Por: Txema Mañeru
El trío de Toledo (pero el de Ohio) liderado por la especial voz de Mat Kerekes evoluciona, y hasta da un buen salto de calidad, con este cuarto disco. Así dejan de ser otro grupo “emo” más. De hecho, en "Life In Your Glass World" (Run For Cover Records / Popstock!) añaden a su sonido característico hasta la fecha aromas new wave y mucho rock del nuevo siglo. Consiguen así temas más variados que pueden llegar a fans de bandas como Foo Fighters, Artic Monkeys, Death Cab For Cutie, The Strokes o Death From Above.
Han dejado atrás las producciones de Will Yip para sus anteriores discos, “Youth”, “Everybody Is Going to Heaven” y “As You Please”, ya que querían gozar de total libertad y decidieron hacerlo en su propio estudio casero. Los resultados saltan a la vista. Kerekes sigue cantando con una gran pasión y hay varios momentos más íntimos en el nuevo disco que recuerdan en cierta forma a sus trabajos individuales. Las guitarras de Nick Hamm siguen siendo claves también en bastantes temas y se guardan para ellas algunos de los mejores momentos del nuevo disco.
El trabajo tiene un inicio aplastante con "Death Dance Approximately", dejando luego paso a una gran melodía de pop atemporal bien redondeada por un magnífico estribillo. Siguen con el primer y destacado single, un "I Want To Kill You" con gran trabajo vocal y fulgurante melodía. Aquí tenemos algunas de esas brillantes guitarras de Nick que en este caso resuenan de manera épica. Sigue otro single como "Blue Sunday", un medio tiempo melódico con mullidos teclados. Letra triste para un amigo desaparecido contiene "Call Your Bluff", que contrasta con el radiante ritmo y la mucha emo-ción comprendida en sucontagioso estribillo. "Pedestal" es una bomba rockera de poderoso ritmo y suena realmente contundente y seguro será tema destacado en futuros directos.
Vuelven a los estribillos eufóricos con "Black And Red" y lo bordan en un buen lento como "Glass World" que sin embarho se nutre de guitarras cargadas de chispa y potentes redobles de batería. Más lentos suenan en "Winter Buds", aunque las seis cuerdas vuelvan a sonar plenas de rock y con rabia, antes de regresar a la calma melódica vocal. El destacado tema final se titula "Edge Of The World" y es realmente épico y potente. De esta manera se sitúan en terrenos que se acercan a Death Cab For Cutie, Foo Fighters e incluso de los primeros Foals más guitarreros.