Por: Javier Capapé
Resulta complicado escribir la reseña de uno de los discos más esperados de los últimos meses. Y más teniendo en cuenta que se trata del último trabajo de una de las bandas con más personalidad de nuestro panorama patrio. Resulta difícil hablar de "V.E.H.N." siendo neutral, aparcando filias y fobias, pero al igual que es un reto lanzarse a la aventura que nos abre este disco, ocurre lo mismo al intentar desentrañarlo. Love of Lesbian lo han vuelto a hacer con su noveno trabajo. No dejarnos indiferentes. Atraparnos en su particular universo, hacernos partícipes de su viaje épico. Y el resultado es todo un mundo, un abanico de posibilidades que se abren para cada uno de sus oyentes. Una suerte de terapia, de contacto con la realidad a la vez que de expansión de nuestras posibilidades. Un viaje épico y muy personal hacia la nada (o quizá sería más oportuno decir hacia el todo).
El cuarteto ha canalizado emociones nuevamente como solo ellos saben hacerlo, permitiendo que sus canciones sean elixir y antídoto para muchas de las situaciones que diariamente vivimos y nos atormentan, o sencillamente nos acompañan (que con eso a veces ya tenemos bastante). Aunque estas doce canciones no pretenden reflejar el momento actual de forma directa tienen mucho de ese ahogo que hemos vivido, de esa necesidad de dar un paso para empezar de nuevo, de esa capacidad para transformarnos desde los escombros. Hay verdad y actualidad en estos temas, claro que sí, pero ante todo son un viaje interno hacia nuestro yo, quizá más desprovisto de profundas reflexiones como ocurría en el "Poeta Halley", pero igualmente efectivo.
Canciones vestidas de pop elegante, sutilezas del rock bien entendido, ramalazos disco o pausas cercanas a la canción de autor. El sonido de esta banda es difícil de clasificar porque es único. Simplemente suenan a ellos mismos. Y no nos engañemos, aquí no hay esa aparente homogeneidad que puede parecer asomar en una primera escucha. Estas canciones son una combinación de sus líneas muchas veces exploradas y cada vez más personales, configurando un estilo único, adalid del mejor indie, que no es indie sino cultura pop en sí misma. Santi Balmes se deja oír claramente en sus discursos. Su voz flota entre ese colchón armonizado por sintes y guitarras infinitas. Con una mayor presencia de programaciones y ritmos incisivos, pero por momentos mucho más claros que en episodios anteriores. Dejando entrever fácilmente sus proclamas sin perderse en arreglos pomposos o letras más crípticas. Love of Lesbian han intentando simplificar para dar el siguiente paso y ser más firmes, más contundentes, más precisos. Algo que se respira ya incluso desde su magnífica portada. Y parece que la fórmula les ha funcionado porque algunas canciones como "El Sur" o la titular "Viaje épico hacia la nada" no necesitan dobles lecturas. Van directas al grano. En "Crisálida" podemos intuir esa ambivalencia sobre nuestro papel en este camino infesto de necedad y ruido, y tal vez en "Sesenta memorias perdidas" reflexionemos sobre nuestras relaciones adulteradas por el tiempo 2.0, pero ante todo vamos a encontrar letras mucho más directas que en su anterior larga duración (sin decir con esto que no nos cautivara) y de alguna manera simplifican la estructura de las canciones, pensando más en el clásico esquema de estrofa, estribillo, puente y estribillo (aunque sus estribillos no sean en esta ocasión de los más fáciles de corear).
Hay algunos temas que se han convertido en clásicos instantáneos desde el momento que fueron lanzados, como es el caso de "Cosmos (Antisistema solar)", pero no descuiden el gancho de "Eterna Revolución", que entronca en atmósferas con la imbatible "Belice", o "Los Irrompibles", que escupe fuego con su pegada inquieta y sus palabras lanzadas como un torrente (estilo inconfundible del más inspirado Balmes), que seguro se convertirá en otro de sus imprescindibles, junto a "John Boy", de las noches lesbianas. También hay sitio para pequeñas joyas acústicas como "El mundo", antesala a la razón de ser de este disco que es "El paso", haciendo referencia a ese movimiento decisivo que todos tenemos que dar alguna vez para empezar de nuevo, para encarar con entereza nuestro futuro. El paso del que también hablan en "Los Irrompibles", el más crucial de todos. Además de que, como canción final, roza la épica infalible (aunque esta vez era muy difícil competir con el final del "Poeta Halley" en boca del mismísimo Serrat).
Tampoco hay que olvidar sus juegos desacomplejados y sin tapujos que no pueden faltar en ninguno de sus discos como es esta vez "Catalunya Bondage", con la particularísima aportación en las voces de Cristina Martínez de El Columpio Asesino, además de sus canciones en apariencia menores, escondidas entre la maraña, pero siempre cuidadas (las que van de tapadillo como el mismo Balmes dice) como pueden ser "Escuela de danza aérea" o "Viento del Oeste" (esta última también con un traje muy cool cargado de electrónica vital).
Un disco de Love of Lesbian es esto. Un viaje cargado de vida hecha canción, donde nunca falta dramatismo junto al no menos necesario optimismo. Difícil desgranar los motivos de cada una de las canciones que en este viaje nos acompañan, pero seguros de que éstas se quedarán con nosotros. Desde este momento este viaje épico hacia la nada es nuestro y estoy seguro de que podremos sacarle todo el jugo conforme ruede y tenga más y más vida. Es el devenir de todos los discos de Love of Lesbian. Es su magia. Cómo son capaces de crecer, mutar y convertirse en algo nuevo y revelador conforme avanzamos en sus lecturas. Y qué afortunados somos todos aquellos a los que consiguen atraparnos con sus trucos una y otra vez. Viajemos. Dejémonos llevar. Hacia el todo o hacia la nada. ¿Acaso no son lo mismo?