Por: Txema Mañeru
En su anterior disco, el tercero y destacado “Offering”, Madeline y Brian ya no eran pareja, pero siguieron adelante con buenos resultados. Resultados que mejoran aún más en este apasionante “Host” (Everlasting / Popstock!), con muchos más arreglos y colaboradores, y en el que Madeline Follin toma bajo su responsabilidad la composición de la mayor parte de los temas para así tratar el candente y nunca terminable tema del empoderamiento inevitable de la mujer. Al dúo neoyorquino le sigue gustando el mejor pop. Partiendo desde la década de los 60, y su pasión por Phil Spector, para llegar hasta la actualidad, con paradas en la new wave y hasta atreviéndose con detalles de música africana y, ahora, de cámara.
Aunque suenan más íntimos y añaden un buen montón de arreglos y músicos de cuerda que da una mayor riqueza a su música y a sus comprometidas historias, sigue también dominando la voz de Follin, mucho más agradable, que continúa entregándonos algunos buenos y pegadizos estribillos. No faltan sus características armonías con sus conjuntadas y buenas voces. En su día hablamos de referencias tan variadas e interesantes como Galaxie 500, Young Marble Giants, Hideout (a quienes versionaron con acierto), Beach House, My Bloody Valentine o Tennis. Influencias que se mantienen vigentes pero suenan cada vez más a Cults. En "Trials" tenemos ya esas cuerdas, con el violín de la prestigiosa Tess Scott-Suhrstedt en primer plano. Pero también tenemos esa destacada melodía mecida en teclados y el primero de sus contagiosos estribillos.
Se nota ya la buena producción de John Congleton, quien ha trabajado con artistas tan diversos y personales como Angel Olsen, Marilyn Manson o Lana Del Rey, siempre con buenos resultados como aquí. Pronto llega el que fuera primer single del disco, "Split Yor Out", que conecta a la perfección con la pizpireta y alegre "A Low". El último single está cargado de riesgo y de bonitos detalles aunque se titule "No Risk". Comienza con una preciosidad vocal casi a pelo para sumar momentos muy alegres a través de sus muchos detalles electrónicos, pero trabajados con alma y aromas orgánicos. A continuación llega la preciosa lenta, y con un delicioso y ensoñador estribillo melódico, "Working It Over". Se confirman como los Beach House de la nueva década con la ternura y el preciosismo de temas como "A Purgatory" u otro buen momento como "Honest Love", ese que todos buscamos, con las voces de Follin dobladas o acompañadas por otras femeninas y con un estribillo soleado bien remarcado por esos ricos y cálidos arreglos de cuerda. Así solo podemos decir: Seguimos confiando en ellos.