“Nuestras canciones evocan situaciones únicas, paraísos perdidos y acciones que te hacen montarte tu propia película”
Por: Javier González
Lo complicado no es llegar, lo realmente jodido es mantenerse. Hacerlo fiel a unas coordenadas, respetando un discurso y con el tino necesario para que cada aventura musical en la que se embarcan estos locos sea excitante y efectiva, la cosa parece quimérica. Y si encima te dicen que el contexto es España, que son una banda eminente rockera e instrumental, la tarea se convierte en un imposible. Pero claro, cuando tu banda se llama Los Mambo Jambo, está formada por tipos que tienen el culo pelado de tocar y que se saben al dedillo todo el repertorio clásico del rock and roll y el jazz, uno se da cuenta que no hay nada imposible.
Vuelven a la carga en mitad de la puñetera pandemia, proponiendo un viaje, “Exotic Rendevouz”, en el que te invitan a dejarte llevar, alejarte del ruido mediático y hacer una tourné sin necesidad de salir de tu cuarto. La poción viene cargada de ritmo y elegancia, suena exótica y adictiva. Tuvimos el enorme placer de charlar por espacio de más de media hora con Dani Nel-lo, un mito de nuestro rock, cuyo exquisito paladar musical y sapiencia histórica, nos brindó uno de esos encuentros que son oro puro. Qué diferencia entre los músicos de rock y de pop. Juzguen ustedes mismos y si no les da para entenderlo, sigan escuchando música de tendencia. Ustedes se lo pierden.
¿Qué tal Dani? ¿Cómo estáis llevando toda está maldita locura?
Dani: El primer tema del disco lo explica a la perfección: “Contra las Cuerdas”, así lo llevamos. Creo que todo el colectivo del espectáculo hemos estado así. A veces cuesta entender los protocolos de seguridad que se están llevando a cabo con respecto a la cultura. El verano pasado hicimos conciertos, no muchos, la verdad, pero realmente no se me ocurren muchos lugares más seguros que un concierto, donde se han hecho un seguimiento de seguridad bastante bien llevado. Hemos combatido la inactividad del directo trabajando de manera interna, es decir, componiendo. Nos hemos encerrado tanto durante el confinamiento como después a componer. El fruto del trabajo es este nuevo disco. Hemos tenido tiempo para hacer muchos temas. De estos hemos ido reduciendo la lista hasta doce que hemos currado a conciencia, los que se han incluido nos identifican plenamente. Estamos muy orgullosos del trabajo que hemos hecho. Comenzamos a hacer la preproducción en Septiembre del año pasado, en Octubre dijimos que había que grabarlo para Febrero más o menos, con idea de tener algo listo cuando todo se volviera a abrir. Sentíamos la necesidad vital de tocar porque para un músico negarle tocar y compartir lo que hace en directo, es negarle su existencia. La música tocada con compañeros está muy bien, pero hasta que no la compartes con el público no sabes la valía de los temas.
Personalmente, entiendo que como músicos profesionales la situación ha debido ser por momentos desesperante, pero dejando de lado todos los dramas y muerte acarreada por la pandemia. ¿Creéis que el mundo va a demasiada velocidad y que por momentos aquello de encerrarnos, pensar y estar con la familia ha podido ser bueno?
Dani: Sí, es algo que se ve reflejado en “Exotic Rendevouz”, que no deja de ser una cita exótica. No quiere decir que la vayas a tener en un paraíso, tú te puedes recoger contigo mismo y aprender cosas nuevas de referencias internas. De la literatura y la cultura popular que tú te has hecho tuya con tu criterio. Como bien dices, el hecho de recogerse y no depender de tanto estimulo exterior, del exceso de noticias y redes, de la vida retransmitida, es positivo. Se puede disfrutar de lo que uno quiera. Ahora parece que hay una “dictadura” acerca de qué hay que disfrutar en cultura y ocio, de una manera exagerada. Aquello que hacíamos de adolescentes de encerrarnos en nuestra habitación y crear nuestro mundo a través de la literatura y música no ocurre. Es un buen antídoto contra los tiempos que estamos viviendo actualmente.
“Ahora parece que hay una “dictadura” acerca de qué hay que disfrutar en cultura y ocio”
Habéis grabado unas canciones que “queman y abrasan”.
Dani: Creo que debajo de estas canciones hay necesidad de transmitir emociones, la música es emoción y el objetivo es transmitirla. A veces con la mercadotecnia y parafernalia de redes nos olvidamos, pero la música es eso. Estas canciones creo que tienen una intención de hacerlo. Tres minutos de música y un buen título para que te evoquen situaciones, paraísos perdidos y acciones que te hagan montar tu propia película.
Son temas para apagar el cerebro y dejarse llevar, pero con una continuidad.
