Por: Txema Mañeru
Este fascinante nuevo libro de Eduardo Izquierdo tenía que estar en la gran colección “Buenas Vibraciones” de Efe Eme. Y es que, a pesar de su título, “Héroes Malditos”, el libro emite fantásticas vibraciones. Recuerda a grandes perdedores, te descubre a muchos que no conocías y te proporciona enormes ganas de volver a escuchar a muchos de estos genios incomprendidos e infravalorados. Yo por ejemplo estoy que no paro con Nikki Sudden y Blaze Foley y pronto me toca el amigo Jeffrey Lee Pierce y sus The Gun Club.
En dicha colección sucede a otros dos pesos pesados de la editorial y con dos obras también más que recomendables. El anterior es “Prefab Sprout: La Vida Es Un Milagro”, de Carlos Pérez De Ziriza, y no debe dejarlo pasar ningún seguidor de tan elegante banda de pop, mientras que los amantes del soul tienen cita obligada con “La Tierra De Las Mil Danzas. Los Grandes Del Soul”, que no podía firmar más que el maestro Luis Lapuente. Puedes conseguir estos y otros libros de todos estos autores destacados en www.efeeme.com.
“Héroes Malditos” lleva como acertado subtítulo el de "Ilustres talentos del Rock condenados por la mala fortuna o la desgracia". Un total de 33 leyendas malditas o de culto por las 33 revoluciones por minuto de los elepés. 212 amenas páginas ordenadas cronológicamente por la aparición de estos grandes músicos en la historia de la música. Cada uno de los capítulos está acompañado por guapas fotografías a toda página. Tienen también, por cierto, brillantes y certeros títulos que definen a la perfección en pocas palabras a los músicos analizados. Otra magnífica idea es la de entresacar frases destacadas sobre cada uno de los elegidos. Algunas con su propia firma y otras de seguidores músicos y escritores mucho más populares.
Antes tenemos una buena introducción aclaratoria de quiénes han entrado y por qué y quiénes se han quedado fuera por unos u otros motivos. Como suele decirse no están todos los que son pero sí son todos los que están. Algunas excepciones también se dan porque al final ha primado el factor humano del propio Eduardo. Puede ser discutible el grado de heroísmo y también el de malditismo, aunque de lo último algo menos. Así tenemos algunos nombres algo más conocidos y con algo menos de malditismo como los citados Nikki Sudden, Jeffrey Lee Pierce, Mama Cass Elliot (The Mama’s & The Papa’s), Robert Gordon, Chris Spedding, Neal Casal o el inclasificable y de culto total Kevin Coyne. Luego descubrimos a ciertos artistas que no conocíamos por su nombre pero sí por sus respectivas bandas, como son Pete Ham (Badfinger) o Andrew Wood (Mother Love Bone). Otros son descubrimientos casi totales para mí como es el caso de el gran Bobby Charles (del que conocía sus temas para otros), Chan Romero, Lew Lewis o Mia Zapata.
Entre las explicaciones de Edu nos deja claro que hay nombres que se han quedado en el tintero y que puede haber una segunda entrega (¡ojalá que sí!). Igualmente nos cuenta que quería meter al gran Silvio, pero que se decidió no meter 2 o 3 españoles junto a anglosajones. Yo me apunto a un segundo volumen anglosajón o internacional y sugiero nombres para el volumen español a sumar al de Silvio, como podrían ser los de Solera, Dogo, Eskorbuto, R.I.P., Rafa Berrio, Fernando Alfaro, Los Hermanos Dalton, Breis, Dani Merino o Txetxu Altube (Los Madison), pero seguro que al autor se le ocurren algunos otros mucho más apropiados. El actual volumen se lee con suma facilidad y se puede picotear entre tus artistas favoritos o entre los que tienes más ganas de descubrir. El fin de este libro era precisamente el sacar algunos de esos oscuros nombres a la luz e incitarnos a su escucha y lo logra a la perfección.
Mira que soy seguidor de Edu y me he leído casi todos sus libros, de hecho me encantan los de su trilogía de los grandes, Bob Dylan, Johnny Cash y Elvis Presley., su “Guía del Country-Rock”, el de Jim Morrison & The Doors o el reciente y divertido ensayo “Los Sureños No Llevan Paraguas”, junto a un Eloy Pérez que tiene agradecimiento especial por su aportación, sobre todo con el gran Nikki Sudden, pero, a pesar de todas esas grandes obras, ahora mismo este “Héroes Malditos” ocupa el lugar de mi favorito.