En Julio de 1987 la banda británica Squeeze publicó "Hourglass", el primer sencillo de adelanto de "Babylon and On", a la sazón su séptimo disco. Contra todo pronóstico y apoyada en un sugerente video frecuentemente emitido por la entonces todopoderosa MTV, la canción fue un éxito en Estados Unidos, llegando al puesto número 15 de las listas. Curiosamente el álbum se cerraba con una canción, menor si se quiere, llamada "Some Americans".
En 1987 Brandon Husken tenía 14 años y había comenzado a tocar la batería: "Escuché la canción "Hourglass" en una emisora de radio local e instantáneamente sentí una conexión con esta brillante banda". La historia se reencuentra cuando en 2006 Squeeze decidió tomarse otro descanso y... ” entonces, pensé, ¿y si intentaba grabar una canción que me recordara a Squeeze?”
Las pequeñas historias suelen ser las más emocionantes y, desde luego, las más cercanas. No se escriben con letras grandes en ningún libro, no son épicas, ni suelen trascender más allá de los ámbitos locales donde se inician, se desarrollan y acaban tomando forma. Hace ya tiempo que los ámbitos locales no se circunscriben a ninguna localización geográfica, hace ya tiempo que lo local tiene más que ver con sintonías emocionales que, tecnología mediante, se desarrollan globalmente. Ahora la distancia personal apenas mide el tiempo empleado en un par de "clicks", o sea, no necesita guardar ningún distanciamiento social. Que proyectos como el de Some Americans existan, puedan llegar a ser conocidos, y se conecten globalmente, tiene mucho que ver con la universalidad emocional que destilan esas pequeñas historias.
"Recuerdo haber escuchado a Chris Difford hacer referencia a la ironía del amor, que a veces parecía un ring de boxeo. No recuerdo dónde leí o vi eso, pero se quedó impregnado en mi mente" dice Brandon Husken para explicar la génesis de una canción llamada "Boxing Ring Of Love", y que la falta de medios y también de experiencia compositiva dejó hibernada durante algún tiempo. Hasta que en 2018, revisando el habitual disco duro de cosas perdidas Brandon Husken tropezó de nuevo con aquel esbozo de canción, y con la ayuda de dos amigos de la infancia, y compañeros de divertimentos musicales, decidió retomar el proyecto con la única idea de homenajear a la banda que admiraba, a la banda con la que creció.
Es cierto y evidente que la banda que cautivó a Brandon no era la misma que se separó, por primera vez, en 1982, pero claro, Glenn Tilbrook y Chris Difford seguían produciendo exquisitas melodías pop pero mucho más tamizadas del sonido ochentero que en sus inicios. Para situarnos, los Squeeze que impactaron en la mente de un adolescente eran deudores, obviamente, pero no necesariamente tenían el vigor visualizado en la trilogía de oro de Squeeze ("Cool For Cats", "Argybargy" y "East Side Story"). Después de cinco años ya eran otros tiempos.
Todas y cada una de las canciones incluida en el "Boxing Ring Of Love" suenan a Squeeze, claro, tanto en melodías, acordes, riffs o incluso en la lírica de las canciones. Todo un homenaje basado en canciones originales pero impregnadas absolutamente del aroma de los británicos. "Some Americans" lo dice muy explícitamente, este es un disco tributo a la banda británica hecho desde el más profundo respeto y desde el amor más incondicional.
El resultado contiene canciones excepcionales como "Get Me Gone", que abre el EP de una forma absolutamente arrebatadora o "Teaching Old Dogs New Tricks", alegre y optimista como un amanecer en la campiña y con ese giro vocal cuando dicen: "Aquí nos encontramos de nuevo", que firmaría sin dudar el mismismo Glenn Tilbrook. "Boxing Ring Of Love", la canción que da nombre al disco, bien podría estar en un greatest hits de los británicos sin desmerecer en absoluto, y es que cuando las teclas toman protagonismo parecen estar pulsadas por el mismismo Holland con un estilismo new wave atemporal.
"A Lot Like Me" es de las que tiene un referente más claro, desde la majestuosidad de los arreglos o el galope del ritmo hasta la frase de cierre "what's your's is mine and mine yours"; el influjo del "Take Me, I'm Yours" es notorio, algo no tan obvio en "In Front Of Everyone", que explora la faceta más powerpopera de la banda homenajeada.
El intimismo de "His House, Their Home" se centra más en los tiempos medios, esos tiempos medios arrebatadores, de las baladas cercanas y susurradas al oído, y con "Predisposition Melancholy" acaban por declarar su amor incondicional a algo tan intangible como las sensaciones provocadas por aquellos músicos por los que se tiene devoción. Hay también un remix de esta última que suena absolutamente noventero con "efecto Cher" incluidos. Bien como divertimento y porque te saca una sonrisa.
"Fue divertido escribir canciones en las que no se suponía que fuera yo. Entonces, si escuchas ciertos términos, o una línea o un tamiz musical que te recuerda a Squeeze, es a propósito". Y esa es la esencia de este disco compuesto, arreglado, realizado y grabado bajo los auspicios derivados de las emociones que te producen una banda a la que amas. Los fans de Squeeze lo captaran o captaremos de inmediato, y para los que no lo sean se tratara, ni más ni menos, que de una pequeña colección de temas realmente inspirados. Una colección de temas sencillos y muy bien estructurados y que aún de no mediar la explicita confesión del motivo por el que están compuestos resultan validos por sí mismos. De esos discos del que los mas despistados dirían "me suenan a..". Claro que "suenan a..", y seria fácil argumentar que este es el mejor disco de Squeeze en mucho tiempo. Ese es el objetivo de este proyecto casi unipersonal que solo pretende rendir homenaje a una banda que fue, y es, muy importante para los autores... para algunos americanos y para algunos europeos, quizás para muchos. La conexión emocional que une sensibilidades afines con tan solo un par de clicks.