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Jason Ringenberg: “Rhinestoned”




Por: Txema Mañeru 

Vengo siguiendo al bueno de Jason Ringenberg desde sus gloriosos tiempos en Jason & The Schorchers. Ellos fueron junto a Supersuckers. Rank & File,Social Distortion y algún otro los precursores del bien llamado cow-punk, porque tenía bastante de ambas cosas. Demostraron que se podían combinar ambos estilos con fantásticos y explosivos resultados. Su posterior trayectoria en solitario ha sido mucho más dilatada y con excelentes discos y algún pequeño bajón que otro. Ha tenido momentos de estar encima de la ola pero le ha tocado bucear y hacer labor de pico y pala en los tiempos más duros. 

La verdad es que yo no tenía noticias de él hace bastante tiempo y por eso ha sido un auténtico placer reencontrarme con sus canciones en este fantástico “Rhinestoned”, que cuenta con una guapa edición en vinilo que tenía que sacar aquí la gente de FOLC Records. Bueno, guapa es poco, porque viene en carpeta "gatefold" de las que se abre, el disco trae su propia funda interior y trae un estupendo encarte doble con textos, fotos y todas las letras. Si pasas por www.folcrecords.es, además de éste descubrirás que siguen incrementando la lista de buenos trabajos internacionales en los últimos tiempos, como demuestran los vinilos de Billy Bremner’s Rockfiles, Private Junction, The See-Saw, Hacker Ramblers o el genial Johnny Casino, que es ya uno más de los nuestros. 

 En “Rhinestoned” tenemos todo lo mejor que sabe hacer.: muchos aires country tanto en las canciones más eléctricas como en las más reposadas; letras alejadas del country standard ya que se mete en temas sociales y hasta en algunas viejas leyendas de nativos americanos y hasta el detalle de añadir algunas versiones de clásicos hechas con mimo. Es el caso del tema de la Carter Family, "The Storms Are On The Ocean", una delicia con precioso violín y acordeón de Fats Kaplin y el gran dueto vocal de una Kristi Rose que aporta buenas armonías vocales en otros temas. Me maravilla el precioso góspel "Christ The Lord Is Risen Today", con deliciosas armonías vocales que incluyen hasta a Addie Ringenberg. Además George Bradfute toca hasta 3 guitarras diferentes y el bajo. Un Bradfute esencial que se encarga de la buena producción. 

Destaca notablemente entre los músicos integrantes el citado Fats Kaplin, que tiene otros momentos realmente brillantes con la emotiva pedal steel guitar. Siempre me ha encantado el "You Win Again" de Hank Williams, que aquí Jason hace con amor y pasión, gozándola con su brutal armónica. Además recupera a unos más minoritarios, pero muy recomendables, The Ozark Mountain Daredevils, y su "Time Warp". Pero al margen de estas cuatro versiones destacan por encima de la media sus ocho excelentes composiciones propios y muy personales, como el impecable arranque con "Stoned On Rhinestones" y su ritmo contagioso junto a unas guitarras y garganta chispeantes con gritos para arengar llenos de felicidad. Sigue con los tonos pausados hermosos de "Before Love And War", con esos logrados y emotivos coros de Kristi Rose. Cierra la cara A eléctrico y enrabietado cantando a los indios nativos en "I Rode With Crazy Horse" rodeado de salvajes guitarras y acercándose a los 7 minutos de duración. 

La cara B no comienza nada mal. De hecho "Keep That Promise" nos trae una muy agradable melodía con una letra cargada de desamor. Se moja con el asunto de la segregación racial en una "The Freedom Rides Weren’t Free", en la que nos cautiva de nuevo esa pedal steel guitar y donde se nota su rabia al cantar en el eléctrico estribillo, algo Neil Young & Crazy Horse. Más recital de las seis cuerdas encontramos en la gran despedida propiciada por "Nashville Without Rhinestones", en la que no le importa repartir estopa respecto a la decadencia musical, y en el ámbito de las letras, del sonido Nashville actual. Un excelente tema lento melódico lleno de nostalgia y melancolía. Muchos de estos temas no valen para los niños, como cuando se calza las botas de Farmer John, pero son una excelente muestra de su inagotable y peleón talento. Qué dure y qué lo veamos pronto por aquí de nuevo que no se prodiga demasiado...