Entrevista: Edu Errea


"Necesito sentir la canción cuando la canto"

Por: Kepa Arbizu

Esas eternas e interminables llanuras a las que tantas veces nos remite el rock americano deberían de enseñarnos que dicho género, pese a lo que pudiera parecer en ocasiones, tiene una inmensa capacidad para aceptar y admitir muy diversos puntos de vista. Con esto no se quiere decir que Edu Errea dé por completo la vuelta a las costuras de los sonidos de raíces, pero sí que aunque estemos solo antes su segundo disco, "Just a Dream (Philatelia Records/No Aloha Records, 2021), ha conseguido demostrar que su personalidad, sin olvidar que gravita esencialmente entorno a representaciones clásicas, evita detenerse ante una recreación más o menos estandarizadas de ellas

Sus nuevas composiciones, por si no hubiera quedado claro con las que formaban ya su debut, "Travelling", tienen la aspiración de recrear y desviarse por recorridos que con un pie se sostienen en el clasicismo, pero con otro se sienten cómodos en los éxtasis guitarreros de bandas como Wilco o My Morninng Jacket. Versatilidad instrumental -bien propiciada por una excelente banda- que por si fuera poca su valía en cuanto a calidad se presenta como el escenario ideal para ofrecer las siempre existentes turbulencias emocionales, de las que también nos habla en esta entrevista este navarro que con solo dos trabajos a sus espaldas ya le señalan como uno de esos gloriosos y necesarios versos libres del panorama.

Con este nuevo disco, ”Just a Dream”, confirmas que tu sonido está claramente influenciado por las raíces norteamericanas, pero igualmente demuestras que no pretendes quedarte solo en esa parte tradicional sino que buscas crear tu propio espacio, donde tienen cabida expresiones más contemporáneas, como “Feel All Right”, momentos de tensión casi postpunk, “I Like Rock and Roll (But I Don’t Like You), o incluso folk evocador, “Ojos perdidos”. ¿Es un disco en ese sentido con el que has intentado confirmar tu propia y variada personalidad?

Edu Errea: Bueno, para mí es fundamental que cada canción que escribo tenga algo que me apasione de ella. No me pongo muchas más reglas que esa. He escuchado mucho Rock and Roll Americano, pero también mucha música negra, Rock and Roll clásico y pop. No soy un melómano obsesivo, escucho bastante cosas pero suelo dar muchas vueltas a mis discos de siempre. Cuando cojo la guitarra con ánimo de hacer algo nuevo tiendo hacia temas más bien folk. Pero hay algo que me importa especialmente, y es no repetirme. Y no es fácil, pero como indicas he intentado que hubiera cosas distintas. De hecho en algún momento me preocupó que no supiéramos encontrar un hilo conductor, y a veces, cuando escucho el disco tengo dudas de si "The Brooklyn Store" y "Ojos Perdidos" pueden estar en el mismo LP. Paco Loco opinó que sí, cuando le planteé mi duda. Él me dijo que existía ese hilo conductor en el disco: mi forma de cantar (no sé fueron exactamente esas palabras, pero creo recordar que es lo que me dijo). 

Son canciones que destacan por los desarrollos y la búsqueda de texturas y ambientes más complejos, ¿estaban pensadas de esa manera desde un primer momento o han ido evolucionando según ibas trabajando en ellas? 

Edu Errea: El disco ha partido de mis ideas iniciales, pero ha sido trabajado en local de ensayo por otras tres personas, que han aportado sus ideas. Solemos decir que llevo al local unas canciones “demasiado bonitas”. Que no suene pretencioso, porque en realidad, el problema es que ese demasiado bonitas más bien quiere decir “algo empalagosas”. Y de eso ha tratado este trabajo: de dar a cada canción algo que la hiciera especial, que le eliminara algo de la dulzura con la que tengo la maldita costumbre de hacer canciones, y que nos dejara satisfechos. 

Un ejemplo para ilustrar todo esto es la canción que abre el disco, “Next Weekend”. En principio pretendía que fuera un tema de guitarra acústica y voz, quizás con un pedal steel y algún coro. La banda hizo un trabajo instrumental increíble, pero con su estructura inicial seguía resultando algo melosa. Por eso entre los cuatro músicos que preparamos la grabación, buscamos una especie de deformación  de la canción. Se trataba de introducir disonancias y ruido hasta casi destrozarla. Nada que no se haya hecho, es un poco "Sunken Treasure" o alguna otra canción de Wilco, o "A day in the live", por decir algunas referencias. Paco supo captar la idea, y me parece el mejor comienzo posible para este "Just a Dream".

Sólo en una de las canciones del disco, la última de la primera cara ("Goodbye"), no conseguimos un resultado satisfactorio en el local. Paco Loco se encargó de darle la vuelta y darnos una lección de producción que nunca olvidaremos (al menos, yo).

