“En nuestros directos vivimos en un precipicio musical constante”
Por: Javier González
Zahara y Martí Perarnau son dos nombres propios de sobra conocidos en nuestra escena. Sus proyectos personales gozan de reconocimiento y del favor del público, por lo que el hecho de que hayan decidido lanzarse a la piscina creativa en una aventura como _Juno, merece todo nuestro respeto y agradecimiento.
Juntos han firmado “_BCN626”, con el que han dado vida a un trabajo de ambientaciones y electrónica doméstica, escrito con fuego y corazón para regalarnos un puñado de canciones valientes capaces de rozarnos la piel hasta quemarla como el hielo desnudo.
Con motivo de su actuación en el Teatro Circo Price de Madrid el 23 de Enero dentro del marco que propone Inverfest, nos pusimos en contacto con Martí y Zahara para desarrollar una charla que tuvo mucho de libertad, reivindicación del arte de componer canciones y defensa de la figura de una profesión tan necesaria como la del músico.
¿Qué tal vais a despedir este maravilloso 2020 que tanta angustia y dolor nos ha producido?
Martí: La verdad es que hace unas semanas hicimos el último concierto del año que parece que es algo normal, pero es algo especial porque creíamos que no íbamos a poder tocar ni hacer ningún tipo de concierto. Dentro de lo que cabe, acabamos el año por todo lo alto, aunque hayan sido unos meses rarísimos. La gente ha tenido que venir sentada y estar con la mascarilla puesta y todos estos dramas que ya sabemos porque son iguales para todos.
Zahara: Al volver del último bolo estábamos súper felices. Ha sido un año de cancelaciones, desde las giras de Mucho y la mía pasando por todas las propuestas que salían que se acababan cayendo. El futuro parecía muy oscuro. De hecho, al cerrar estos conciertos pensamos que no se harían finalmente. Casi no queríamos ensayar, nos daba pena montar el repertorio por si luego no se podía llevar a cabo. Luego hemos visto que se han ido celebrando y que nos encanta, lo hemos pasado muy bien. Volvíamos muy felices de hacer algo que pensamos no iba a llegar a pasar.
¿Hasta qué punto _Juno es un proyecto hijo de este año tan puñetero que nos ha tocado vivir?
Martí: No lo es, sinceramente. Da la impresión por haber sacado disco este año pasado, pero realmente hicimos dos tandas de grabación donde se grabó y compuso todo entre Septiembre y Noviembre de 2019. Nos afectó la pandemia a la hora de lanzarlo porque teníamos una masterizadora afincada en Brooklyn, Nueva York, donde su confinamiento llegó más tarde que el nuestro, por lo que hubo que cambiar los planes e hizo que todo saliera más. En realidad, no es un disco del confinamiento, sino un disco que habla de la vida previa al mismo.
En nuestra reseña un compañero dijo que “_BCN626” era un disco de “Canciones que susurran cosas al oído”.
Martí: Sí, qué bonito.
Zahara: Sí, no sé si nosotros hubiéramos dicho lo mismo, aunque nos identificamos porque queríamos que fuera un disco de verdad y honesto. Que si lo escuchas tengas la sensación de estar observando la vida de dos personas encerradas en una habitación y que te asomaras para ver lo que quisieras. Quien escucha tiene la libertad de adentrarse en la intimidad que nosotros proponemos. Es un poco así, la verdad.
Martí: Una de las cosas bonitas que tiene la música es que se puede ver todo desde tantas perspectivas. Aunque no sea un disco hecho durante el confinamiento, la música ha cobrado un doble significado que antes no tenía. En cierta medida es bonito de ver. Nos ha caído un marrón encima, pero es bonito ver que aunque cambien los tiempos la música sigue hacia delante, sigue cobrando nuevos significados.
En “_A dos Metros Bajo Tierra” cantáis ”hoy te he leído y me muerto” y ”vivo encerrado en mi entierro” que parece hablar de eso…
Martí: Claro. Es lo heavy de la música. Al final cada uno interpreta las letras desde un punto de vista personal. No queda otra. A mí me pasaba con las letras de mis artistas favoritos. Me parece muy guay entenderlas ahora desde la clave de pandemia y dolor, aunque no era la intención.
Zahara: Lo de estar encerrados en una habitación es también muy pandémico. Todo sucede en una habitación de hotel. (Risas)
“_Aseguradora de Incendios” es impresionante, encierra una frase gloriosa que es “olvidar es más difícil que vivir”.
Martí: Yo todavía no tengo claro qué significa esa frase. Es una frase que suena muy bonita y la metes en la canción, aunque sigo sin acabar de entenderla. Mucha gente nos la refiere, pero no tengo claro qué quería decir con esa frase. Viene bien para que cada uno coja el significado que quiera.
Decía Óscar Wilde que la cosa más rara del mundo era vivir, ya que la mayoría de gente solamente existía, quizás por ahí se pueda interpretar.
Martí: Quizás la he tomado por ahí.
Otra cosa que es fundamental para dar cuerpo al sonido del disco es la profunda búsqueda de ambientaciones.
