Por: Jesús Elorriaga
Este es el momento y el lugar. 2020 es un año que nadie olvidará: convulso, impredecible y condicionado por esta maldita pandemia. Además, en los Estados Unidos, estas circunstancias hacen aflorar desigualdades y enfrentamientos latentes que ahora escuecen en carne viva. Nadie sabe a dónde nos va a llevar esto, pero está claro que el ambiente político y social que vive la sociedad norteamericana está más crispado que nunca, y encima con unas elecciones a la vuelta de la esquina. En este complicado hábitat emerge una vez más Public Enemy, capaces de resistir los envites de la industria musical que fue lapidando los pilares de un rap centrado en el discurso político y la identidad afroamericana (el llamado Conscious Hip Hop). Los de Long Island, 35 años y 15 discos después, con las ideas firmes y los músculos bien definidos, canalizan esa tensión sobre la que siempre han estado hablando en un disco que aglutina fuerza y brillantes momentos de creatividad.
En “What You Gonna Do When The Grid Goes Down?” vuelven al sello que apostó por ellos en los 80 y que impulsó los discos más destacados de su carrera: Def Jam. Después de unos trabajos autopublicados, regresan al hogar que los vio crecer tal y como mostraron hace unos meses en su primer adelanto, dándole la vuelta a uno de sus más aclamados éxitos: “Fight the power”, con una versión actualizada en la que colaboraron artistas como Nas, Rapsody, Black Thought, Jahi, YG y Questlove (The Roots) y un videoclip flameante de actualidad y protesta ligada a los movimientos en torno al “Black lives matter”.
No son las únicas colaboraciones. Este disco pretende hermanar y homenajear a muchas estrellas del rap que fueron (y son) compañeros de armas de los neoyorkinos. Nos encontramos a leyendas como George Clinton (en el primer corte, “When The Grid Go Down...”, y en el segundo, “GRID”, junto a Cypress Hill), al veterano DJ Premier (en la arrolladora bofetada anti-Trump “State of the Union”), compañeros de sello y carrera como Ad-Rock y Mike D (de Beastie Boys, en su primera colaboración juntos tras la muerte de Adam Yauch) y Run DMC (en la nueva versión del “Public Enemy No. 1” de su primer disco), coetáneos de los 80 como Ice-T (“Smash The Crowd”) o Daddy-O (la muy destacable “Yesterday Man”), y más actuales como The Impossebulls (“Rest In Beats”) y Jahi (“Go at it”, que pone de manifiesto por qué Public Enemy es la banda más “metalera” del rap).
Entre tanto invitado a esta fiesta (casi el 70% del contenido del disco) la voz potente de Chuck D sigue sonando como una ametralladora y Flavor Flav se anima incluso a coger el protagonismo lírico que acompaña a su presencia de animador-agitador, como en la emotiva “R.I.P. Blackcat”, dedicada a su amigo, el artista Clyde Bazile, que falleció a principios de este año. “Rest in Beats”, es un homenaje similar de Chuck D a raperos de la vieja escuela (y a una forma de vivir el hip hop) caídos en combate como Heavy D, Eazy-Z, 2Pac y muchos otros (“Salute in tribute, light a candle, play a song / As their legacies continue on and on”, cantan en el estribillo). Mientras, DJ Lord a los platos y a la producción combina el sonido característico de la banda, con guitarreos sucios y solos muy 70’s y bases que beben del rhythm & blues, soul y funky más garajero (como la mencionada “Yesterday man”), contundentes y orgánicos (“Beat them all” es como volver al sonido de "Fear of black planet") que se escapan del minimalismo y pulcritud y caminan pegados a un muro de sonido más crudo. Para finalizar, los versos del último tema del disco son una simple y clara declaración de actitud en boca de Ms. Ariel ("I am black/Woman/Beautiful/Magic/Intelligent/Resilient/Love/Innovative/Powerful/Influential/Unapologetic/And woke/Peace").
Posiblemente estemos ante el mejor disco de Public Enemy en los últimos 20 años, desde su aportación a la banda sonora de “He got game”, la película de Spike Lee estrenada en 1998. “What You Gonna Do When The Grid Goes Down?” mantiene un discurso enérgico ante la situación actual de la sociedad norteamericana pero con un velo denso de crítica y escepticismo (y también nostalgia por un mundo más autónomo y libre, alejado de la dictadura de las redes sociales, fake news y vidas virtuales que nos trae la Red) que recuerda el mejor estado de forma de una banda que se siente, más por el respeto de compañeros y seguidores que por sus ventas, icónica dentro de la historia de la música. “El mundo se derrumba y nosotros nos rebelamos” le dirían al bueno de Rick Blaine en “Casablanca”. Tal cual.