Está quedando clara la importancia de la banda en el resultado final del disco ¿tuviste claro desde el principio quiénes iban a ser tus acompañantes?

Edu Errea: La banda se creó para presentar en directo "Travelling", y aportan musicalmente justo lo que mis canciones necesitan, lo tengo clarísimo, y por ello, fuimos todos juntos al estudio de Paco Loco.

Paco Loco es otro de los nombres que has citado repetidamente, ¿era él, y su forma de trabajar, la que has tenido en mente desde un primer momento para apoyarte en este disco o fue algo que surgió espontáneamente?

Edu Errea:  Paco es íntimo amigo de mi hermano Pablo (con quien comparte bandas, Australian Blonde, Jaguares de la Bahía). El guitarrista de mi banda me lo sugirió, y llamé a Paco. Le expliqué un poco de qué iban las canciones que estaba escribiendo. Cuando le llamé, solo había escrito cuatro de las que al final están en disco. Algo me decía que en unos meses tendría material suficiente, y tenía la necesidad de ilusionarme con un proyecto así.  

Allá por julio del año pasado tuve  un episodio de escritura compulsiva ("Writing songs, "Feel all right", "The Brooklyn store", "Goodbye" y "The last time i´m gonna fall", quizás las mejores cinco canciones del disco las escribí en unos pocos días) y en ese momento llamé a Paco y cerré las fechas de la grabación. En realidad, no sabía mucho de su forma de trabajar. Sabía de su calidad humana por mi hermano. Tenía dudas de que mi estilo musical le gustara, y que le apeteciera trabajar conmigo. Las dudas se me quitaron hablando con él, me dijo que le gustaban las maquetas que le mandé, y que quedaría guay.

Teniendo en cuenta que en el disco resulta esencial el poder y el colorido que transmiten las guitarras para recrear esos ambientes, ¿el hecho de que también Paco Loco haya aportado instrumentalmente en ese aspecto le ha convertido en más importante todavía?

Edu Errea: En efecto, Paco ha aportado matices, ideas, ha grabado algunas guitarras también. De todas maneras, el trabajo de guitarras ha sido principalmente obra del guitarra solista de la banda, un músico con ideas brillantes, y además muy metódico. Tras la grabación, salió de la banda, pero su increíble trabajo está reflejado en el disco y yo estoy eternamente agradecido.

En estos tiempos es inevitable preguntarte por la manera en que ha influido (de haberlo hecho), tanto profesionalmente como artísticamente, en el resultado final del disco el hecho de estar inmersos en esta pandemia, con las consabidas restricciones…

Edu Errea:  En lo artístico no creo que la pandemia haya influido en exceso, honestamente. Quizás lo único que tantas horas en casa han provocado también más tiempo para sentarme tranquilo y escribir. No obstante, la mayor parte de las canciones las escribí cuando pudimos salir. En lo profesional, ya sabes lo complicado que está tocar. Pero la realidad es que éste se trata un proyecto musical con una trayectoria aún breve, por lo tanto poco conocido, y algo fuera de las tendencias actuales. Si le añades que no tenemos 20 años (así que no es fácil coger la furgoneta para recorrerse el país), son ya muchos factores en contra. No pienso echarle la culpa a la pandemia si no tocamos más. Confío en que cuando salga este disco, tenga más difusión, y haga que más gente se interese por él. Si eso ocurre, supongo que saldrán más oportunidades de salir a tocar.

Observando el contenido de los textos del disco, al igual que su título ("Just a Dream"), y su contratítulo (Just Married), parece claro que estamos ante la historia de una relación amorosa y sus continuos altibajos. No sé si era la idea global del disco representar esa situación y hasta qué punto es la representación de unos hechos reales y personales...

Edu Errea:  El título del disco, y el artwork, es obra de mi hermano. Y fue idea suya una vez escuchado el disco. La mía era titularlo "Writing songs", porque cuando escribí esa canción, tuve la sensación de que habría un buen LP. Sin embargo, mi hermano, a la hora de diseñar, no estaba convencido. Yo me dejé llevar. Me gusta que otros aporten su punto de vista a lo que hago. "Just a Dream" es un pequeño fragmento en la letra de "Writing songs". Pablo me envió esa foto tan curiosa, con el título, y me encantó. Estéticamente me recordó a algún disco de Chris Isaak, uno de mis cantantes favoritos. Y en cuanto al título, me pareció muy representativo de las canciones y de mí, porque soy algo soñador. 

