Por: Juan José Ordás
Después de entretenernos con el disco en vivo de finales del año pasado, por fin llega "Senjutsu", el nuevo disco de los Maiden. Creo que hablo por todos los fans cuando digo que se siente una expectación especial cada vez que se anuncia una nueva obra. Quizá desde fuera parezca distinto, pero cuando conoces bien a Iron Maiden sabes que todos sus discos son distintos. Aunque parezca mentira, desde "The X factor" (1995) el grupo fue dando señales de un interés por avanzar hacia el metal progresivo y un juego continuo entre luz y sombra, con constructos sonoros densos. Con el mediocre "The dance of death" (2003) se encaminaron en esa dirección con decisión y justo después consiguieron una obra maestra titulada "A matter of life and death" (2006) en la que definitivamente Iron Maiden encontraron una nueva piel que les satisfacía. Canciones largas y épicas en las que la textura es tan importante como el riff (una de las ventajas de tener tres guitarristas entregados y a un productor de la categoría de Kevin Shirley), los motivos luminosos y tenebrosos en lucha (no siempre en equilibrio), estructuras que se repiten marcando la atención del oyente y muchas ganas de no limitarse a lo habitual. El excelente "The final frontier" (2010) le vio en esa misma senda aligerando un poco el equipaje y el doble "The book of souls" (2015) quizá demasiado acomodados pese a contener más de una joya en el repertorio. Pero la intención parecía ser la misma, que las canciones decidieran hacia donde quería ir cada una sin límites establecidos.
Era importante que tras el previsible "The book of souls" el grupo regresara con un trabajo imbatible que volviera a sorprender. Y no solo lo han conseguido, sino que han regresado con uno de los mejores discos de su historia y el álbum de heavy metal más arriesgado que haya editado ninguna banda dura de primera división desde "Turbo" (1986) de Judas Priest. Los Iron Maiden de temas directos y por debajo de los cinco minutos hace tiempo que no existen, los autores de "Senjetsu" son seis tipos que hace tiempo decidieron que no se lo iban a poner fácil a sus fans pero que saben que tienen su confianza ganada. En este doble solo hay dos canciones que ronden una duración normal, las demás tiran hacia arriba y contienen el deseo implícito de que el oyente las preste atención, mucha, mucha atención. Es verdad, hay que hacer un esfuerzo para no perderse en la parte final del disco y seguir el hilo de lo que “Death of the celts” y “The parchment” proponen, pero poco a poco las canciones se desglosan solas. Tampoco hablamos de ingeniería molecular. Es de nuevo un disco oscuro con algunos pasajes que curiosamente pueden remitir a "The X factor" en lo lúgubre (“Lost in a lost world” podría haberla cantado Blaze Bayley y, además, su inicio recuerda a la intención de Black Sabbath en “Planet caravan”, quedando realmente bien) pero que también posee melodías radiantes (“Stratego”, “The writing on the wall”, “The time machine”). Es muy curioso que cuando en cuando encontremos en los últimos discos de Maiden alguna canción que recuerde mucho al trabajo de Bruce Dickinson en solitario. Entregas anteriores estaban “Coming home”, “The achemist” y “Out of the shadows” y en este caso tenemos es la maravillosa “Days of future past”, que bien podría ser el próximo single.
Obviamente, el primer disco pone relativamente fácil la escucha y es el segundo en el que la exigencia aumenta. “Darkest hour” pega duro prescindiendo de arreglos vistosos y tenemos que volver a insistir en “Death of the celts” y “The parchment”, que son seminstrumentales, aunque es estupendo perderse en ellas. Después, la conclusión con “Hell on earth” es simplemente brillante. Los seis miembros del grupo están en plena forma, es incomprensible
que Dickinson siga cantando así de bien y que Harris, lejos de aposentarse, tenga tantas ganas de desafiarse a sí mismo. La temática es, dentro de la variedad, la habitual de Iron Maiden, tenemos desde inspiración en eventos bélicos reales a aquella que se sumerge en la ciencia ficción, la crítica política y en, el caso de una de las canciones, la serie "Hellblazer" de DC Comics. Pero con madurez, conscientes de la edad que tienen y de la necesidad de seguir divirtiendo dentro de unos límites razonables.
En conjunto, "Senjutsu" resulta brillante, absolutamente brillante. La edición CD en con funda y tapa dura contiene un libreto súper cuidado que asegura una mayor inmersión en la música y creedme que en los momentos más complejos del disco os va a venir bien. Esa dificultad es un valor añadido. Puestos a enmarcar el álbum, lo colocaría fácilmente entre los cinco mejores trabajos del grupo.