Martí: En la parte musical sí que hubo mucha miga, mucha ida y vuelta con Zahara. Quizás debería ser ella quien te hable de su descubrimiento de los sintetizadores, donde no había entrado mucho antes de hacer este disco. Toda la música está hecha muy al cincuenta por ciento. Teníamos en la cabeza hacer un trabajo de electrónica doméstica, escuchamos mucho el “Vespertine” de Björk, donde su proceso había sido coger un portátil y estar en una habitación con la intención de hacer algo básico. Su disco en principio se iba a llamar “Domestica”, quería hacer electrónica con elementos muy caseros. La idea era inventarnos nuestra electrónica casera muy íntima, al menos intentarlo. Luego ha sido algo muy distinto a lo de Björk obviamente.
Zahara: En las letras queríamos mostrar la cotidianeidad en la forma de escribir, cantar y musicalizar. Buscábamos que todo tuviera sensación de hogar y recogimiento.
Quizás en broma podríamos hablar de que se trata de un disco de electrónica cañí.
Martí y Zahara: (Risas).
Martí: En las tomas de voz, la gente suele elegir los grandes momentos del cantante, quedándose con la ideal, llegando a grabar casi palabra por palabra. Se ha perdido el fallo. En nuestro caso si la toma había tenido magia, para mí era preferible. Hemos dejado las tomas de voz enteras y digamos que elegimos las que tenían magia, sin edición de voz. A veces se ven desafines. Nos decimos: “Ahí desafinaste como una rata”. Merecía más la pena dejar las tomas de voz en crudo que hacer una edición radical dejando algo más frio.
En ese aspecto me ha llamado la atención una cosa. ¿Hasta qué punto fue difícil hacer las voces de una canción como “_El Infinito”?
Zahara: Recuerdo que esa canción la canté con mucho frío, tenía una estufa de gas cerca, cada vez que llega el agudo se me iba la voz, por estar en la sala con la calefacción, pero al escucharla nos molaba un montón. Se plasmaba el momento de frío versus calefacción. Se quedó con imprecisiones porque conecta más. De hecho, al cantarla en directo trato de cantarla desde la rotura. No tendría sentido hacerla perfecto.
Marti: “La música trata de conseguir emocionar, es algo difícil de juzgar”
Bien cantada está…
Zahara: No según los estándares…
Martí: Desde pequeño nos han ido metiendo como una manera buena de cantar y mala, algo que escuchando a Dylan jamás pensamos. Nosotros hemos vivido con programas que decían quién cantaba bien y mal. Es dramático. Es como pintar bien. Se trata de conseguir emocionar, algo que es difícil juzgar. No está bien ni mal.
Tranquilos, estáis hablando con un fan irredento de Toño Martín y Pepe Risi de Burning, y el maestro Jaime Urrutia.
Martí: Jaime Urrutia emociona mucho, pero no cumple el estándar de la técnica vocal del que hablamos.
Miguel Méndez de Le Voyeur, me decía semanas atrás que en España existen muy buenos intérpretes, pero tantos buenos compositores, lo decía hablando de gente que tenga una técnica a la hora de componer.
Martí: Bueno, eso es muy difícil. Eso no sé cómo se aprende.
Zahara: Yo sí estuve en el conservatorio. Hasta el año en que estudié tenían una práctica extendida. Me fui de allí sin querer volver a tocar la guitarra, aunque mi profe era maravillosa. Tenía la sensación que me enseñaban la música descuartizada. Como si te enseñan qué es una caja, un mástil o cuerda. Me daba esa sensación. Es mi experiencia, ya te digo. También te digo que la formación siempre es fundamental, bien sea de conservatorio, escuela de música o autodidacta. Es necesario partir de la curiosidad musical y llevarla a un paso más. A veces el conservatorio es tan frio que desmotiva. También te digo que hace veinte años que acabé, no osaría a juzgar el conservatorio hoy en día.
¿Cómo estáis llevando esta nueva forma de dar conciertos?
Martí: Lo primero que hicimos fue un streaming sin público que fue algo raro. Del resto me he llevado una sensación bonita, cercana a lo que era antes. Es cierto que nuestra propuesta de saque estaba pensada para que la gente estuviera sentada, aunque no hubiera un virus por medio.
Zahara: Hemos visto que la gente intenta transmitir afecto con el movimiento de cabeza y los aplausos. Es bonito ver eso, me he sorprendido. Tenía pánico a hacer bolos en pandemia, cuando todo cayó de golpe, no me veía capaz de hacerlo. Haber creado este proyecto no ha ayudado a entender todo. El hecho que el grupo haya surgido ahora hace que no tengamos experiencia con que comparar. Para mí todo es nuevo. Lo vivo desde la primera vez. Montar el grupo, ver cómo vendemos las entadas de una a una, paso a paso, como si nada hubiera antes. Está siendo bonito verlo. Es un flipe y estamos muy emocionados por el público que viene a nuestros bolos.