Dani: El disco está trabajado como álbum, no como singles sueltos. Hay una narrativa desde el primer tema al último, una dinámica. Se empieza de forma cañera y luego hay más matices. Sin dinámica no hay drama que dicen en teatro y cine, pues en música ocurre lo mismo. Está concebido como un álbum en un tiempo en que la gente solo saca singles. Creemos que el álbum es una medida más humana, no en una lista de tres horas de canciones donde el cerebro no tiene esa capacidad. Al final la música se convierte en mera decoración.
A vuestra manera, Los Mambo Jambo exigís la colaboración del oyente.
Dani: No quiero juzgar porque dentro de la música hay muchos oficios. Nosotros defendemos nuestra línea de trabajo. Hemos descrito nuestra película durante diez años y lo seguiremos haciendo. No juzgo, defiendo nuestra postura.
“Dizzy” es un claro homenaje a Dizzy Gillespie, un artista peculiar que vivió una época de lo más curiosa. ¿Qué es lo que más os llama la atención de él?
Dani: Sí, es un homenaje en toda regla, el tema es de Ivan Kovacevic que es un crack. Tan Anton Jarl como él se han bregado mucho en jazz, yo tiro más hacia el rhytm and blues y el rock and roll. Dizzy es un guiño a un gran personaje capaz de marcar muchísimo a cualquiera. Se habla mucho de Charlie Parker, pero ambos se complementaban a la perfección. Dizzy no es tan maldito ni tiene esa narrativa de Charlie con esas adicciones y problemas psicológicos. Dizzy fue quien hilvano el discurso del bee-boop en profundidad, crea un lenguaje complejo y universal. Tengo un programa de jazz en Catalunya Radio, gracias a él me he dado cuenta de que el jazz es un elemento subversivo y que lo ha sido durante muchos años. Lo fue con el bee-boop, después lo fue al final de la era del swing. El swing fue elemento de resistencia en Europa, en Alemania, Francia y Polonia durante la segunda guerra mundial. La parte peligrosa del jazz a nivel musical y social es interesantísima. Pero no solo el jazz como género musical sino también ligado a la literatura de Boris Vian y toda la postura beatnik de la cultura oeste de los años cincuenta. Es una cultura que ha dado un universo muy interesante. Los Mambo Jambo no hacemos jazz, ni surf, ni rhytm and blues puramente, cogemos elementos y los mezclamos. Esa manera es la que ha creado nuestro criterio musical. Cuando militas en un estilo con parámetros muy cerrados estás jugando con las normas de otras personas y nosotros queremos tirar de nuestra propia ley. Si militas en un nicho musical siempre hay alguien que te complete. Hemos ampliado ritmos, sonoridades y armonías para hacer crecer nuestro vocabulario dentro de lo que es el lenguaje del rock and roll.
En lo relativo a las canciones quiero destacar “Baraba Cumbero”, es muy llamativa, sinuosa y cambiante, nuestro compañero Txema Mañeru en su reseña la compara con alguna canción de Henry Mancini.
Dani: En realidad el disco está mal editado. “Baraba Cumbero” es “Disparo al Agua” y viceversa. Son fes de erratas que saben mal. De hecho “Disparo al Agua” es un guiño por “Shot in the Dark” el tema de Henry Mancini, la del Inspector Gadget. Bien por Txema que se ha dado cuenta. Es un tema con un contrapunto que viene muy bien, la melodía la lleva la guitarra y el saxo está por detrás. Lo trabajamos a propósito para que el saxo no esté en primer plano todo el rato.
“Las listas de reproducción de canciones convierten la música en mera decoración”
Cinco discos más tarde aquí siguen Los Mambo Jambo. ¿Hay que tildarlo de éxito, afán de supervivencia o pura locura por el rock and roll clásico y todos su derivados?
Dani: Creo que hemos superado las barreras… Al dedicarnos como banda a hacer rock and roll instrumental creo hemos pasado la barrera de que esto se acabe tras dos discos. Sí, es un proyecto suicida del que creo se puede hablar con relativo éxito, éxito alejado de los biopics que nos llegan sobre música que muestran otro tipo de triunfos. Muchos músicos pueden sentirse frustrados al verlos. La narrativa del éxito de Hollywood no es así. Defino el éxito de Mambo Jambo con perseverancia, sabiendo hasta dónde podemos llegar y donde no. Llevamos muchos años tocando, como banda y en otros proyectos, sabemos que no llenaremos el palacio de Deportes con fans histéricos. Hacer lo que hacemos con este bagaje es un éxito.
Por cierto, ¿disfrutan más Los Mambo Jambo siendo ellos, jugando con otros compañeros de profesión, tipo Barrence Whitfield, o llevando adelante formatos brutales como Akresta?
