Por: Juanjo Ordás
Madre mía, lo que ha tardado en salir la versión completa de “Wildflowers”. Con Tom Petty en vida ya se hablaba del proyecto y tras su triste defunción es de suponer que su edición perdería velocidad. Pero por fin salió.
Un resumen para el que no sepa nada: En 1994 Petty puso a la venta “Wildflowers”, el que a todas luces fue su mejor trabajo. No es tontería, hablamos de un tipo que nunca dio puntada sin hilo, su peor álbum es de notable, así que los que no seáis fans imaginad de que nivel hablamos cuando decimos que "Wildflowers" es su obra maestra. Producido por Rick Rubin junto con Petty y su mano derecha, el guitarrista Mike Campbell, el disco no solo contó con una colección de canciones formidables que mezclaban el rock americano con el británico (como siempre gustó Petty), sino con un sonido único. ¿No creéis imposible superar la captación que se hizo de la batería de Steve Ferrone? Ya es imposible tocar como Ferrone pero es que encima le sacaron guapo en la foto.
Durante tiempo se habló de la cantidad de material que les había sobrado, se decía que habían dado vueltas a la idea de que “Wildflowers” fuera doble pero la realidad es que fue sencillo. Sencillo y perfecto. Aunque algunas de esas canciones perdida fueron a parar a la banda sonora de la película “She’s the One” dando razones para pensar que, efectivamente, “Wildflowers” quizá podría haber sido un disco doble perfecto. Y ahora han llegado, por fin se puede escuchar todo lo que se grabó en aquellas sesiones bajo el nombre de “Wildflowers And All the Rest”. ¿Y qué decir? Que nuestras sospechas eran acertadas, las diez canciones que no llegaron al disco eran cojonudas y bien podrían haber hecho de él el mejor doble de la historia de la música popular solo por debajo de “Blonde on Blonde”. Ese era el nivelazo de Tom.
Qué bueno volver a escuchar “Wildflowers” y continuar al final con canciones de la talla de “Something could happen”, “Leaving Virginia alone” y “Somewhere under heaven”. Además, aquellas que fueron a parar a “She’s the one” aquí tienen ligeros cambios en las mezclas que las mejoran. Pero hay más, todo un disco dedicado a maquetas caseras con muy buen sonido (es casi como escuchar la versión folk del álbum y son un total de quince) y otro a tomas en vivo de las canciones de “Wildflowers”. Una gozada. El fan que llevo dentro se revuelve y se pregunta por qué no han editado un show de la gira del 95, que habría sido el complemento perfecto, pero lo que hay no es poco. Al contrario, se trata de un viaje al corazón de uno de los discos más importantes de nuestro tiempo.