Marti: “La viabilidad económica en la música siempre ha sido dramática, como sector siempre hemos vivido en la hez”
Y en estos tiempos de tanta incertidumbre, ¿cómo convivís con el eterno trapecio de la economía del músico?
Martí: La viabilidad económica en la música siempre ha sido dramática. No somos un sector muy asentados en la viabilidad. Vivíamos en la supervivencia constante. No tengo la sensación que haya cambiado mucho. Me sigo sintiendo en la cuerda floja. Ahora es más complicado hacer conciertos. En lo demás, en este país, hemos sido una industria que vive en la absoluta hez. En ese sentido creo que no hay mucho sentido. En todo caso a peor.
Zahara: Ha terminado de visibilizar que al final los músicos viven del directo. Bob Dylan vendió su repertorio hace no mucho. Si él necesita hacerlo, estamos muy mal. El sector vive día a día. El haber dejado de tocar ha destapado la situación del sector. En mi caso he logrado sobrevivir gracias a tener mi propio sello, tener mis ingresos fijos que no depende de que la gente venga a verme solamente. Ha sido fundamental. No me lo esperaba, pero qué guay haber compuesto canciones, generar derechos de autor y montar todo y no depender de nadie. Me ha permitido tener algo a lo que aferrarme.
Martí: Además, hemos regalado la música a empresas que ganan dinero, pero no nos dan nada a cambio. El drama del streaming es enorme.
Zahara: No vivimos del streaming.
Martí: Con Mucho, con las escuchas que tengo acumuladas a lo largo de un año, percibo 4300 euros. Lo hemos hecho muy mal. Hemos regalado canciones a las plataformas. Solucionar el streaming es complicado. El guitarrista de Gómez ha comenzado la campaña “broken record”; están consultando con gente para cambiar el modelo y el sistema. Si se consigue alguna solución, vendrá de países como Inglaterra donde se respeta la música. Es difícil negociar ahora que hemos entregado todo.
Zahara: Me resulta curioso que estas plataformas den pérdidas.
¿Qué perdurabilidad le vaticináis al proyecto?
Zahara: Nosotros no hemos montado esto como anécdota. La idea es la de desarrollar otra faceta artística que no ocurre en nuestros proyectos personales. La idea es seguir. Tenemos el primer disco, queremos seguir componiendo, hacer más, que sea un proyecto paralelo.
Martí: Lo has respondido muy bien. Somos muy libres en nuestros proyectos, aquí tenemos otro nicho donde todo vale y nadie nos molesta. Nos dan ganas de hacer canciones porque es un habitáculo de libertad.
Zahara: Nos sirve para estar en un lugar extraño de vez en cuando. Yo que vengo de componer sola y hacerlo con Martí es un aprendizaje continuo. Las canciones se convierten en otras cosas. Es un proceso super vivo que solo puede pasar en _Juno. Aquí al final lo que tenemos es libertad creativa desde la búsqueda. Estamos buscando y abrimos puertas sin temor a cruzarlas.
Retomáis la temporada de conciertos en el marco de un festival como Inverfest. ¿Qué podéis contarnos al respecto?
Martí: Te contamos que va a ser algo seguro (Risas). El protocolo se sigue a rajatabla, algo que ocurre en todos los conciertos que hacemos y que hacen otros compañeros.
Zahara: Las entradas y salidas… sales del concierto y tienes sensación de que no ocurre nada malo.
Martí: Es más seguro que bajar al súper.
Zahara: “El acercamiento al mundo de la electrónica es fascinante”
Me gusta esa reivindicación de los conciertos en vivo… pero en cuanto a vuestra propuesta. ¿Cómo me la vais a vender?
Zahara: Nuestra propuesta musical es nuestro disco. Lo tocamos entero, aunque en este concierto habrá algún extra. No diremos qué. Al ser Madrid, lugar donde vivimos y estamos, y en El Price, nos hace especial ilusión. Solo he tocado colaborando con otros artistas. Este va a ser el primer concierto con _Juno allí por lo que muero de felicidad. Colaboré con Love of Lesbian, Ahora quiero mi bolo entero. En el escenario estamos solos con nuestros cacharros, sintes, máquinas y ordenadores. Lo que suena se produce allí. Es electrónica viva y muy emocionante. Es mi acercamiento al mundo de la electrónica y es fascinante. Es un viaje de ida porque ya no vuelves. Solo te adentras en las profundidades.
Martí: Es heavy lo del bolo porque queríamos que fuera todo muy vivo. Cuando vas a un concierto de electrónico no sabes cómo surge la música. Yo ya veo quién lo hace en directo o no, porque tengo mucha práctica, pero no es lo habitual entre el público. No está tan instaurada como el rock and roll. Vivimos en un precipicio musical constante, podemos hacer una avería y que todo se caiga.
Zahara: Es algo que puede ocurrir muchas veces en cada canción. No hay ni una en que se pueda respirar.
Sois dos perfectos comerciales, chicos. Mil gracias por vuestro tiempo y enhorabuena por este proyecto.
Martí: Muchas gracias a ti.
Zahara: Genial, gracias a vosotros.