"Nos resulta más fácil correr hacia la banalidad que mirar lo que tenemos a nuestro alrededor"
Por: David Marsé
El cuarteto de Talavera de la Reina presenta por fin su disco largo debut, "El mal de la juventud", un trabajo prácticamente compuesto de todos aquellas canciones que en los últimos tiempos nos han ido presentando en pequeñas dosis. Ahora, todas juntas, nos ofrecen el verdadero espejo de esta banda, que yendo desde el pop clásico a los preceptos originales del indie local y regado todo por un incendiario espíritu punk, consigue dar forma a un ácido y excitante retrato de la cara oculta de la generación del selfie y la impostura. Hablamos de todo ello con su cantante y letrista Sergio Sanguino.
Tras un tiempo publicando singles, ahora llega por fin vuestro primer disco largo, ¿qué ha sucedido para qué ahora os hayáis decidido a dar el salto a dicho formato?
Sergio Sanguino: Era algo necesario, queríamos cerrar el círculo publicando singles y alguna canción nueva. Nos apetecía hacer el viaje del tirón, sin escalas, yendo desde la rabia a la melancolía.
Aunque haya alguna incorporación nueva, las canciones del disco en su mayoría ya las conocíamos, ¿no os planteasteis en ningún momento hacer un trabajo con composiciones inéditas y que reflejaran vuestro momento actual?
Sergio Sanguino: No. El próximo disco, en el que ya estamos trabajando, estará compuesto por temas inéditos. Pero queríamos que el primero reuniese las canciones que hemos ido publicando y que para nosotr@s define nuestro camino hasta aquí.
A pesar de que en la actualidad para mucha gente la manera de escuchar música está lejos del concepto “álbum”, ¿sigue teniendo vigencia y sentido para vosotros?
Sergio Sanguino: Si, el álbum te permite desarrollar un concepto. La forma de escucharlo es importante, aunque entendemos que el público se quede sólo con algunos singles.
De todos esos singles seleccionados para formar parte del disco se quedó fuera “Fumata blanca”, ¿es consecuencia de una criba estilística o hay otros motivos?
Sergio Sanguino: Es una criba estilística total. A pesar de que la seguimos tocando en directo, nos parecía que no encajaba muy bien dentro del concepto del disco.
Y a la hora de juntar y reunir todas esas canciones que ya teníais, ¿buscasteis un orden y un sentido a la hora de presentarlas todas juntas? Porque el disco parece manifestar según avanza un estado de ánimo más afligido y descreído...Sergio Sanguino: Efectivamente, el orden forma parte del viaje que queremos contar. Es un disco no muy largo, se puede escuchar en un trayecto corto de coche o el tiempo que tardas en prepararte para salir de casa, desde que entras a la ducha hasta que sales por la puerta.
Una canción como “No Logo” parece lanzada como una directa radiografía de una generación en la que parece primar la apariencia más vacía...
Sergio Sanguino: Definir a una generación con un conjunto de características comunes es algo arriesgado. Pero es cierto que hemos ido enlazando una crisis detrás de otra sin hacer nada concreto para no volver a caer en los mismos errores. Hemos caído en una trampa que nosotr@s mism@s nos hemos puesto. Nos resulta más fácil correr hacia la banalidad que mirar lo que tenemos a nuestro alrededor.
Al margen de una canción tan directa como esa, en vuestras letras se cuelan historias de relaciones personales pero en las que se trasluce la mirada a todo un modo de vida contemporánea, ¿es lo que veis a vuestro alrededor el mayor alimento para vuestras letras?
Sergio Sanguino: Las letras tienen algo de confesional, crudo y directo. Las drogas, el sexo, el rechazo, la dificultad para aparcar en el centro y el corte de pelo de Isabel Díaz Ayuso, forman parte de nuestro mundo. Aunque no quisiéramos, se colarían de todos modos en nuestras canciones.
Creo que con la canción “12 de octubre” tuvisteis algún problema de censura en redes, quizás sea el hecho más significativo para dar la razón al escenario que plantea la canción…
Sergio Sanguino: Pues si. A los españoles nos pone mucho el fraticidio. Eso de las dos Españas es la zanahoria que hace que algun@s burr@s sigan caminando, si se la quitas pierden su objetivo y se lían a dar coces contra toda realidad que no se parece a la suya.
Vuestro sonido parece tener dos tendencias, que incluso tienden a aparecer juntas en ciertas canciones, como son un pop melancólico y una más fiera y guitarrera, ¿hay alguna de ellas que os nazca de manera más natural que otra?
Sergio Sanguino: No. Somos de las dos, nos mola fuerte y flojo.
Muchas canciones, o por lo menos sus títulos, hacen referencia a otras disciplinas alejadas de la música, como “No Logo”, “Ana y Otto”, “Ladrones de Cuerpos”, “El mal de la juventud”... ¿sois una banda que al margen de las influencias musicales también os marcan en el resultado definitivo otras manifestaciones artísticas?
Sergio Sanguino: Si, somos consumidores de contenido artístico, pero al mismo tiempo lo popular nos interesa. Pepe es realizador, Ada profesora y Paula y yo venimos del mundo del teatro. Supongo que todo nos influye, igual también hay un poco de complejo y queremos hacernos los culturetas porque venimos de pueblo.
Canciones como las vuestras, con ese cierto ánimo melancólico y desesperanzado funcionan muy bien como un claro reflejo de estos tiempo de pandemia e insatisfacción que vivimos, pero, ¿antes cuando podíamos hacer todos los planes que quisiésemos, no estábamos en el fondo igual de desamparados?
Sergio Sanguino: Si si, la bajona generacional lleva con nosotr@s desde que supimos que dentro de Espinete había una actriz mal pagada. Creo que hay un momento en la vida en que el desencanto se va a vivir contigo y no hay manera de echarle.
Al igual que sucede con otros aspectos, en donde lo que sucede fuera del eje Madrid y Barcelona tiene menor repercusión, ¿sentís que en el mundo de la música también es más complicado proviniendo, como es vuestro caso de un lugar como Talavera de la Reina, conseguir repercusión más allá de vuestra zona?
Sergio Sanguino: Si, lo de ser de provincia a veces condiciona. Como banda es difícil quitarte el complejo de cartuli de pueblo. Pero una vez que lo aceptas es maravilloso.