Y sí, el disco habla de mis relaciones personales, principalmente. En este aspecto es una continuación de "Travellíng". El amor y el desamor son mis principales motivaciones para escribir. La novedad es que en este disco hay canciones que mezclan ambos sentimientos en la misma pieza. Y son canciones que cuentan cosas de mí, pero tiendo a escribir un poco en clave, guardándome algunas cartas. A veces, por muy obvio que haya algo en la letra de una canción, puede no ser del todo real. Como digo también en "Writing songs, “escribir canciones es truculento”. Por eso, en mis canciones hay cosas reales, pero también cosas que he podido imaginar, mis sueños…

En ese mismo tema también dices que las canciones tienen el poder de sanar, ¿en tu caso, y en este disco en concreto, ha sido así?

Edu Errea: En ese momento lo sentí así. No soy la persona más estable del mundo. Puedo sentir una cosa y la contraria sin mediar demasiado tiempo. "Writing songs", en cuanto a su letra, es una canción un tanto engañosa. Si te fijas, la primera frase del estribillo dice “escribir canciones es agotador”. Pero no es el hecho en sí de escribir canciones lo que resulta agotador para mí, sino  que hasta ahora, para poder escribir esas canciones necesito experimentar emociones fuertes. Las semanas previas a escribirla fueron muy difíciles para mí, y al final acabé hablando sobre ello. Pero escribir canciones no es agotador, como digo en ella, sino lo que necesito, desgraciadamente, para hacerlo. Lo explico porque alguien podría pensar que vengo a venderme como un currela de la composición, y no lo soy; soy anárquico y poco metódico. Eso sí, el día que siento esa necesidad, se acaba el mundo y puedo estar 20 horas con la guitarra y el bolígrafo hasta tener la canción. Hace poco escribí una en el transcurso de una tarde, y la terminé de grabar, agotado, a eso de las 3 de la mañana en mi pequeña grabadora portátil. 

Creo que el aspecto más llamativo del disco son precisamente esos cambios de “ánimo” musical, que antes apuntabas, que a veces se adivinan dentro de una misma canción, ¿has buscado trasladar al aspecto musical esa sensación de vaivenes emocionales que contienen los textos?

Edu Errea: Está guay que me preguntes esto. Supongo que los vaivenes que escuchas en mis canciones son, de alguna manera, mis delatores. Siempre he sentido la música así. Improviso cuando toco, para desesperación (a veces) de mi querido batería. Necesito sentir la canción cuando la canto, y eso me hace, a veces, ralentizarla o acelerarla en un momento dado. O cantar muy bajo, o subir el volumen en un momento dado. No sé si tiene sentido o no, es lo que a mí me sale de dentro cuando interpreto una canción mía. 

Por otro lado has pasado de autoeditarte a que ahora lo hagan dos sellos minoritarios pero con buen gusto como Aloha Records y Philatelia Records, ¿querías para este nuevo disco el apoyo de un sello o fue algo que sucedió sin buscarlo especialmente?

Edu Errea: Busqué el apoyo de sellos discográficos, en búsqueda de algo más de difusión y de oportunidades. Su interés fue inmediato, y están muy involucrados. Son sellos minoritarios, como dices, pero con muy buen gusto, y Miquel y Jordi dos tipos con mucho conocimiento musical. Yo confío en que esto sea un comienzo de cosas muy bonitas. 

Cierras el disco con una canción en castellano, “Ojos perdidos”, ¿qué significado tiene ese cambio de registro en el idioma dentro del álbum?

Edu Errea: Ojalá encontrara la manera de escribir en castellano de una forma que me resultara satisfactoria para mis canciones. A día de hoy, esta es la única en castellano que he escrito. Rescaté este tema para algún directo. Es una canción que tiene casi 14 años, que escribí cuando nació mi hija Naroa (futura rockera, por cierto, no para de escuchar a los Jayhawks y a Bowie). No sé porqué lo hice en castellano, no lo recuerdo. Me gustó tanto el rollo que cogió al final con la banda que decidí meterla en el disco. 

¿Hay que ver en esa utilización del castellano un posible aviso  de intenciones para próximas grabaciones o ha sido algo puntual?

La verdad, lo dudo mucho, yo creo que ha sido algo puntual. No sé si habrá un próximo disco, así que no puedo saber si será en castellano... Más bien pienso que, de haber un siguiente álbum, será muy minimalista, con menos producción, y más centrado en la esencia de mis canciones. Y en inglés, al 99%. Todavía no dominando ese idioma lo que me gustaría, es súper agradecido a la hora de escribir canciones. El castellano con todas sus esdrújulas... a mí me resulta imposible. 

Eso es un poco lo que me ronda la cabeza, de hecho tengo ya escritas algunas canciones, y fragmentos de otras, y creo que es posible que la cosa vaya por ahí. Pero quién sabe. Ahora mismo, lo principal es presentar el disco en directo, algo que haremos a partir de septiembre.