Last Days Of April: “Even The Good Days Are Bad”


Por: Txema Mañeru

Los suecos encabezados por la personal voz de Karl Larsson cumplen un cuarto de siglo de vida, y lo hacen con un esperado y muy logrado trabajo, ya que su anterior, “Sea Of Clouds”, salió hace ya 6 años. Se trata de su disco número diez y atrás han quedado ya definitivamente esos sonidos cercanos al emo y el hardcore. En los últimos tiempos, en especial, y en este último disco en particular, lo suyo es ya puro rock alternativo con algunos buenos destellos de pop-rock y con algunos aromas cercanos a la música de raíces americana pero en su ámbito más rockero. No en vano en discos pasados han colaborado hasta Evan Dando (The Lemonheads) o Tegan & Sara.

“Even The Good Days Are Bad” (Tapete Records / Gran Sol) acierta desde su título, aunque pueda tener ciertas connotaciones pesimistas. También acierta en su brevedad al ofrecernos tan solo 8 temas pero sin ninguno de ellos bajando del notable. Comenzando por el gran tema titular y su buena combinación entre guitarras y sintetizadores, su buena melodía y su estribillo pegadizo, envuelto todo ello por cuidados arreglos. En "Had Enough" brilla el mellotrón de Fredik Hermansson y nos trae otra muy pegadiza melodía y buenas voces a dúo. Suena más rockera "Turbulence", con su buena combinación de guitarras en diferentes tonos y que suponen un buen cierre para la cara A.

La B empieza con la historia confesional de "Alone",  enérgica y rockera con unos riffs que parecen sacados del Lou Reed de los 70. "Hopeless" sigue con las historias tristes y "Anything" nos trae una deliciosa melodía pop con una muy buena comunión entre guitarras y sintetizadores. Pero la cumbre son los más de 8 minutos finales de "Downer", un tierno tema que algunos dicen que recuerda a Fleetwood Mac, aunque yo le veo más algo de Elliott Smith y de Chris Isaak por esa guitarra con eco. El colofón un glorioso estribillo final que nos repite "Something Never Change”. Gran remate para un disco que el propio Larsson nos recomienda oír lo más alto que podamos y la verdad es que así suena mucho mejor. ¡Final fácil, ojalá que no haya que esperar otros 6 años para un disco tan conseguido como éste!