Por: Oky Aguirre
Ya ni recuerdas lo que has hecho en tus horas muertas este último año, cuando la rutina del confinamiento te hacía imposible alargar las horas de días a veces insoportables. Has hecho bricolaje y cocinado mientras veías series y también has leído libros que nunca habrías imaginado (en mi caso "La Odisea", por ejemplo), por no decir la de cosas que comenzaste y que ya nunca terminarás. Pero seguro que en algún momento habrás oído hablar o te habrá llegado por algún medio el nombre de Celeste, que por fin saca su primer disco, “Not Your Muse”, después de retrasarse varias veces por el COVID.
Quizá lo primero que nos llegó fue aquel video en el que vimos a una preciosa muchacha negra alzarse con el premio BRIT Awards 2020 con “Strange”, balada exquisita a capella y piano que muchos ya etiquetaron como la nueva Adele, quién sabe si por derecho o por el simple deseo de alimentar el lastre que la fama supone a artistas supuestamente frágiles en el escenario. Para nosotros es por derecho y porque sabemos que estamos ante una de las voces más singulares y tocadas por el duende que ha dado la música en los últimos años, que algunos ya vienen comparando con la ya legendaria Amy Winehouse, frotándose así las manos viendo la gallina de los huevos de oro, que tanto despreciamos cuando se trata de comparar y no de crear, sobre todo cuando es evidente la influencia que haya podido tener la malograda de los 27 hacia una chica de 18 años, que se trasladó de Los Angeles a Brighton para estudiar Tecnología Musical en el Varndean College, dándose de bruces con el exitazo de una chica tan sutil de voz como de apariencia, a la que era imposible no tener como referencia después de haber crecido con Aretha Franklin, James Brown, Ella Fitzgerald, Billie Holliday o Desmon Dekker, gracias a su madre inglesa y padre jamaicano.
Después de esta actuación llena de delicadeza y susurros, que la posicionó en el Reino Unido, llegó el verdadero pelotazo con “Stop This Flame”, canción que derrocha furia desde el primer segundo con un piano "made in" Nina Simone que se combina magistralmente con un estribillo que ha dado la vuelta al mundo y que habrás oído tanto si has visto a tu hijo jugar al FIFA como si eres aficionado a la Premier League, ya que ambas marcas todopoderosas han escogido “You'll never stop this flame/I will never let you go” como su potente carta de presentación dentro de todos los hogares.
Es entonces cuando te pones en Netflix “El juicio a los 7 de Chicago”, un peliculón con varias nominaciones a los Oscar y Globos de Oro, canción incluida; una de esas películas que de tan buenas te tragas hasta los títulos de crédito finales, quedándote ensimismado mientras escuchas a Celeste en estado de gracia en “Hear My Voice”.
Y ya entrados en el año 2021 es cuando nos damos cuenta de su repercusión mundial, formando parte de la SuperBowl con su particular tono en la versión de “Twinkle, Twinkle, Little Star” en un anuncio televisivo de misiones espaciales dentro del espectáculo de la retransmisión más seguida del planeta.
Ya centrados en el disco, “Not Your Muse” contiene golosinas que no pasarán desapercibidas, además de los cuatro bomboncitos ya mencionados, que una vez pueda Celeste ejecutar en esas giras tan deseadas, formarán parte de un futuro que promete exuberante. Porque con esa voz no forzada, que no sabes de dónde le sale, convierte géneros y recupera sentidos que ya casi teníamos olvidados, ya sea dominando como Bessie Smith el blues aterciopelado color azul celeste en “Ideal Woman” o clavando a Amy en “Love Is Back”, importándote un huevo si sabes reconocer como ella la adoración que había y hay que tener siempre hacia la londinense.
Es verdad que hay otras canciones más intimistas que pueden resultar un tanto insulsas o monótonas, como “Not Your Muse” y “A Kiss”. Incluso a veces cojea en cortes actuales de R&B suavecito como “Tonight, Tonight”, “Father´s Song” o “Lately”, pero realmente merece la pena imbuirse en este mundo de color Celeste cuando todos tenemos una nube gris encima. Seguro que sientes algo especial mientras escuchas a esta promesa de la música cantarte “Some Goodbyes Come With Hellos”. Nos vemos en los Grammy, corazones.