Qué agradable es encontrar trabajos que sorprendan por cuestiones tales como sonoridades inesperadas y temáticas valientes, pero que a la vez sean capaces de ser fieles a una filosofía de banda como la que llevan años mostrando Kokoshca disco a disco, puesto que con la tontería este que hoy nos ocupa es el sexto de una trayectoria firme, pero, por favor, vayamos por partes porque hay muchos que desentrañar.
“KOKOSHCA” podría ser un disco más en la andadura de los navarros, pero mucho me temo que no será así, o al menos no debería serlo, porque su rumbo, asentado en un pop-rock deudor de ciertas veleidades punk, presentes también en su nuevo cancionero qué duda cabe, se ve en esta ocasión desbordado por los lados, introduciendo variantes en el mismo que les llevan a nuevos territorios sonoros realmente interesantes, haciendo brillar una buena colección de canciones donde hay momentos para emocionados homenajes, canciones de des/amor y hasta un pequeño y llamativo dolor por el sentimiento sobre España que parece mostrar una cierta pesadumbre casi noventayochista por un conflicto que todavía no hemos logrado resolver como país.
El pop reluce con “Asia” (Canción para Iñaki Ochoa de Olza), particular dedicatoria al montañista tristemente desaparecido, que no esconde ese palo al capitalismo y sus ritmos, abogando por otra forma de vida, en cortes como “Regresando a la Ciudad”, donde Iñaki y Amaia demuestran que son dos jefazos empastando voces, tirando de castañuelas, en un corte de amor nostálgico, ambientado en una urbe conservadora, y puras catedrales hechas himno como “Confusión”; los aromas garajeros-punk de “Te Sigo Esperando”, donde sus compañeros de escudería Mujeres les llevan a su maravilloso lado oscuro, y “No Quiero Cambiarte”, con esa reivindicación para mal o bien del carácter español.
Hay tiempo para cañonazos directos como donde Amaia nos convence con vehemencia de que la pesadilla terminará, “Voy a Salir de Esta”, con esos ecos al “Sweet and Tender Hooligan” de The Smiths pero desde esa vertiente aún más popera que le dan los teclados, y “El Rayo”, curioso tema que por momentos les acerca a León Benavente.
Sorprendentes son cortes como “Lo Tiro” con esos aromas casi dub, funk, rollo Madchester, y esa historia con tufillo a realidad, de hecho se cita a Luis, el capo de Sonido Muchacho, la casa para la que graban, e “Himno de España”, con esas palmas tan deudoras de “La Leyenda del Tiempo” y esa evolución a lo Pony Bravo, donde sangran jirones de piel, cantando a esa España en blanco y negro donde no caben los tonos grises, siendo todo un conmigo o contra mí aún a día de hoy.
“Aire” es el corte encargado de cerrar el disco entre aromas afrancesados, donde la señorita Tirapu se nos revista en una suerte de Jeannette hasta conseguir emocionarnos, casi al punto de la lágrima, pero desde una forma positiva y luminosa, sensación que pese a lo crítico del álbum prevalece al dejar de sonar.
De sobra sabemos que el nuestro no es un país justo, en muchos aspectos del día a día, pero sobre todo en lo relativo a lo musical; si lo fuera, este “KOKOSHCA” debería situar a los norteños como una de las bandas de referencia del panorama. Han editado diez canciones reconocibles, arriesgadas con afán de salir de su zona de confort, entregando un disco de tripas al que es muy sencillo abrazar. Qué ganas de verles, entrevistarles y cuando se pueda darles un fuerte abrazo, acompañado de un rotundo enhorabuena.