Por: Txema Mañeru
Nunca he entendido porque Pat Metheny ha sido a veces algo injustamente tratado por la crítica. Quizás influya su enorme popularidad, y el hecho de que haya conseguido tantos premios igual tampoco le ha ayudado. Tengamos en cuenta que hablamos de un hombre que ha ganado 20 premios Grammy, además de ser el único artista en recibirlos hasta en 12 categorías diferentes, yendo del rock al jazz, y siendo ampliamente galardonado, lógicamente, en apartados instrumentales.
Otra prueba indudable de su valía y de su categoría son los músicos con los que ha trabajado a lo largo de su amplia trayectoria. Comenzando por sus inicios con Gary Burton, a los que más tarde se añadirían nombres tan arriesgados y bien considerados como los de Ornette Coleman o Steve Reich. A estos suma otras míticos como los de Herbie Hancock, Brad Mehldau, Jim Hall, Christina McBride, Milton Nascimento y hasta David Bowie, alcanzando una lista que sería interminable y con múltiples sorpresas. Porque sí, no ha tenido reparos en colaborar con todo tipo de artistas para poder acceder a públicos más amplios o por el simple placer de tocar.
A su jazz moderno y con mucha improvisación le ha añadido toques clásicos y mucho swing y blues en su melódica forma de tocar.
Sus reinvenciones han sido constantes y ahora ha querido crear música para que la ejecuten otros destacados instrumentistas. Así, este disco se inicia con "Four Parts Of Light" y la sublime ejecución de un Jason Vieaux a la guitarra que demuestra por qué es poseedor ya también de un merecido Grammy. Sonidos clásicos que transmiten paz y en los que a menudo parecen escucharse varias guitarras a la vez. Eso sí que sucede en la obra central del disco, una "Road To The Sun" dividida en 6 partes y con la impecable interpretación de The Los Angeles Guitar Quartet, entre los que brilla John Dearman con su especial guitarra de 7 cuerdas. Para Metheny son una de las mejores formaciones del mundo y también tienen, por cierto, su premio Grammy, quizás por eso ha querido aparecer en la "Part 5" de esta composición.
Pero aún tenemos más con la sorpresa final en forma de bonus track, con un "Für Alina’ de Arvo Pärt" interpretado por Metheny con su guitarra de 42 cuerdas. Casi 9 minutos que ponen un gran colofón a un disco que no debiera perderse ningún aficionado a la música instrumental y, fundamentalmente, a los adeptos a la guitarra. ¡Será fácil que le caigan algunos Grammy o nominaciones más por esta original propuesta!