricas y muchos de los temas de este nuevo disco han surgido a través de dicho instrumento. Rompe así una imagen de cantautor con acústica, algo que ya era patente si le has podido ver en directo y ves la colección de guitarras que suele traer. Eso sí, en directo se centra más con las acústicas y deja las eléctricas para el gran McCallum. Sin embargo compuso uno de los mejores temas de este regreso, la ya citada "A Little Soon To Say", con su eléctrica que propicia una gran introducción instrumental en la que merece la pena perderse. En "A Human Touch" tenemos la buena colaboración de Leslie Mendelson y supone un dueto casi a la altura de los de Emmylou Harris con algunos de los más grandes.
Con todo esto crea un muy buen disco (entre los mejores de los 15 que ha firmado en solitario) de rock maduro de raíces americanas, soft-rock californiano cargado de elegancia y también con algunos cálidos destellos caribeños o mediterráneos, estos últimos procedentes de su estancia en su querida Barcelona. Sigue manteniendo su vitalidad y es capaz de presentar todavía un espíritu juvenil a pesar de haber superado ya los 70 años. Mención especial también para el magnífico cierre con los casi 9 minutos de "A Song For Barcelona", en forma de rumba fronteriza que nos hace pensar que también disfrutó con Gato Pérez cuando vivía aquí. Ritmo brutal y algunas guitarras dignas del mejor y primer Santana para un gran colofón de un disco realmente destacado. No falta la garra rock del tema titular o las destacadas voces femeninas, una vez más, en "Until Justice Is Real", también con excelentes punteos de McCallum y Waddy Watchel.
Ojalá pueda venir pronto a su querida Barcelona y de paso hacer una extensa gira para presentar un disco tan redondo y trabajado como éste, aunque diga que cada vez le cuesta más componer nuevas canciones.