Dani: Son diversas caras que disfrutamos. Es como un escritor que toca varios géneros. Son diferentes partes del oficio y de la vocación. Tocando solos, mostramos cómo es el proyecto. Desde el principio nos ha gustado colaborar con otros artistas, hacerlo con Barrence que piensa que no hay que hacer prisioneros en el directo y darlo todo, es una alegría. Lo que hicimos con Akresta fue un cierre de ciclo, con un repertorio que necesitaba renovarse. Fue una manera de despedirse, revestimos ciertos temas con trajes de etiqueta para decirles que nos vemos dentro de un tiempo. Lo que hemos hecho ahora es comenzar una nueva etapa, dentro de una formación que lleva diez años de andadura. Es excitante y necesario. El público también nos lo va a agradecer.
Tengo una pregunta curiosa… ¿Hay clubes a lo largo y ancho de España a la altura de presentar un directo con un repertorio y una estética cuidada como la vuestra?
Dani: No te creas que son pocos. Hay salas míticas que han luchado contra las circunstancias, con una tradición muy buena, que han hecho que bandas como nosotros puedan existir. Algunas son más cuidadas y esforzadas, pero no nos podemos quejar de las infraestructuras que tenemos. Hemos tocado en México, Brasil, Francia y Austria, donde hay un circuito de rock interesante. En nuestro país hay garitos enanos de muy poca audiencia y por otro lado están grandes escenarios. El escenario medio de 200 a 600, es el complicado de aguantar, llevándolo con una programación diaria o semanal. Es algo titánico. Felicito a los locos que se dedican a ello. Si hubiera más, sería mejor, si tuvieran más dinero para invertir todavía mejor, pero es lo que hay. Y hay un montón de salas en todo el territorio que son ollas a presión porque cuentan con público que tiene criterio y están educados en los diversos géneros de músicas de raíz, de rock y de punk.
Observando la escena desde relativamente cerca, somos afortunados por contar con semejante bagaje de grandes bandas de rock clásico.
Dani: Creo que hay muy buenas bandas y cada vez son mejores. Y a nivel del oficio de músico, hay muchas escuelas superiores que saben tratar la música que ellos llaman moderna. En diferentes formaciones tipo Akresta o Saxofonistas Salvajes, tocamos con músicos jóvenes muy preparados. Quizás el rock llega menos a los medios, pero no nos quita el sueño, cada vez vamos ampliando aforo. Es una lucha que se da cada noche. Y el público es transversal. En nuestros conciertos hay gente de nuestra edad y más mayor, mezclada con bastante gente súper joven.
Imagino que tiene que con que el rock and roll visto a escasos metros, con tipos curtidos, destilando estilo y sabiendo qué tienen entre manos impacta mucho.
Dani: Nosotros donde vendemos más discos es después del concierto. Hacemos un intercambio de música y emoción, la gente quiere una prueba de ello. Este año iremos poco a poco con los directos. Siempre comentamos con otros compañeros músicos que hay que reaccionar a lo ocurrido y arrimar el hombro. Está muy bien quejarse, pero es momento de tener actitud positiva y que cada concierto sea inolvidable, para el público y para nosotros. La gente tiene que salir con la sensación de haber visto algo único y a valorar. No nos vamos a entregar a medias. Hay que pensar que cada bolo será el último. Nos han puesto el espejo adelante para decirnos que estemos al loro que esto puede ser así. Hay que adaptarse. A mí me ha ayudado pensar en músicos en momentos difíciles de la historia y darme cuenta que se ha tirado para adelante. Nosotros también y ya se verá qué ocurre. Hay que estar listos para servir y comunicarse con la gente.
¿Qué valoración haces de toda una vida dedicada a la música de raíz con la dificultad que conlleva?
Dani: Se me hace difícil valorar a la gente y más a uno mismo. Creo que es una cuestión que corresponde más a interlocutores externos. Se me hace complicado tener perspectiva. Tengo cierto orgullo por llevar 35 años de carrera y no haber tocado una nota que no me hubiera apetecido tocar. Par mí es un éxito interno. Lo que digan las cifras me da igual. He tocado con gente increíble como Nick Curran, Barrence Whitfield, Mike Sánchez y gente de aquí muy buena. He visto diferentes aspectos del negocio, del mercado del pop y rock. Mainstream y underground. He participado en proyectos pequeños de sala con bandas amigas. Veo todo esto y pienso que sí, que con diecisiete años me hubiera gustado verlo. Es lo que quería hacer desde adolescente, vivir de la música y de mi saxofón. Hacer la música que hago. He grabado para otros proyectos, he hecho música para teatros. He visto la música con amplitud y me gusta seguir viendo la experiencia.